Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 7 de marzo de 2003
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Mundo

VIENTOS DE GUERRA

Gran Bretaña, dispuesto a aceptar una concesión en el borrador de la nueva resolución

EU nunca había estado tan aislado desde 1945, dice ex asesor de Seguridad Nacional

Sigue el intenso cabildeo en el Consejo de Seguridad por los votos de México y Chile

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 6 de marzo. El gobierno de George W. Bush ha concluido que en estos momentos perdería una votación en el Consejo de Seguridad en torno a una segunda resolución autorizando la acción militar contra Irak, y ahora enfrenta una decisión difícil sobre si continuar con sus esfuerzos para lograr el apoyo de suficientes países en el órgano ejecutivo de la ONU, o abandonar ese intento para posiblemente actuar al margen del organismo mundial.

Al mismo tiempo, el canciller británico Jack Straw dijo hoy que su gobierno estaría dispuesto a aceptar una concesión en el borrador de la resolución ante el consejo que ofreciera a Saddam Hussein una última oportunidad para cumplir con las demandas de la ONU. Pero la prensa británica informa que la concesión involucraría sólo una prórroga de no más de una semana después de la aprobación de la resolución para Irak. De acuerdo con analistas estadunidenses, Washington podría aceptar una demora de unos cuantos días, pero no de semanas.

La Casa Blanca, de acuerdo con la cadena ABC, está considerando proponer al Consejo de Seguridad la próxima semana una oferta donde a cambio de la aprobación de su resolución, Estados Unidos acordaría posponer por breve tiempo la acción militar.

Según estas versiones, la propuesta sería que la ONU establecería un ultimátum a Saddam Hussein para presentar todas sus armas de destrucción masiva o exiliarse en un plazo muy breve -entre tres y siete días-, o se lanzaría el ataque contra su país.

Pero la decisión para Washington ahora está entre más negociación y cabildeo dentro de la ONU y el abandono de ese proceso, de acuerdo con el analista Jeff Laurenti, principal investigador en la Asociación de Naciones Unidas. Aun con toda la presión aplicada durante las últimas dos semanas, señaló, Estados Unidos sólo puede contar hasta ahora con el voto de cuatro de los 15 miembros del Consejo de Seguridad para su resolución autorizando la acción militar.

Rechazo explícito

Hoy, el canciller chino Tang Jixuan declaró que su país no apoya una segunda resolución, lo cual implica que tres de los cinco miembros permanentes del consejo -con derecho al veto- se oponen explícitamente a la postura estadunidense.

Estados Unidos amaneció este jueves con titulares de periódicos declarando: "EU en situación difícil al incrementarse su aislamiento" y "Las fisuras se profundizan". Zbigniew Brzezinsky, asesor de Seguridad Nacional del presidente Jimmy Carter e influyente figura en el debate de política exterior estadunidense, indicó esta semana que Estados Unidos "nunca ha estado tan aislado globalmente, literalmente nunca, desde 1945". Agregó que "hay dos peligros... una guerra no pensada conducida por nosotros y Saddam alentado a no ceder".

Diplomáticos estadunidenses, supuestamente encabezados por el propio secretario de Estado Colin Powell, han aconsejado a la Casa Blanca seguir buscando el apoyo dentro de la ONU. Pero en el círculo íntimo de Bush, según un reciente reportaje del veterano periodista del Washington Post, Bob Woodward, también hay halcones en torno al secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, que desde el año pasado vienen advirtiendo que intentar ganar el apoyo a través de la ONU sólo entramparía a Estados Unidos en un ciclo interminable de negociaciones diplomáticas que no resultarán en el desarme iraquí, pero sí en una demora de la acción militar.

Estados Unidos acudió a la ONU "para demostrar su respeto a lo que se llama la opinión mundial", declaró este jueves a CNN el ex secretario de Estado Henry Kissinger. "Pero el efecto práctico es que unos países pequeñísimos (y) lejanos tienen ahora un voto sobre un asunto que no tiene gran importancia para ellos pero que es fundamental para Estados Unidos".

Estimó que hubiera sido mejor que Washington afirmara su autoridad de actuar bajo la doctrina de la autodefensa para lanzar la acción militar con aliados dispuestos y sin el apoyo del Consejo de Seguridad.

