Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Martes 4 de marzo de 2003
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Mundo
Hussein, en un peligroso juego de concesiones para evitar la guerra

BLANCHE PETRICH ENVIADA ESPECIAL

Bagdad, Irak, 3 de marzo. Cuando aparezca el sol en Levante, este 4 de marzo, empieza el mhrum, primer mes del año nuevo del Islam. De acuerdo con el Corán, los musulmanes tienen prohibido hacer la guerra. Esto no significa que los iraquíes, sean moros o cristianos, puedan olvidar que viven en un país rodeado por más de 250 mil soldados de un ejército enemigo listo para atacar.

El estado de alerta máxima para la población sigue en pie y en todas las casas del país se cumple desde hace varios días un plan nacional de construir en cada casa habitación pequeñas trincheras de defensa personal y pozos familiares para almacenar agua. En la capital esto apenas comienza, pero en las carreteras hacia zonas rurales que rodean a Bagdad sí se ve, a lo largo del trayecto, cómo los campesinos levantan pequeños montículos de tierra, con un hoyo profundo en el centro y unos cuantos costales encima: nada que espante el avance de un enemigo medianamente armado.

irak-militaresEn público y en privado se habla, como si fuera una certeza, de que tarde o temprano el presidente de Estados Unidos, George Bush, apretará el botón para echar a andar la mayor maquinaria de guerra que hasta ahora se ha conocido.

El cierre de varias embajadas en las últimas semanas parece ser una señal que se suma a esta fatalidad. Los últimos encargados de las sedes diplomáticas de Turquía, Filipinas, España, Portugal, Polonia y la oficina de intereses de Estados Unidos hace días que apagaron las luces y se fueron. Muchas otras, la mayoría, están abandonadas desde tiempo atrás, incluso algunas, como la de México, no volvieron a abrir después de la guerra de 1991. Del llamado mundo occidental sólo permanecen, al pie del cañón, los embajadores de Cuba, Rusia, Venezuela y el Vaticano. Este último, sorpresivamente, se ha convertido en un factor decisivo en los tiempos recientes.

Pero mientras llega la hora del ataque, el gobierno de Saddam Hussein cumple desde hace tres días la más reciente condición impuesta por las Naciones Unidas: destruir 200 cohetes Al Samoud que, según insisten las autoridades iraquíes, son armamento defensivo. El sábado pasado fueron inhabilitados cuatro de estos cohetes que, sin la carga de tres mil kilos de explosivos, rebasaron por 40 kilómetros el límite de un alcance de 150 establecido por la ONU para empezar a considerarlos como "armas de destrucción masiva". El domingo pasado fueron destruidos otros seis. Este lunes, otros diez tuvieron que ser sometidos al paso de los bulldozers, que los dejaron hechos hojalata. Los ochenta Al Samoud restantes también tendrán que ser destruidos.

La noticia de que Irak tiene que deshacerse de buena parte de su armamento de defensa en momentos en los que una agresión en gran escala es inminente provoca, entre funcionarios y ciudadanos comunes y corrientes, expresiones de preocupación e indignación, de dolor incluso. "Es tan injusto que tengamos que destruir lo mínimo que tenemos para defendernos. ¿Por qué no le piden lo mismo a Israel, incluso a Turquía, a otras naciones que tienen un potencial de destrucción mucho mayor que nosotros?", comenta un dirigente del Partido Baas.

Lo cierto es que el ejército iraquí no es, ni de lejos, una potencia militar en Medio Oriente. Dejando a un lado Israel, que en términos de poderío militar es el robocop de la región, Turquía es quien tiene el mayor potencial bélico. Irán y Siria, vecinos de Irak y fuertes opositores a los planes de Estados Unidos para con el régimen de Hussein, también poseen ejércitos y equipamientos de más peso que el iraquí.

Las trampas de la astucia

Apenas una semana atrás, el tema de los Al Samoud parecía que podía ser la chispa que hiciera explotar esta crisis. Como en ocasiones anteriores, Hussein esperó hasta el último momento, insistiendo en que no cedería a las condiciones de desarme de la ONU. Con poco arte diplomático, Bush y su secretario de Estado, Colin Powell, cayeron, una vez tras otra, en la trampa. En noviembre proclamaron que la negativa de Bagdad a aceptar el retorno de los inspectores de la ONU sería el detonante de la guerra. En el último minuto antes de vencerse el plazo, Hussein cedió y dejó sin argumentos a Washington.

