Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 19 de marzo de 2003
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Política

Miguel Marín Bosch

Irak y la ONU: fuera máscaras

Haré unas observaciones iniciales y luego un comentario sobre la forma en que Estados Unidos, Reino Unido y España nos engañaron en el caso de Irak.

Después de 34 años de servidor público en la Secretaría de Relaciones Exteriores y casi un cuarto de siglo como embajador, inicio una nueva etapa. Por serias diferencias de forma y fondo con el entonces canciller, Jorge G. Castañeda, renuncié a mi cargo de subsecretario para Africa, Asia, Europa y el sistema de Naciones Unidas. Se lo informé el 6 de agosto de 2002, pero, a petición de él, no se hizo efectiva hasta el 31 de octubre.

Nunca pensé que me iría tan bien fuera del gobierno. Cuando el rector de la Universidad Iberoamericana se enteró de que había presentado mi renuncia, me hizo una generosa oferta y desde el primero de febrero estoy a cargo de un proyecto de investigación sobre pobreza, paz y desarme. En agosto empezaré a dar un curso sobre desarme y seguridad dentro del Departamento de Estudios Internacionales. Hace unos días vino la invitación de la directora de este periódico para colaborar quincenalmente. Doy las gracias a ambos por los espacios que me abrieron.

En este diario abordaremos temas internacionales, algunos relacionados con la política exterior de México, otros con el desarme y la seguridad internacional. Nos referiremos también a ciertos aspectos del servicio exterior mexicano. De antemano pido disculpas por los callos que pueda pisar. El lema de la Universidad Iberoamericana es: La verdad nos hará libres. Ahora que me he liberado del servicio exterior, a ver si consigo acercarme a esa otra libertad.

El pasado domingo, en la llamada cumbre de las Azores en la base militar de Lajes, el presidente estadunidense, George W. Bush; el primer ministro británico, Tony Blair, y el presidente del gobierno español, José María Aznar, finalmente dieron color. La reunión fue, ni más ni menos, un consejo de guerra. Acabaron así con la pantomima de la supuesta diplomacia multilateral en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y el lunes anunciaron que la "ventana de la diplomacia" se había cerrado. El ataque militar de Estados Unidos y el Reino Unido contra Irak es inminente.

El domingo anunciaron y el lunes confirmaron que ya no iban a someter un segundo proyecto de resolución al Consejo de Seguridad. Su acción militar no requería un nuevo aval del consejo. Según ellos, la resolución 1441 de noviembre pasado ya lo había otorgado. Dijeron que la amenaza del veto francés aconsejaba que no se presentara el nuevo proyecto. Pero no fue la posibilidad de un veto lo que los disuadió, sino el hecho de que no contaban con los nueve votos afirmativos que se requieren para la aprobación de una resolución. Es más, la mayoría de los 15 miembros del Consejo de Seguridad estaban contra el uso de la fuerza militar en las presentes circunstancias. Abogaban por darle más tiempo a los inspectores y lograr así el desarme de Saddam Hussein por la vía pacífica.

El lunes por la noche, el presidente Bush lanzó un ultimátum a Hussein y en breve empezarán los bombardeos. Una de las primeras víctimas del conflicto será el propio primer ministro Blair. Ya le renunció Robin Cook, su ministro portavoz en la Cámara de los Comunes, que había sido el ministro de Relaciones Exteriores en su primer gobierno. ƑSe acuerdan de esas primeras declaraciones de Blair y Cook sobre una política exterior ética? En su carta de renuncia, Cook dice: "No puedo aceptar la responsabilidad colectiva de la decisión de comprometer a Reino Unido en una acción militar en Irak sin consenso internacional o respaldo interior".

Lo cierto es que Estados Unidos nunca buscó un "consenso internacional" en el consejo. Lo que intentó es obligar a los miembros a aceptar su plan militar contra Irak no sólo para desarmar a Hussein, sino para asegurar también un cambio de régimen. Pero los miembros del consejo lo rechazaron. Ahora los estudiosos del derecho internacional empezarán a discutir la legalidad del ataque. Otros describirán la ocupación de Irak como el primer paso de las pretensiones hegemónicas de la única superpotencia militar. Bush había anunciado que sometería a una votación el segundo proyecto de resolución. Quería que los demás enseñaran sus cartas. Lo que ha hecho ahora es mostrar las suyas.

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