La presión de los halcones

El Pentágono ha informado que está listo para una guerra contra Irak en cualquier momento. Pero después de mediados de abril, el clima es cada vez más caluroso y las condiciones de batalla más difíciles para las fuerzas armadas estadunidenses. El general Tommy Franks, comandante de las fuerzas estadunidenses en Medio Oriente, informó después de su reunión con Bush el miércoles que hay suficientes fuerzas en la región como para lanzar una guerra de inmediato. "Estamos en una posición de ofrecer la opción militar", dijo.

Pero versiones de los medios locales indican que ni Franks ni su jefe Rumsfeld desean una demora en la acción militar más allá de finales de marzo. Rumsfeld en particular está promoviendo que Estados Unidos abandone el proceso de la ONU y avance en la consolidación de la llamada "coalición de los dispuestos", que apoyaría una guerra sin la aprobación de la ONU.

Estos halcones están preocupados de que la vía de la ONU al final pudiera dejar a Hussein en el poder y con ello no lograr su objetivo de un "cambio de régimen". El canciller británico Jack Straw afirmó hoy que si Irak cumple con las resoluciones de la ONU, Hussein podría permanecer en el poder.

"La decisión para el gobierno de Bush está entre lavarse las manos del proceso de la ONU o encontrar otra forma para llegar básicamente a un arreglo", explicó el analista Laurenti en entrevista con La Jornada. Para Estados Unidos, dijo, Irak ya está en violación material de las pasadas resoluciones de la ONU y en la lógica de que esas resoluciones ofrecen suficiente autoridad para lanzar una acción militar. "Es una hoja de higuera" comentó Laurenti, pero es suficiente para muchos del gobierno de Bush.

Al mismo tiempo, actuar sin el apoyo de la ONU dañaría las relaciones internacionales de Estados Unidos y la legitimidad de las acciones militares, indicó Laurenti. Washington, añadió, podría estar dispuesto a "ofrecer un poquito más de tiempo a cambio de la autorización de guerra", pero sólo si los plazos son relativamente breves. En este contexto, señaló, las propuestas canadienses para establecer una fecha límite explícita podrían ofrecer uno de los principales ingredientes para una componenda.

Al respecto, el diario Los Angeles Times y CNN reportaron hoy que México y Chile han desarrollado una versión modificada de la propuesta canadiense con fechas límites específicas que ahora circulan en el Consejo de Seguridad. Sin embargo, la misión de México ante la ONU negó, en comentarios a este periódico, que México haya presentado alguna propuesta concreta que definía plazos específicos.

Por lo pronto, el presidente George W. Bush habló por teléfono este jueves con su colega Vicente Fox, y el miércoles por la noche la Casa Blanca convocó a los embajadores latinoamericanos, todo dentro de su intenso esfuerzo de cabildeo sobre Irak. Un vocero de la Casa Blanca comentó a la agencia Reuters que los presidentes Bush y Fox "discutieron esfuerzos internacionales para lograr el desarme de Irak, y el proceso diplomático en la ONU".

ƑDónde está México?

México ha adoptado un papel mucho menos visible en el Consejo de Seguridad este año, bajo la dirección del canciller Luis Ernesto Derbez, en comparación con su presencia en el debate anterior sobre la resolución 1441 adoptada en noviembre. Aunque hay indicios de intensa actividad diplomática por parte de México, esta se ha realizado en gran medida en privado, comentan analistas.

"Los mexicanos han estado mucho menos visibles que en el otoño pasado, cuando estaban entre los interlocutores de la resolución 1441", afirmó Laurenti. "Ahora no los veo que lideren para dar forma a los eventos como lo fueron antes".

El respetado analista recordó que México trabajó abiertamente con Francia para formular la resolución y su negociación en noviembre, que culminó con la aprobación unánime del Consejo de Seguridad. "Ahora parece que se han revertido a buscar cómo evadir daños y esperando que otros puedan obrar", agregó. "Tienen una cancillería que siente la intensa presión de Estados Unidos", concluyó.

A la vez, los comentarios de Straw hoy, junto con el hecho de que en las últimas dos semanas ni un solo miembro del Consejo de Seguridad se ha declarado públicamente en favor de la resolución promovida por Estados Unidos y Gran Bretaña, con el apoyo de España y Bulgaria, indican que por el momento la postura estadunidense no ha logrado obtener el mínimo de nueve votos necesarios para aprobar su resolución, ni ha sentado las bases para establecer un "puente" entre las divisiones fundamentales dentro del consejo.

