Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Lunes 10 de marzo de 2003
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Sociedad y Justicia

Ocho rectores latinoamericanos condenan esa doctrina que "conduce a la agonía"

El neoliberalismo, lo peor que ha ocurrido a la universidad pública

En Argentina "incrementó la pobreza" Estudiantes individualistas, entre los efectos lamentables
Ese dogma rechaza la idea central de autonomía; la cree opuesta a la eficiencia: Víctor Moncayo

KARINA AVILES

Ocho rectores de las universidades más importantes de Latinoamérica unen sus voces en entrevistas con La Jornada para expresar repudio al sistema neoliberal en las instituciones de educación superior públicas. "šEl neoliberalismo es la peor cosa que les ha pasado!", conduce "a la agonía" del sistema público universitario por asfixia financiera, fomenta "un estudiante que da más valor a las conquistas individuales que a las sociales", son algunas de las respuestas.

Las entrevistas se efectuaron por separado, al margen de los trabajos que durante dos días efectuaron en la segunda Reunión de Rectores de la Red de Macrouniversidades Públicas de América Latina y el Caribe, en Ciudad Universitaria.

El rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Argentina, Jorge H. González, advirtió que el neoliberalismo, después de 10 años de una "vida irreal" mostró que "fue un fracaso: incrementó la pobreza, marginación, desocupación, destrucción del aparato productivo y fomentó la caída de las economías regionales".

Ello impactó "fuertemente" en las universidades públicas. "A pesar del esplendor con el que el país aparentemente se desenvolvía, el sistema universitario nacional fue descuidado por los gobiernos neoliberales de turno de los últimos años".

Ejemplo: la Universidad Nacional de Córdoba, que al finalizar la segunda década del siglo xx inició el gran movimiento de reforma universitaria del continente, que pedía la democratización de la enseñanza, hoy está oprimida por falta de financiamiento, pese a que su matrícula aumentó de 70 mil estudiantes en 1994 a 118 mil en 2003, expresa.

"El poder Ejecutivo recortó los presupuestos de las universidades públicas. Más bien, no los ejecutó en todos estos años. Por otro lado, hubo considerables retrasos en las remesas para los gastos de funcionamiento. Todo eso ha llevado a una situación de agonía del sistema universitario." No obstante, con múltiples sacrificios, las instituciones públicas han mantenido su nivel de calidad pese a todas las dificultades que enfrentan, destaca.

"Gobiernos sometidos y sumisos"

La Universidad de El Salvador, fundada en 1841, tal vez en toda su historia nunca ha recibido un golpe financiero que la ponga en tanto peligro. En las últimas dos décadas de gobiernos neoliberales su presupuesto cayó 250 por ciento, pese a que atiende a 30 por ciento de la población universitaria nacional. Su rectora, María Isabel Rodríguez, afirma que mientras los sistemas educativos enseñen las políticas neoliberales "jamás serán instrumento de lucha para evitar que nos manoseen y para crear una visión de una mejor distribución de la riqueza interna.

"Por más que estemos declarando que incidimos de manera importante en el desarrollo de nuestros países, no lo vamos a lograr mientras no lo transmitamos a la población", enfatiza.

La universidad pública, explica Rodríguez, tiene la responsabilidad de "analizar y concientizar sobre los efectos devastadores de un sistema que está por encima de lo social y lo único que le importa es el dinero", modelo al que "nuestros gobiernos están sometidos y sumisos".

Para Rodríguez la manera de preservar la universidad pública sin menoscabo de sus funciones principales es mediante un "nuevo orden internacional" en el que la economía sea un producto de lo social y los países participen "de tú a tú" en la discusión de los problemas.

Pietro Novellino, rector de la Universidad de Río de Janeiro, Brasil -que define como su misión producir y difundir el conocimiento en los distintos campos del saber, contribuyendo al ejercicio pleno de la ciudadanía mediante la formación humanística, crítica y reflexiva-, sintetiza: "šEl neoliberalismo es la peor cosa que le ha pasado a la universidad pública!"

Primero, explica, ese sistema es "un desastre" porque empobreció a la población a costa de privilegiar el área económica y el intercambio monetario entre los países. En Brasil, ese modelo ha "dificultado al extremo el trabajo de las universidades públicas" porque impulsa intereses propios en la educación superior, fomenta una política elitista dejando de lado áreas que, en su esquema, no sirven y, sobre todo, deja a las instituciones educativas cada vez con menos recursos.

Pero uno de sus efectos más lamentables, comenta, es que ha fomentado el surgimiento de un estudiante cuyo objetivo es un individualismo con el que vive y sobrevive de acuerdo con lo que sólo a él interesa. Por tanto, "da más valor a sus conquistas individuales que a las conquistas de las sociedades".

El rector de la Universidad Nacional de Colombia (UNC), Víctor Manuel Moncayo Cruz, considera al neoliberalismo "no como simple modelo económico y social, sino como concepto que describe la realidad de una nueva época de la organización socio-productiva vigente desde hace varios siglos (el capitalismo)".

Ha transformado, añadió, todas las relaciones sociales, y por ende, incidido en las instituciones educativas. La "regla de oro mercantil" del sistema neoliberal desprecia la especificidad de la universidad pública, a la que ve "como una más entre las muchas del sistema".

