271 ° DOMINGO 2 DE MARZO DE 2003
Elecciones en el estado de México
Ecatepec,
la bolsa del millón de votos

DANIELA PASTRANA

El gobernador Arturo Montiel ya había advertido que no dejaría pasar ni una. Pero el miércoles 19, el alcalde de Ecatepec, Agustín Hernández, no resistió la tentación de presentarse en un acto proselitista con la esposa del presidente, Marta Sahagún. Su asistencia derivó en una denuncia penal del Instituto Electoral mexiquense, cuya presidenta, María Luisa Farrera, fue apuñalada en el elevador del instituto cinco días después. Lo ocurrido esta semana en el estado de México –entidad que el próximo domingo renovará alcaldías y diputaciones– es una muestra de que el prometido cambio está muy lejos de Atlacomulco. Pero, ¿quién se extraña? Ecatepec, el municipio que gobierna el edil panista que se saltó las reglas electorales, es un buen ejemplo de cómo se pelean los votos en el estado

ERAN LOS DIAS EN LOS QUE LA OLA FOXISTA se había llevado todo, hasta el municipio consentido de Ernesto Zedillo. El nuevo presidente municipal de Ecatepec, Agustín Hernández Pastrana, contaba a Masiosare las razones que, en su opinión, habían provocado el desplome del PRI: "El presupuesto se repartía como botín político, nunca se usaba para resolver los problemas y dar servicios públicos".

El edil se estrenaba como funcionario en el municipio más poblado de las tierras mexiquenses enarbolando la bandera del cambio. "Estamos definidos –aseguró entonces–: vamos a meter en cintura a todo aquello que huela a corrupción. El compromiso es desactivar y romper con el PRI, que no tiene ni debe tener ninguna injerencia en nuestra administración".

Hernández Pastrana no sólo no logró su objetivo (las cuotas de poder se mantienen en áreas como la recolección de basura, los bicitaxis, los taxis tolerados y los tianguis), sino que a la postre se convirtió en el principal lastre para el panismo ecatepense, que en julio de 2000 ganó la alcaldía y las diputaciones por más de 50 mil votos.

Con su sueldo de 420 mil pesos mensuales, y con su hija Regina involucrada en la venta ilegal de tierras, el edil se ha convertido en el blanco preferido del PRI en la actual campaña electoral. A eso se agrega su asistencia al encuentro de Martha Sahagún con microempresarias mexiquenses, cuando ya la ley electoral le impedía participar en actos proselitistas, lo que derivó en una denuncia penal en su contra.

En la recta final de la minicampaña mexiquense, su pupilo, Ignacio Labra Delgadillo, tiene un escenario difícil. Las encuestas lo ubican –por unos puntos– debajo del aspirante de la alianza PRI-PVEM, Eruviel Avila, a quien no pocos ven como el candidato del obispo Onésimo Cepeda; y Marcela González, candidata del PRD, le va pisando los talones.

Ecatepec es el municipio emblemático del crecimiento atroz de la zona metropolitana de la ciudad de México. En menos de cinco décadas pasó de 80 mil a un millón 800 mil habitantes; ya tiene ocupado 70% de su territorio y, a diferencia de Nezahualcóyotl (el otro megamunicipio conurbado), no deja de crecer. Su promedio de habitantes por kilómetro cuadrado es tres veces superior a la media de la zona. Dos tercios de sus 533 colonias son irregulares y 52% de las 650 mil personas en edad productiva viven de la economía informal.

Ecatepec es también la última puerta al corredor industrial del Valle de México. El puente entre el oriente pobre y el norte rico de la zona metropolitana. El lugar donde los caciques fincaron su fuerza política en la manipulación de la tierra (vendieron terrenos ejidales, barrancas, cerros y cañadas) para los nuevos habitantes y, donde el obispo Cepeda –amante del golf y amigo de los poderosos– construyó una catedral de 30 millones de pesos.

Sobre todo, es un municipio que tiene la bolsa, nada despreciable, de un millón de votos en potencia.