Para peor de lo poco que se sabe, ha resultado todo lo contrario: las divisiones se han profundizado hasta llegar a amenazas del uso del veto para asegurar que no se apruebe la resolución autorizando el uso de la fuerza contra Irak.

La postura presentada por los embajadores de México y Chile ante la ONU la semana pasada, insistiendo en la necesidad de lograr un consenso pleno dentro del consejo para otorgar legitimidad a cualquier decisión sobre Irak, favoreciendo una solución "pacífica" y "multilateral", ha complicado el panorama para Estados Unidos en la ONU. Según cálculos compartidos por muchos, si Estados Unidos opta por demandar un voto sobre su resolución, ésta sólo lograría obtener el mínimo de nueve apoyos con el voto de México o Chile.

Este viernes, el jefe de inspectores de armas de la ONU rendirá su informe sobre Irak, que ofrecerá elementos para nutrir a ambas posiciones dentro del consejo, entre los que abogan por mayor tiempo para el proceso de inspección de armas y los que buscan la autorización para el uso de la fuerza ahora. El juego final en torno a Irak se ha iniciado.


VIENTOS DE GUERRA

Ivanov ratificó a Powell que la vía diplomática "aún no está agotada"

Rusia espera que EU modifique el texto de la nueva resolución contra Irak

Deben ampliarse los plazos antes de considerar que Hussein "desaprovechó su oportunidad"

JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL

Moscu, 6 de marzo. En la víspera de la importante reunión del Consejo de Seguridad de la Organización de Naciones Unidas (ONU), cuyos miembros conocerán este viernes el informe de tres meses de labores de los inspectores de armas en Irak, Rusia aboga por que Estados Unidos no someta a votación el actual proyecto de resolución que autoriza el uso de la fuerza.

El Kremlin cree que no está agotada la vía política y diplomática en Irak, según ratificó esta tarde por teléfono el canciller Igor Ivanov a su colega estadunidense, Colin Powell, pero ello no le quita a Moscú la certeza de que Washington, en cuestión de semanas o incluso días, lanzará un ataque militar contra el régimen de Saddam Hussein, con o sin el consentimiento de la ONU.

A pesar de las declaraciones tranquilizadoras de los voceros oficiales, hay signos que apuntan en ese sentido. Uno de los más claros es la celeridad con que el Ministerio de Situaciones de Emergencia ruso comenzó hoy a instrumentar la decisión política de desalojar de inmediato a los cerca de 700 ciudadanos rusos, diplomáticos incluidos (salvo los funcionarios de guardia que permanecerán en el búnker de la embajada bajo cualquier circunstancia) que trabajan en Irak.

Coincidentemente, y esto tampoco contribuye a restar dramatismo a la situación, este mismo día la misión diplomática de Irak en Moscú hizo público su agradecimiento a los rusos que han expresado el deseo de viajar al país árabe como escudos humanos, pero anunció que no concederá ni una sola visa más con ese fin y que se pidió a los que ya están ahí que regresen a Rusia.

Mientras tanto, el canciller Igor Ivanov viaja a Nueva York convencido de que Estados Unidos tomará en cuenta la reciente declaración conjunta de Francia, Rusia y Alemania, a la cual se sumó hoy China, en la cual estos cuatro países, tres de ellos con derecho a veto en el Consejo de Seguridad, reiteran que aún es posible resolver la crisis iraquí sin recurrir a la fuerza.

Así como la corriente en favor de la paz que encabeza Francia considera "innecesaria" una nueva resolución, también admite en el documento que las inspecciones "no pueden durar indefinidamente".

En esta última concesión, se comenta aquí, puede estar el eje de la propuesta que Ivanov negociará a puerta cerrada con Powell, dentro de una estrategia coordinada con sus colegas francés, alemán y chino.

Ante la falta de consenso entre los miembros permanentes del Consejo de Seguridad, Rusia no piensa que Estados Unidos llegue al extremo de retirar su borrador de resolución, lo que en otra época equivaldría a reconocer como improcedente el uso de la fuerza, tan sólo para salvar el último obstáculo y, tras dar por muerta a la ONU, hacer la guerra por su cuenta y riesgo.

Rusia espera que Estados Unidos acepte modificar el texto, consciente de que se tendría que añadir al borrador de resolución un párrafo que establezca los plazos y las condiciones que debe cumplir Irak, antes de que el Consejo de Seguridad pueda concluir que Hussein "desaprovechó su última oportunidad".

