ƑLA FIESTA EN PAZ?

Leonardo Páez

Casa de Arte Torerías

ASI COMO HAY toreros modestos que sacan de su casa al aficionado sensible para ir a verlos al coso donde se presenten, también hay diestros que figuran pero sacan a los públicos de la plaza donde son anunciados, ya por lo predecible de sus empeños estéticos, por lo prolongado de su gris trayectoria o por lo ocioso de la combinación.

SIN EMBARGO EN el cada vez más enrarecido medio taurino de México, donde inteligencia, compromiso e imaginación parecen haber emigrado, y no precisamente al otro lado, de cuando en cuando surgen propuestas taurinas con esos valiosos ingredientes, o empresarios capaces de traducir su amor por la fiesta de los toros en algo más elegante que convertir a la México en "la única plaza de trancas para cuarenta mil personas" (Rafael Cardona dixit).

ANIMADO POR EL convencimiento de que en la llamada globalización no todo tiene que ser vergonzosa postración, el aficionado y hombre de negocios Fernando Con decidió abrir en México la Casa de Arte Torerías, un original concepto que rebasa la tienda taurina tradicional y, desde luego, las novelescas casas de alquiler de heroica ropa de torear y desteñidos avíos, hoy casi desaparecidas.

PARADOJAS DEL TAURINISMO: Cuando más menguado se encuentra el lujo de expresar sentimientos delante de los toros o de su aproximación, un empresario mexicano echa pa'lante y sin afligirse por la prolongada sucesión de ineptitudes que mantienen a nuestra fiesta en tan prolongado bache, abre un regio establecimiento en Avenida de la Paz 40, local 6, en San Angel, donde, quizá por única vez, pueden alternar aficionados y profesionales durante sus compras.

TORERIAS NO ES sólo el representante exclusivo de Fermín, firma madrileña establecida hace casi 40 años por el prestigiado sastre de toreros Fermín López, sino además una casa de arte concebida como centro de difusión cultural taurina, donde junto con los numerosos productos puestos a la venta se llevan a cabo exposiciones colectivas e individuales, presentaciones de libros y carpetas o sustentados coloquios entre aficionados pensantes.

EN SU ORIGINAL, policromo y fascinante escenario, un pequeño ruedo con pisos de mármol rodeado de finísimos ternos bordados en oro, plata y pasamanería; capotes, muletas, espuertas, fundones, espadas, zapatillas, medias, camisas, corbatines, monteras, botos, polainas, trajes cortos, botonaduras, zahonas, sombreros, boinas, carteras y portapuros; barajas, hombreras y machos; espuelas, bocados, bridas y sillas de rejoneo, así como ropa casual de la marca Torerías, hay igualmente selectos libros, videos, discos compactos y esculturas, y en sus muros cuelgan magníficos cuadros, litografías y dibujos de destacados artistas mexicanos.

ORGULLOSO DE TAN vasto inventario, el director comercial de Torerías y experimentado cronista taurino Mauricio Locken afirma: "El torero que viene aquí el sábado en la noche sale perfectamente aviado para torear al día siguiente en la plaza más importante".