El imperio de Vicente Coss
Durante dos décadas, el ex alcalde Vicente Coss fue el señor todopoderoso de Ecatepec. Había forjado su poderío con el transporte público desde los años sesenta, tiempos en los que formó un grupo de amigos que solían reunirse en una casa del paraje La Curva de San Agustín. Con el tiempo, a ese grupo se le conoció como La Curva. Años después, con el apoyo del extinto profesor Carlos Hank González, La Curva se convirtió en el centro del poder político de Ecatepec. Pero las fracturas y las disputas del poder entre sus posibles sucesores derivaron en su ocaso.

El primero en separarse de La Curva fue Mario Vázquez, quien a partir de 1980 construyó un grupo de poder propio que lo llevaría a ser alcalde, diputado y líder de la CNOP. Por esas épocas contrajo matrimonio con quien fungía como coordinadora de consulta popular en la campaña de Alfredo del Mazo por la gubernatura y que responde al nombre de Marcela González Salas Petricioli, sobrina del ex secretario de Hacienda, Gustavo Petricioli, y, para más señas, actual candidata a la alcaldía por el PRD.

Su padre, Armando González Salas, fue fundador de la Asociación de Industriales del Estado de México en 1946 con Alfredo del Mazo Vélez, de ahí la cercanía con el otro Del Mazo, quien se convertiría en padrino político de Marcela. Fue Del Mazo quien la presentó con el ex presidente Miguel De la Madrid durante su campaña. Y fue de La Madrid quien la nombró oficial mayor de la Secretaría de Programación y Presupuesto, cuando el titular era el enemigo acérrimo del perredismo, Carlos Salinas de Gortari.

Ella se ha deslindado. "Tenía una ambición desmesurada que a lo largo de la época en que fue secretario se fue perdiendo en una soberbia enfermiza", dijo en una entrevista. Como sea, rompió con Salinas durante la campaña y regresó al gobierno mexiquense con Mario Ramón Beteta. En 1991 regresó a las filas federales como jefa de asesores de Pedro Aspe en la Secretaría de Hacienda, gracias a su relación con Jacques Rogozinsky, coordinador de la Unidad de Desincorporación y compañero de clases en el ITAM.

Pero, cosas de la política, Marcela González Salas es conocida en el municipio por su trabajo en el DIF local, durante la gestión de su marido, y por ser directora del Instituto Mexiquense de Cultura durante los primeros dos años de la administración de Montiel.

En noviembre pasado, después de la designación de Eruviel Avila como candidato a la presidencia municipal del PRI, renunció a 26 años de militancia y aceptó la oferta del PRD. Ahora reconoce: "Había tenido pláticas con el PRD desde antes, sólo que no había tenido el valor para tomar una decisión tan importante".

Católica y guadalupana, Marcela González fue también el enlace para la reconciliación pública entre la presidenta del sol azteca, Rosario Robles, y el polémico obispo de Ecatepec, Onésimo Cepeda. Pero aunque se dice convencida de que el PRD –y sobre todo el jefe de gobierno del DF– es una opción real de buen gobierno, no ha decidido afiliarse. "Es como divorciarse –dice– no te casas con el novio al día siguiente".

El amigo del obispo
Mario Vázquez ganó su capital político con el fraccionamiento de la quinta zona de Ecatepec, al cual llegaron a vivir las familias de dos personajes que con el tiempo formarían la Coordinadora Río de Luz: Alfredo Torres y Eruviel Avila Villegas.

En 1994, Torres alcanzó la alcaldía con el respaldo de Mario Vázquez, quien había sido presidente municipal de 1985 a 1988 y líder de la CNOP. (A principios de los años noventa, Torres y Vázquez se separaron y Avila decidió mantenerse del lado del primero). Como edil, Torres le dio a Eruviel su primer cargo público, en la secretaría del ayuntamiento.

Ahí conoció a Onésimo Cepeda.

"Yo era secretario del ayuntamiento cuando se creó la diósesis (1995)", explica el actual candidato, quien rechaza ser el "consentido" del obispo. "Tengo una relación de trabajo y amistad con el obispo, pero también con otros grupos católicos y evangélicos", jura.

