Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 7 de marzo de 2003
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Cultura
Con la aparición del MTV la imagen dejó de ser auténtica y devino prefabricada

Wolman: la industria del rock redujo a los fotógrafos a meros publicistas

Comparte con La Jornada vivencias como testigo privilegiado de la evolución del género

Anoche se inauguró la colectiva Rolling Stone 40 X 20 en el Auditorio Nacional

ARTURO GARCIA HERNANDEZ /I

Un instante puede ser eterno. Lo demuestra aquella fotografía que Baron Wolman le tomó a Janis Joplin en su casa, un día de noviembre de 1967. Ella tenía 24 años y en sus ojos ya asomaba su alma turbulenta, su pasión, su fuerza, conservadas con impactante elocuencia. Es una de las fotos imprescindibles en la iconografía mundial del rock.

Su autor, ex editor fotográfico de la revista Rolling Stone en su época dorada, se encuentra en la ciudad de México, donde anoche asistió a la inauguración de la exposición fotográfica Rolling Stone 40 X 20, proveniente de las galerías Govinda, de Washington, y Madison Fine Artes, de Nueva York, conmemorativa de los 40 años de la banda inglesa. Wolman es uno de los 20 fotógrafos cuyos trabajos conforman la muestra (en la que también participa el mexicano Fernando Aceves), que se presenta en el Auditorio Nacional.

La real intimidad

Testigo privilegiado de uno de los movimientos culturales más importantes del siglo XX, Baron Wolman repasa en entrevista con La Jornada los cambios en la forma de ver y vivir el rock.

-Usted ha visto parte importante de la historia del rock.

-Sí, la época más importante, la de finales de los años 60, cuando el rock se volvió extraordinariamente popular.

-¿Ha cambiado de entonces a la fecha la manera de ver a los iconos del rock? ¿En qué sentido?

-Definitivamente, sí. Al principio, cuando tomaba fotos podía acercarme todo lo que quisiera al personaje, tomar su rostro y lograr una foto real. Pero cuando empezaron los tiempos de MTV, la imagen de los personajes dejó de ser auténtica para convertirse en elaborada, una imagen prefabricada.

-¿Quiere decir que el fotógrafo pasó de ser descubridor, revelador de iconos a simple reproductor de la imagen que las estrellas de rock querían dar de sí mismas?

-Al principio, los fotógrafos convivíamos e inclusive éramos amigos de quienes estaban en los grupos. Cuando la industria de la música creció, nos convertimos en máquinas que les ayudaban a impulsar sus carreras.

-¿Eso condicionó la creatividad de los fotógrafos?

-La condicionó tanto que preferí retirarme del negocio, porque mi creatividad consiste en destacar el alma y la verdadera personalidad de la persona a la que fotografío.

-¿Tenía conciencia de que las fotos que tomaba se volverían testimonio histórico?

-No tenía ni idea. Era muy joven y para mí era pura diversión estar con las bandas, abrazar a las mujeres que iban con los músicos, escuchar los conciertos, pero pensaba que un día iba a tener que trabajar en serio para ganarme la vida.

-En una foto captó a Jeff Beck dormido. ¿Qué diferencia hay entre esa foto y lo que hoy hacen y buscan los paparazzi?

-Tomé esa foto porque estaba de viaje con la banda, comía y conversaba con ellos. Convivía con ellos. Los paparazzi no tienen oportunidad de desarrollar intimidad con los artistas, son más bien como un león escondido esperando a su presa. La diferencia es absoluta, no hay real intimidad.

-¿La fotografía de rock constituye una especialidad?

-Es probable que cualquier buen fotógrafo puede tomar una buena foto de rock ocasionalmente, pero para tener buenas fotos con regularidad se tiene que amar la música, amar a los músicos, tienes que escucharlos. Es otro tipo de oficio.

-¿Los fotógrafos están en condiciones de seguir generando una iconografía del rock?

-Si vas a un puesto de revistas, verás que muchas personas se las llevan, recortan las fotos, es decir, siguen siendo importantes, pero siempre y cuando el fotógrafo tenga oportunidad de acercarse un poco a las bandas y a los músicos, tener contacto íntimo. No sé si alcance para seguir creando una iconografía, pero por lo menos habría una aportación.

Dilución de una idea original

-A la distancia, ¿cómo ve el papel de la revista Rolling Stone en la creación de una iconografía del rock?

-Existían otras revistas que tocaban el tema, pero Rolling Stone fue la primera publicación profesional que tomó en serio al rock; teníamos excelentes escritores, fotógrafos, diseñadores. El creador de la revista, y los que empezamos jóvenes. El fundador, Jann Wenner, hizo realmente un gran esfuerzo por llevar la realidad del rock a la revista. Antes de Rolling Stone había publicaciones dedicadas a la música, pero eran lo que llamamos publicaciones internas, para la gente que estaba dentro de la industria. Wenner tenía entonces 21 años.

-Usted, ¿cómo se integra a la revista?

-Yo era un viejo, ya tenía 27 años. Una ocasión en una pequeña universidad de San Francisco se hizo un simposio sobre rock, por primera vez se realizaba algo así. Me enteré y me atrajo porque iban a asistir grandes personalidades del medio. Quería cubrirlo porque me dedicaba al fotorreportaje. Le llamé a un compañero para que fuéramos, pero no le interesó, sin embargo me habló de un tipo que se llamaba Jann Wenner al que seguramente le iba a interesar. Así lo conocí. Después de esto Wenner me llamó y me dijo que iba a empezar una revista de rock, me invitó a participar. Le dije que era una gran idea. El me preguntó si tenía 10 mil dólares para prestárselos, le dije que no pero accedí a tomar las fotos de la revista sin cobrar, siempre y cuando me diera parte de las acciones. El resto es historia. Pero Rolling Stone de hoy no es lo que fue en aquellos tiempos.

-¿Para bien, para mal? ¿Por qué?

-Para mal. Pero debemos entender que desde joven Wenner era un hombre de negocios, tenía una mira comercial, quería triunfar en los negocios. Además, al principio éramos muy inocentes, muy ingenuos, muy politizados. Pero conforme avanzaba la revista, se hizo popular y devino negocio. Entonces se diluyó la idea original. Muchos de nuestros mejores escritores y editores se alejaron de la publicación cuando Wenner dijo, por ejemplo, no más política en la revista. Pero si se revisan los primeros 20 años de Rolling Stone y se analizan cuidadosamente, se verán largos artículos sobre política, temas sociales, con puntos de vista muy honestos sobre cuál era la posición política de Estados Unidos desde finales de los años 60 hasta finales de los 80. Escritores como Tom Wolfe y fotógrafos como Sebastião Salgado se interesaron mucho en el proyecto, porque tenía una visión social y política. Hoy lo único que le interesa es la producción y cuánto se vendió.

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