La paz obtendría un respiro, si bien todavía es grande el riesgo de que no haya acuerdo en torno a los términos del ultimátum a Hussein y, entonces, Estados Unidos opte por redoblar sus presiones para conseguir el apoyo formal de México y otros miembros del consejo hasta alcanzar un mínimo de nueve para iniciar la guerra.

Con esta mayoría como justificación, incluso si alguno de los miembros permanentes aplica finalmente su derecho al veto, Estados Unidos se dará por "legitimado" para hacer la guerra.

El gobierno de George W. Bush, con el mismo cinismo con que encubre los motivos verdaderos para lanzar un ataque contra Irak, sabe que Francia, Rusia y China se oponen, en realidad, a que Estados Unidos decida por sí solo a qué régimen derrocar y cuándo.

Por lo mismo, un eventual veto de Francia, Rusia o China, o uno de las tres juntas, podría poner en entredicho el liderazgo que pretende arrogarse Estados Unidos, pero no vendría acompañado, como sucedía en los tiempos de la guerra fría, del peligro de ser atacado con armas nucleares.

Hasta ese punto, es obvio, nadie saldrá en defensa de Saddam Hussein.


Acrecentaría el sentimiento antiestadunidense, advierten

Un ataque sin aval de la ONU violaría el derecho internacional: expertos

REUTERS

Nueva York, 6 de marzo. Una guerra contra Irak encabezada por Estados Unidos y lanzada sin la autorización de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) es considerada una violación al derecho internacional por muchos países y expertos legales.

Esta es una de las razones por las que Estados Unidos está esforzándose tanto para asegurar una nueva resolución que autorice la guerra en el Consejo de Seguridad de la ONU. Sin embargo, el presidente George W. Bush ha dejado claro que se siente en libertad de lanzar una guerra de cualquier manera, aun si resulta imposible ganar el voto.

"En ausencia de una nueva resolución, muchos estados en todo el mundo percibirán esta guerra como un acto no sólo ilegítimo desde el punto de vista del derecho, sino también carente de legitimidad política", dijo Steven Ratner, catedrático de derecho internacional en la Universidad de Texas. "Provocará que muchos afirmen que esta es una guerra ilegal e injusta, lo cual causará un considerable daño político a la administración Bush", añadió.

Dicha administración ha argumentado que tiene toda la autoridad que necesita para lanzar una guerra, debido a que existen resoluciones previas de la ONU, aprobadas desde 1991, en las que se exige a Irak renunciar a todo su armamento no convencional. Fundamentalmente, Estados Unidos da así precedencia jurídica a las leyes y a la Constitución estadunidenses, instancias bajo las cuales el Congreso declara la guerra y el presidente actúa como comandante en jefe.

"El presidente no es un subsidiario de Naciones Unidas, de la misma forma en que el embajador de Camerún no decide lo que puede o no puede hacer", señala Danielle Pletka, del conservador Instituto del Empresariado estadunidense.

En un reciente debate en el Comité de Relaciones Exteriores, Anne-Marie Slaughter, decana de la Escuela Woodrow Wilson de Asuntos Públicos e Internacionales de la Universidad de Princeton, señaló que ocho de diez abogados de derecho internacional considerarían que un ataque estadunidense sin una nueva resolución es una violación a las leyes internacionales.

Pletka señaló que esa es la única razón por la que Washington ha trabajado tan duro para garantizar la votación en favor de su propuesta en el Consejo de Seguridad.

Una resolución podría desinflar temporalmente las velas del movimiento antibélico internacional que tan rápidamente está ganando fuerza. Por el contrario, el ir a la guerra sin resolución encenderá los sentimientos antibélicos y antiestadunidenses y los llevará a nuevas dimensiones.

Incluso en Estados Unidos, las encuestas demuestran que la mayoría de los electores preferirían que se fuera a la guerra con la autoridad de una nueva resolución.

"Si Estados Unidos abandona a la ONU y decide navegar por su cuenta, estaría dejando a un lado la estructura internacional que ha gobernado la forma en que las guerras se han luchado durante el último medio siglo", sostuvo Jeffrey Laurenti, de la Asociación Estadunidense para la ONU.

Dado que muy pocos expertos considerarían defensa propia un ataque preventivo como el que Bush está considerando, el mejor argumento con que cuenta la administración de que sus planes están dentro de la legalidad internacional provienen de la idea de que la autorización de la guerra proviene de una larga serie de resoluciones previas de la ONU sobre Irak.

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