Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 12 de marzo de 2003
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Cultura

EL ECO Y LA SOMBRA

Ricardo Yáñez

Del estado poético

QUE LA POESIA es conciencia de lo intraducible, pero no de lo intransmisible, es algo que todo poeta sabe.

SUELE -POR ASI decirlo, que en realidad cómo va a ser- maravillarme el que todavía haya quienes pregunten si la poesía se puede enseñar. Respondo siempre: transmitir, lo que se puede es transmitir.

HACE YA TIEMPO no recurro a la flauta, en parte por asuntos de ortodoncia, en parte por problemas relativos a leves fracturas en las coyunturas de los dedos no atendidas en su momento, pero me gustaba hacerlo, sobre todo por su efectividad aunque asimismo un tanto por el showcito, que la verdad (como a todos los tímidos) me agrada.

A LA CURIOSIDAD por el estado poético, por el significado de este término, respondía con la flauta, con el aliento sonoro de la flauta. Bueno, pregunten en Colima, pregunten en Culiacán.

OTRAS VECES CANTO. Me es menos fácil (aunque me es más fácil cantar que tocar la flauta, me es menos fácil: la voz de la flauta pone una suave neblina sobre mi presencia que en el segundo caso cuesta trabajo convocar).

AH, PERO NO se crea que canto bien, no se crea que puedo tocar la flauta más de cinco minutos sin aburrir (cantar, unos 25). El caso no es el virtuosismo de quien esto escribe, sino otra cosa: la otra cosa (Ƒla neblina, la ensoñación despierta?) a que nos manda la música.

DESPUES DE TOCAR la flauta acostumbraba espetar: ƑY dónde estaban? Estaban aquí pero no estaban aquí, Ƒno es verdad? ƑDónde estaban? En el estado poético, que es un lugar. Un lugar, me dirán, no se puede transmitir; acaso no, sí compartir. Pero más que nada, convocar. Un lugar se convoca, un lugar, me divierto diciendo esto donde lo digo, en los espacios en que lo digo, es la convocatoria de un lugar.

ACA, NOMAS POR dar latita, diré algo misterioso: convocar un lugar es ponerle tiempo, mucho tiempo. Pero un tiempo atendiendo al tiempo, al tiempo del lugar, y al tiempo de los que habitan ese lugar. No es posible habitar de verdad un lugar si no en verdad se habita, en el lugar, el lugar del tiempo, el lugar en que el tiempo cobra conciencia de que tiempo es y que, siendo tan tiempo como es que es, nada va a pasar: ni el tiempo.

DE ESE LUGAR hablamos cuando hablamos de estado poético, y de esa convocación hablamos cuando decimos que la poesía se puede transmitir: la poesía es palabra cargada de tiempo. La poesía no se da sólo en las palabras: está el cine, la música, la danza, y para qué seguirle. Entonces es materia significada, hecha sentido (un dedazo me iba a hacer poner dignificada), cargada de tiempo cargándose hacia la eternidad del tiempo.

ƑY ESO SE puede transmitir? No, cierto. Se puede convocar, se puede compartir, y de ese modo hacer como que se transmite (pero no, no hacer, porque sí se transmite, pero per se, porque ella quiere, no por la voluntad de nadie, no por la voluntad de nadie más allá de una convocación que no siempre, no siempre, cualquier poeta lo sabe, atendida será).

Y el que convoca sobre todo convoca, o debe convocar, porque ha sido convocado.

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