La jugada se ha repetido tres veces más. Antes fue la aceptación de la resolución 1441 del Consejo de Seguridad y la autorización de los sobrevuelos de aviones U2 en la zona de exclusión del sur. Ahora son los misiles. Y cada episodio ha ido retardando el reloj de la ofensiva estadunidense.

En medios diplomáticos aquí se considera que esta política fortalece la vía de la solución pacífica abierta por Francia en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas. En todo caso, amplía el compás de espera para el pueblo iraquí, que vive con una espada de Damocles sobre la cabeza.

Pero hay otras opiniones. Hay quien califica de astuta la política de Hussein y hay quienes apuntan a que es un arma de doble filo, porque el presidente iraquí únicamente refuerza con ello la idea de que sólo a base de presiones muy intensas -tan intensas que han escenificado los mayores preparativos bélicos de la historia- es capaz de acceder a desarmarse.

Si bien la artillería de defensa del ejército tendrá que pasar bajo la aplanadora del bulldozer, en los distintos sectores de la ciudad, a todos los niveles socioeconómicos, en el campo y en la ciudad, se proclama a los cuatro vientos que "toda la población está armada y lista para resistir".

A quien se le pregunte, en la calle o incluso en las altas esferas del gobierno, confirmará que ha recibido entrenamiento militar y que tiene a su disposición un arma. Son millones de Kalashnikov y granadas de mano que están en poder de ciudadanos organizados en distintas estructuras. Cada uno, cierta tarde de la semana, sabe que tendrá que terminar temprano sus actividades cotidianas porque tiene que acudir a sus prácticas militares.

Cada día, también, la principal noticia en los periódicos oficialistas de Irak, los únicos autorizados -el Iraq Daily, único que se edita en inglés; La Revolución, órgano del partido Baas; La República, órgano del Estado; Babel, privado, e Iraq, el diario de la región autonómica kurda del norte-, registran en breves líneas las reuniones que Hussein ha sostenido cada día con los 18 gobernadores del país, los comandantes de las zonas militares, el alto mando del ejército, los jefes de la guardia nacional, todos estos actos para demostrar la unidad y cohesión de las fuerzas de seguridad en torno al mandatario.



Bagdad prepara nuevo inventario sobre ántrax y gas VX

Irak presentará un nuevo informe de sus inventarios sobre el gas nervioso VX y ántrax antes del 10 de marzo, informó este lunes el portavoz de la Organización de Naciones Unidas (ONU) en Bagdad, Hiro Ueki. Esta decisión ocurre tras discusiones técnicas entre el organismo mundial y los responsables iraquíes el domingo por la noche sobre las formas de medición de las cantidades de ántrax y de VX que los iraquíes habrían destruido unilateralmente en julio de 1991. Además, un científico iraquí fue interrogado en privado por los inspectores, con lo que ya son tres los interrogatorios de ese tipo efectuados desde el viernes.

Mientras, seis iraquíes murieron y otros 15 resultaron heridos en un bombardeo británico-estadunidense en Basora, al sur de Irak, informó este lunes un portavoz militar en Bagdad a la agencia oficial Ina. El bombardeo, efectuado durante la noche del domingo al lunes, tuvo como objetivo "instalaciones civiles", afirmó el portavoz, según el cual "la agresión provocó la muerte de seis ciudadanos e hirió a otros 15". Los aviones, procedentes de bases en Kuwait, efectuaron 71 incursiones en la provincia de Basora y en otras localidades del sur, según el portavoz.

En Estados Unidos, el Comando Central había anunciado que aviones de combate estadunidenses y británicos bombardearon una serie de objetivos militares en el sur de Irak en reacción a "actos hostiles" iraquíes. Cuatro centros de comunicación fueron atacados cerca de Al Kut, unos 150 kilómetros al sureste de Bagdad, y una instalación de defensa antiaérea cerca de Basora, añadió el Comando Central.

De su lado, el ministerio británico de Defensa rechazó que los objetivos de los bombardeos de este lunes hubieran sido blancos civiles y subrayó que "hemos efectuado un exhaustivo estudio de los daños causados y no hay ninguna evidencia de que haya víctimas civiles".

AFP

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