ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Autorregulación, guerra y toros

EL INDIVIDUALISMO POCO lúcido culmina con lo que sus defensores han bautizado como autorregulación, que ojalá significara únicamente regularse por sí mismo, sino que es entendido como la prerrogativa de pensar y actuar sin tomar en cuenta a los demás y sin ninguna observancia de leyes, normas o reglamentos.

SI EL ESTADO moderno neoliberal renunció a la aplicación irrestricta de la ley para beneficio de unos cuantos sectores que lo apuntalan y mantienen -gobernantes, partidos políticos, banqueros, empresarios, líderes, medios-, las consecuencias de tan imprudente decisión están hace tiempo a la vista: ilegalidad, anarquía, impunidad, manipulación, violencia y desinformación en la sociedad.

LOS LLAMADOS GOBIERNOS del cambio, del color y siglas que se prefiera, en su entusiasmo electorero olvidaron un factor no por inusitado menos determinante de la estabilidad de su futuro político: el volumen de expectativas generadas entre los votantes que los llevaron al poder, por encima de las facturas que a corto y mediano plazos deben pagar a sus patrocinadores directos.

CONSTITUCIONES, LEYES Y reglamentos pueden aparentar vigencia, pero en la práctica su acatamiento y aplicabilidad, si no nulos, prácticamente son simbólicos cuando no ridículos, habida cuenta de que la autoridad legítima deviene mangoneo ilegal y sistemático.

ƑSE QUIERE MAYOR autorregulación que la del torpe empleado de ignotos y demenciales patrones a punto de iniciar una guerra de efectos incalculables luego de manipular e ignorar una indigna Organización de las Naciones Unidas? ƑHay mejor ejemplo de frívola autorregulación que los impúdicos acuerdos entre representantes de fundaciones benefactoras y de oportunistas sindicatos de la educación, con la complacencia del secretario del ramo para guiar a los enajenados padres de familia en términos del Vaticano?

POR ELLO NO debe sorprender la alelada respuesta de la delegación Benito Juárez ante la tímida solicitud de la Comisión Taurina del DF para que de una vez por todas sean sancionados los sucesivos incumplimientos, fraudes, abusos y amenazas de muerte del autorregulado promotor -un empresario hace valer su empresa o cambia de giro- de la Plaza México.

Y MENOS LAS cínicas respuestas de unos y otros. El inepto promotor, que en estos 10 años ha hecho y deshecho a su antojo el espectáculo taurino en ese escenario, burlándose de la ley y el reglamento respectivos, amenazó, por enésima vez, ante la posible cuanto lejana cancelación de la licencia de funcionamiento de la plazota: "... cierro la plaza porque el negocio es mío. La plaza y el negocio son privados y el Gobierno no hace nada por la fiesta. No da ni un centavo. En vez de ayudar pone problemas", cuando en una década ni PRI, ni PRD, ni PAN lo han molestado en su intocable cuanto soliviantada ineptitud.

Y LA DELEGACION Benito Juárez, luego de recibir por escrito las quejas de la Comisión Taurina: "El documento tiene prioridad sobre otros asuntos, pero aun así se va a tardar un poco... No podemos actuar como en los viejos tiempos de jusílenlo y después virigüen. Los involucrados tienen derecho de réplica". Por ello la primera bomba que en esta ocasión caiga sobre Irak llevará dos marcas hermanas: la estupidez y la autorregulación.