Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 26 de marzo de 2003
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Economía

Alejandro Nadal

Un presupuesto que irá muy lejos

ƑAlcanzará el presupuesto de Bush para pagar la guerra en Irak? La respuesta es negativa y las repercusiones enormes. La guerra no sólo va a desestabilizar toda la región, sino que provocará turbulencias económicas a escala mundial.

Para cubrir el costo de su guerra, el presidente estadunidense ha solicitado 75 mil millones de dólares de emergencia al Congreso. Según la Casa Blanca 63 mil mdd son para el costo directo de la guerra, pero con esa cantidad las tropas estadunidenses podrían mantenerse cinco meses en Irak. Eso no coincide con las afirmaciones del Pentágono sobre la duración de la guerra, pero se dice que es una forma de cubrir cualquier contingencia. De todos modos, la historia reciente revela que los estrategas del Pentágono y los economistas del presidente en turno casi siempre han caminado por senderos opuestos cuando se trata de estimar presupuestos.

La solicitud de Bush incluye 2 mil 500 millones para la "reconstrucción" en Irak y mil millones para la reparación de las instalaciones petroleras ("en beneficio del pueblo de Irak"). Otros 5 mil mdd son contribuciones a los países que ayudaron al esfuerzo bélico: Bulgaria, Colombia, Paquistán, Filipinas, Jordania e Israel. Otros 4 mil mdd se destinarían al Departamento de seguridad interior. La reacción del mercado bursátil a esta solicitud no fue positiva. Ese mismo día los índices Dow, Nasdaq y Standard & Poor, sufrieron fuertes caídas. Y es que la nueva solicitud viene a sumarse a las preocupaciones sobre el déficit fiscal estadunidense. En primer lugar, apenas hace 18 meses las finanzas públicas de Estados Unidos acusaban un superávit. Aunque éste era parcialmente resultado de ejercicios contables, permitía pensar que podría apuntalar la recuperación de la economía estadunidense.

Ahora, en cambio, el abultado déficit augura presiones sobre la tasa de interés, lo que haría mucho más difícil evitar la prolongación de la recesión. El aumento en la tasa de interés sobre los bonos del Tesoro es mala señal para los inversionistas. Y si a eso añadimos el regreso de los déficit gemelos (el déficit fiscal y el de la cuenta corriente), los flujos de capital sobre los que descansa Estados Unidos podrían reducirse peligrosamente. Eso provocaría una fuerte depreciación del dólar y un repunte de la inflación. El escenario suena alarmista, pero es una posibilidad real.

Por otra parte, el paquete fiscal presentado por la Casa Blanca para reactivar la economía está siendo fuertemente criticado. Ese programa está calcado en la receta usada por Reagan y se basa en reducciones de impuestos superiores a 720 mil mdd que beneficiarán a los estratos de ingresos más altos en Estados Unidos. Al mismo tiempo, se contemplan recortes de más de 475 mil mdd a los programas de asistencia médica, alimentos, combate a la pobreza y protección al ambiente.

No se necesita ser un economista radical para hacer críticas al programa, por sus dimensiones y los supuestos que lo acompañan: desde Krugman a Greenspan, los críticos han sido implacables. Ese sacrificio fiscal va a ahondar el déficit (que este año puede rondar los 400 mil mdd) y no va a estimular la inversión productiva. Claro, las críticas de Greenspan provocaron comentarios en Wall Street de que ya es tiempo de un cambio de régimen... en la Reserva Federal.

Lo anterior puede complicarse si la economía estadunidense sigue en su letargo. Lo peor es que el principal instrumento de la política monetaria ya tocó fondo: es difícil reducir más la tasa de interés y la reactivación de la economía todavía no se vislumbra por ninguna parte.

Pero eso no es lo más grave. El costo de la guerra será superior, y de manera significativa, al monto solicitado. Los cálculos más realistas estiman que el costo directo de la guerra será superior a 110 mil mdd, aunque esos cálculos también se basan en la guerra de corta duración. De prolongarse el conflicto, incluso los cálculos basados en esos escenarios se derrumbarán. Además, los costos de la ocupación y de llevar a cabo el cambio de régimen en Bagdad no están incluidos en esta primera solicitud de fondos de emergencia.

La administración Bush bombardea las posiciones de sus enemigos en Irak. Y el público estadunidense tiene que zamparse los seudoanálisis de CNN todas las noches. Lo que no dicen los medios es que la guerra va a costarle mucho más de lo que creen. Al igual que el puente de Anaheim, el presupuesto de Bush corre el riesgo de ir demasiado lejos, mucho más allá de las líneas de abastecimiento fiscal.

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