Sin embargo, la UNC, al igual que sus iguales en otros países, prueba con su quehacer cotidiano que no es una más entre todas. Treinta por ciento de la investigación científica de aquel país es obra de la UNC, que cuenta con una planta de 3 mil 400 profesores, de los cuales más de la mitad tiene posgrado.

Sus funciones son muchas, pero los embates también son constantes. Moncayo advierte que el neoliberalismo no comparte "la idea central de autonomía universitaria, pues la estima opuesta a las necesidades de eficiencia. En tal dirección busca que las universidades sean simples captoras de recursos para garantizar resultados cuantificables y efectos sociales requeridos por el mercado".

En cuanto a los planes de estudio, indica que "descuidan áreas centrales para afrontar el conocimiento y la solución de los problemas nacionales para focalizarse sobre lo demandado por el consumo mercantil".

Ello, explica, debilita la calidad de los programas, porque "impera el afán de captar ingresos mediante ampliación de cobertura sólo cuantitativa en áreas muy instrumentales". También debilita las áreas básicas -matemáticas, física, química- que no son apreciadas como necesarias.

Moncayo explica que esto parte de una estrategia, en la que la universidad pública está "abandonada a su suerte" sin ninguna responsabilidad del Estado. Permanentemente, enfatiza, se piensa en alterar en forma negativa la obligación estatal en el financiamiento de la educación pública en general.

Por ello, "todas las universidades latinoamericanas sufren las severas limitaciones en la provisión de recursos públicos para el funcionamiento y el desarrollo cualitativo y cuantitativo de las universidades". El panorama, lamenta, ofrece "esa tendencia avasalladora" que minimiza el papel de la universidad pública.

En la ciudad de Heredia, Costa Rica, está la sede de la Universidad Nacional, institución autónoma que tiene entre sus fines lo que pareciera una vacuna contra el neoliberalismo: "contribuir al fortalecimiento de la identidad nacional y al desarrollo de una cultura propia al servicio de la paz y de la libertad".

La rectora Sonia Marta Mora Escalante aborda un punto insoslayable: la fuerza del sector privado como generador de instituciones y opciones secundarias.

rectores_univSi bien se rompió el predominio de las instituciones públicas con la proliferación de las escuelas privadas, lo que no se ha tomado en cuenta es que en esta expansión se observa "mucha heterogeneidad en materia de calidad", alerta.

Las nuevas ofertas, sobre todo en las privadas, están "fuertemente delineadas por el mercado, pero no se comprometen con las tareas de investigación y extensión social". En Costa Rica hay un panorama desafiante para las universidades públicas que deben incrementar la calidad, el compromiso en la extensión, la investigación y "ampliar al máximo la cobertura sin afectar" el alto nivel de los estudios que ofrecen.

La Universidad de San Carlos de Guatemala, fundada en 1676, tiene una historia de resistencia al igual que la de El Salvador. "Los hechos demuestran que en Guatemala el Estado ha empleado la fuerza terrorista contra esta universidad en forma masiva. A veces la violencia fue conducida por una orientación contrainsurgente. Sin embargo, el Estado, en general, ha atacado cualquier expresión de oposición aunque fuera pacífica", según la historia que cuenta la propia institución.

El rector Luis Alfonso Leal Monterroso establece que el efecto del neoliberalismo ha sido tal que "hemos acelerado el proceso de reforma universitaria para hacer de nuestros egresados profesionales capaces de competir con otros que han ingresado a nuestros países con la apertura de fronteras".

La reforma universitaria, considera, es un proceso dinámico que incluye los planes de estudio. Para él los programas deben perfeccionarse en las áreas básicas y en las aplicadas; deben responder al desarrollo científico.

El rector de la Universidad de Zulia, Venezuela, Domingo Bracho, opina que conforme a esta teoría económica, la educación se ve afectada por la restricción de sus fuentes presupuestarias, soporte de la academia. Para ello, "se transfiere la búsqueda de recursos a las matrículas cuyos costos se harían poco accesibles a los grupos sociales de bajos niveles económicos no permitiendo el acceso a gruesos sectores de la población".

Asegura que cualquier plan de estudios sujeto a restricciones financieras sufre un impacto que necesariamente disminuye la calidad de la educación.

En Argentina, "las universidades públicas se encuentran en una profunda crisis", subraya el rector de la Universidad Nacional de La Plata, Alberto Ricardo Dibbern.

Ello es resultado de un proceso en que el Estado incumplió con sus obligaciones constitucionales y dejó de financiar la educación superior pública con permanentes recortes presupuestales, explica.

Esta asfixia de las universidades se ha perpetrado sin importar el significado y el lugar que cada una ocupa. Por ejemplo, la Universidad Nacional de La Plata atiende a 50 mil alumnos y es conocida por sus aportes científicos. Su banco de turbinas, sus avanzados estudios sobre materiales cerámicos superconductores o su bioterio de la Facultad de Ciencias Veterinarias son muestras del interés la investigación y la producción del conocimiento.

Dibbern ofrece signos de aliento. Dice que en Argentina los planes de estudio no han cambiado debido al neoliberalismo, porque la comunidad académica luchó y rechazó la posibilidad de adecuarlos a los designios del mercado.

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