Y será el sereno, pero cuando un domingo de marzo de 2000, en la misa de las 12, el polémico obispo terminó su homilía con una bendición para el entonces precandidato del PRI a la alcaldía, "que además –dijo el cura– es mi amigo", desató a los demonios.

Por esos días se decía que el obispo pasaba horas discutiendo con Jorge Torres quién debería ser el candidato y "nunca quitaba el dedo del renglón de que el bueno era Eruviel". Se dijo, incluso, que Onésimo habría ofrecido que por cada peso que el PRI pusiera para la campaña de Eruviel, él se encargaría de poner otro.

Al día siguiente de las declaraciones del obispo, otros dos precandidatos, Pablo Bedolla y Marco Antonio Gutiérrez, organizaron un mitin en el comité estatal del PRI en Toluca. De la protesta surgió una decisión salomónica: el candidato sería Sergio Rojas Andersen, diputado local y amigo del gobernador. Los otros tuvieron un premio de consolación: Bedolla fue postulado candidato a diputado por el distrito 22 local; Eruviel Avila contendió por el 11 federal, Marco Antonio Gutiérrez buscó la diputación federal en el distrito 10. Todos perdieron, y más de uno piensa que ellos mismos se sabotearon.

Este año, Eruviel Avila y Pablo Bedolla volvieron a enfrentarse por la candidatura. Ya no hubo protestas.

El consentido de Zedillo
"Cuando sienta que el ánimo decaiga, tomaré un camión para venir a ver a mis amigos (ecatepenses), para que me den fuerzas (...) Nada más porque la Constitución no me lo permite, si no Los Pinos se venían a Ecatepec", decía en febrero de 1995, en plena crisis por el error de diciembre, el antipopulista Ernesto Zedillo.

Los Pinos no fueron, pero la última catedral del milenio sí. A finales del sexenio, el último presidente priísta inauguró la fastuosa obra, para beneplácito de su amigo Onésimo, quien alguna vez lo definió como un hombre "honesto, leal, de principios, que si algo tiene es buena fe".

Zedillo fue especialmente cariñoso con Ecatepec. En cinco años se instalaron dos módulos académicos de la Universidad Autónoma del Estado de México y del Instituto Politécnico Nacional. Se construyeron dos redes de agua potable, una de ellas derivada del sistema Cutzamala, y se puso en marcha un hospital general. El presupuesto del ayuntamiento se multiplicó. El Presidente regresó 10 veces al municipio y en marzo de 1999, fue nombrado ciudadano emérito.

Pero la gracia presidencial no fue suficiente para evitar la corrupción y la impunidad. El 3 de junio de 1999, cuando se puso en marcha el tramo Coacalco-Cerro Gordo del sistema Cutzamala de agua potable, Zedillo abrió la llave, y de inmediato en varias colonias empezaron a botarse las válvulas, los tubos se rompieron y hasta se agrietaron algunas calles por las fugas. Apenas el Presidente regresó a Los Pinos se suspendió el servicio.

Los ecatepenses dieron su veredicto el 2 de julio de 2000: el PAN ganó la alcaldía con 37% de la votación contra 28% del PRI y 24% del PRD. Pero, además, se llevó las ocho diputaciones locales y federales en disputa.

La presión del gobierno
"Es escandaloso", dice molesto Ignacio Labra, al referirse a los gastos y al apoyo del gobierno estatal en la campaña de Eruviel Avila. "El PRI utiliza las instituciones para pegarle a los candidatos".

Apenas el pasado fin de semana, el panista recibió un citatorio para presentarse a declarar ante el ministerio público. ¿El delito? La pinta de una barda. "Me demandan por una barda que yo no pinté y no sé ni dónde está. Es estar presionando a los candidatos", dice el más joven y menos experimentado de los tres aspirantes a la alcaldía con posibilidades de triunfo (su único puesto público ha sido como diputado local).

