Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Jueves 20 de marzo de 2003
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Mundo

La estrategia de choque y pavor incluye evaluar "índices aceptables" de bajas civiles

EU debe prepararse para pérdidas de vidas, dice vocero de la Casa Blanca

El Pentágono lanzará una nueva bomba de microondas que inhabilita equipos electrónicos

JIM CASON Y DAVID BROOKS CORRESPONSALES

Washington y Nueva York, 19 de marzo. Lo que ya está anunciado es que la guerra contra Irak será radicalmente diferente a cualquier campaña militar previa lanzada por Estados Unidos, afirman sus estrategas; el Pentágono está preparado para hacer llover hasta 3 mil bombas y misiles sobre Irak, incluyendo, tal vez, una nueva bomba de microondas que inhabilita computadoras y equipo electrónico en vehículos y aeronaves.

Era casi imposible hoy en Washington distinguir entre hechos y propaganda militar diseñada para engañar al enemigo, pero el gobierno estadunidense estaba esforzándose para demostrar la fuerza devastadora que lanzará en su guerra.

"No creo que el potencial adversario tenga ninguna idea de lo que se aproxima", comentó con orgullo el coronel Gary Crowder, jefe de estrategia del Centro de Combate Aéreo, en una rueda de prensa temprana en Washington.

Mientras las fuerzas estadunidenses se alistaban para la acción en el golfo Pérsico, Crowder informó en el Pentágono que la Casa Blanca tiene planes para arrojar sobre Irak 10 veces más bombas y misiles en el primer día del conflicto que las que se usaron durante las primeras horas de la Guerra del Golfo en 1991. Más bombas que ningún gobierno haya usado jamás en un solo día en la historia moderna.

Aunque estas bombas supuestamente son "guiadas con precisión", Crowder dijo que inevitablemente habrá bajas civiles. "Si alguien tiene la esperanza de que vamos a un conflicto y que nada ocurrirá en términos de daños colaterales, no intencionados, o bajas civiles, creo que debería de abstenerse de esa esperanza, ya que no es una expectativa realista", afirmó.

El Pentágono y la Casa Blanca, asistidos por los medios hambrientos de noticia, trasmitieron versiones heroicas de los preparativos para la guerra y evaluaciones optimistas sobre un colapso rápido de las fuerzas iraquíes. Las primeras noticias de que 17 o 18 soldados iraquíes en la frontera con Kuwait se habían entregado fueron presentadas como confirmación de que, sin duda, miles más se rendirán rápidamente.

"Podría durar más de lo previsto"

Pero en medio de toda esta bravura, interrumpían algunas señales de otra realidad. "Al borde de una guerra con Irak, los estadunidenses deberían prepararse para lo que esperamos será un conflicto preciso y lo más breve posible, pero hay muchas cosas desconocidas y podría ser un asunto de más duración. No lo sabemos", advirtió el vocero de la Casa Blanca, Ari Fleischer. "Los estadunidenses -agregó- deberían prepararse para pérdidas de vida". Hace casi un mes, el Pentágono ordenó unas 10 mil bolsas para cadáveres, pero los funcionarios rehúsan ofrecer proyecciones sobre bajas mortales.

Claro que el Pentágono espera que no habrá muchas fuerzas hostiles después de los dos primeros días de esta guerra. Los funcionarios dicen que 12 años después de la primera Guerra del Golfo se cuenta con mucha más información sobre Irak y mejores armas a emplear que en el primer conflicto. Durante meses recientes, los bombarderos estadunidenses han estado destruyendo instalaciones de radar, búnkeres para almacén y otros objetivos en Irak en preparación para esta guerra.

Gran parte del esfuerzo en los primeros dos días será dedicado a enfrentar y matar grandes números de soldados iraquíes -particularmente batallones de la Guardia Republicana- y crear tanta devastación que los soldados que sobrevivan simplemente se rindan. Esta estrategia de "choque y pavor" incluirá bombas guiadas por instrumentos de precisión que, se espera destruirán los principales palacios presgulf_toops_fyfidenciales y toda instalación miliar del país en las primeras horas de la guerra.

Las 3 mil bombas anunciadas para ser lanzadas en el primer día también buscarán destruir la infraestructura de comunicaciones y transporte y las defensas aéreas de ese país. "Queremos que desistan, queremos que no luchen", dijo recientemente el analista del Pentágono, Harlan Ullman a CBS.

El plan, dijo, es tanto para desmantelar la infraestructura como para desmoralizar al enemigo. "Uno se deshace de su energía, de su agua. En dos, tres, cuatro o cinco días días estarán física, emocional y sicológicamente agotados". El efecto, continuó Ullman, se parecerá más a Hiroshima que a otra cosa, refiriéndose al causado por la bomba nuclear sobre esa ciudad japonesa a finales de la Segunda Guerra Mundial.

Pero el coronel Crowder advirtió hoy que esta estrategia causará algunas bajas no intencionales y señaló que los militares estadunidenses estarían evaluando de manera constante los índices de bajas civiles que serían "aceptables". Agregó que "estas son decisiones muy, muy difíciles que el liderazgo militar más alto tendrá que tomar. No hay un número mágico que diga que cinco son aceptables, pero seis no".

Parte de la nueva estrategia militar podría incluir el uso de una nueva arma electrónica que genera un impacto de microondas para destruir todo circuito electrónico en la zona en que se emplea. Tal arma, detonada sobre Bagdad, destruirá computadoras, teléfonos, torres de microondas y teléfonos celulares. Todo vehículo a combustión electrónica sería inhabilitado, así como armas guiadas por radares y computadoras. Esta arma no daña civiles, a excepción de aquellos que tienen aparatos electrónicos cardiacos.

Ahora se inicia el torrente de información oficial y extraoficial, llenando un vacío creado por la espera del gran evento bélico. Como el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, anunció hace meses que en algunas situaciones es válido engañar o mentir a los medios, ahora nadie sabe si las "noticias" son reales o tienen propósito propagandístico. Los "hechos" serán difíciles de constatar, tanto en Estados Unidos como en el campo de batalla.

Con toda esta información, Washington y la nación aguardaron a la espera del anuncio del inicio de la guerra. En las calles todo parece continuar normalmente, la gente hace sus tareas cotidianas, pero hay una sensación palpable, como una enorme sala de espera, donde la noticia previsible es que la sangre está corriendo por la arena de un país que fue cuna de la civilización.

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