Labra era presidente del comité municipal del PAN cuando Hernández Pastrana fue postulado a la alcaldía y desde que ganó, el edil lo señaló como su sucesor. Labra dice que tiene el "respaldo moral" del edil panista, pero nada comparado con el apoyo que tiene Avila, el puntero según los sondeos electorales.

El candidato se integró a las filas del PAN en 1989, "cautivado –dice– por Manuel Clouthier". En 2000 ganó la diputación local con 70 mil votos. Y como el resto de los diputados y dirigentes locales, no fue ajeno al encontronazo por el control estatal del partido que han protagonizado el presidente nacional del PAN, Luis Felipe Bravo Mena, y el subsecretario de Gobernación, José Luis Durán Reveles, dos hombres que tienen puesto el corazón en la gubernatura del estado. Se quedó del lado de Bravo Mena. Cuando 13 diputados de Acción Nacional formaron una fracción independiente, él se quedó del lado del coordinador de la bancada, Julián Angulo, quien lo nombró vicecoordinador.

uuu

En las elecciones locales de hace tres años votaron 602 mil ecatepenses. El PAN ganó la alcaldía con 225 mil votos, seguido del PRI, con 171 mil y en tercer lugar el PRD, con 148 mil. El escenario previsible para el próximo domingo es muy distinto. Aunque las encuestas, para variar, no coinciden, los partidos esperan una elección más cerrada en tres tercios. El priísta-ecologista, Eruviel Avila, lleva una mínima delantera que sus adversarios no reconocen. La lucha, dicen, será por cada voto.


El peor escenario

El pasado miércoles 19, Marta Sahagún y el secretario de Economía, Fernando Canales Clariond, inauguraron la "primer jornada de capacitación para mujeres empresarias de bajos recursos". El escenario fue el Tecnológico de Estudios Superiores de Ecatepec. Los dos personajes estelares enarbolaron la bandera del cambio de Vicente Fox. "En el México actual las mujeres somos portadoras y portavoces centrales del cambio", dijo la esposa del presidente. "Nos transformamos en paz, en forma entusiasta y positiva. Mantengamos esta postura, porque es la que más nos conviene, porque es la que ha probado la mayor eficacia, porque es lo que ha caracterizado nuestra lucha de género".

Al evento asistió el alcalde Hernández Pastrana, en su calidad de panista.

Dos días antes, el Instituto Electoral había convocado a los alcaldes y regidores a ajustarse a los lineamientos del Código Electoral local, el cual restringe la promoción de programas gubernamentales 20 días antes de la elección local. El gobernador Montiel anunció que suspendería sus actos e invitó a Fox a hacer lo mismo, pues el presidente tenía programada una gira en la entidad al día siguiente. La visita presidencial a Chalco coincidió con el exhortó del IEEM a los funcionarios locales.

El 19, el Instituto publicó otro desplegado, esta vez dirigido al presidente Fox: "Solicitamos al Presidente de la República, Vicente Fox Quesada y a sus colaboradores en el ámbito federal, que respeten las disposiciones legales estatales y contribuyan decididamente a impedir que desde la esfera gubernamental federal influyan en el ánimo o percepción de los votantes mexiquenses", decía el documento firmado por la presidenta del órgano electoral, María Luisa Farrera.

No faltó quien viera la mano del secretario de gobierno, Manuel Cadena, detrás del exhorto. Después del acto en Ecatepec, el Instituto Electoral presentó una denuncia penal en contra del edil, quien asegura que no usó recursos públicos ni fue un evento organizado por el ayuntamiento.

El alegato jurídico tensó las campañas a escasas dos semanas de la jornada electoral. El martes pasado, cuando el Consejo General del IEEM discutiría el tema, su presidenta, María Luisa Farrera, fue apuñalada en el elevador del instituto, en un hecho que el procurador local vinculó al clima político.

Así las cosas, los candidatos no descartan que el clima electoral, rumbo al 9 de marzo, empeore en los últimos días.

"Ese es el peor escenario", dice Eruviel Avila.

Pero parece que en el gobierno estatal no comparten la misma opinión.