Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Sábado 5 de abril de 2003
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Política

Gustavo Leal F.*

Saldos sanitarios de Ignacio Loyola

Cuenta la voz popular queretana que el panista gobernador saliente, Ignacio Loyola Vera (también apodado, por su conservadurismo ramplón, Firuláis o San Ignacio de Loyola), representa el peor experimento del "cambio" del que guarde memoria la entidad.

Se escucha igualmente que su fatal presencia "política" no está desvinculada de Ernesto Zedillo, quien quiso ver derrotado al entonces candidato priísta a la gubernatura: Fernando Ortiz Arana, en el ya remoto 1997; ni de Diego Fernández de Cevallos, el que pretendió ver a su ahijado político, Ignacio Loyola, ocupando la silla del Ejecutivo local.

Pero en cualquier caso, y como fiel compañero de Vicente Fox, apenas fue investido, Loyola Vera se enfrentó con su propio partido, encargó la "conducción" gubernamental a una mujer brillante: Suhalía Núñez Elías, secretaria de Finanzas, y optó por dedicarse a lo suyo.

Hijo del dueño de una funeraria (o "muertero", como dicen ahí) y antiguo concesionario de la firma John Deere, Loyola Vera podrá sentirse medianamente satisfecho: después de seis años de "gobierno" dispone de un suculento salario que, desde el IMSS, le envidiaría Santiago Levy. Con él edifica en Sanfandila una colosal mansión, ya bautizada como "la colina del Firuláis".

No falta quien denuncie su capacidad para beneficiarse del cargo. Se rumora, por ejemplo, que favoreció a sus hermanos Antonio y Roberto, así como que los terrenos sobre los que se proyecta levantar un aeropuerto son propiedad de Diego Fernández de Cevallos.

Recientemente, el Banco Mundial comunicó que "una tercera parte" del gasto público que podría atender necesidades sociales y aumentar la eficiencia en el combate a la pobreza se "desvía debido a la corrupción". Ese es, sin duda, el caso del Querétaro loyolista.

ƑY qué aconteció en el ínter con el sector salud? Además de tener en el abandono al Instituto para la Atención Integral del Niño Quemado, y mientras Julio Frenk afirma que con la "desaparición" de las epidemias las "exigencias de la población" se han concentrado en la "atención médica curativa", en el Hospital de Especialidades del Niño y la Mujer Doctor Felipe Núñez Lara (inaugurado por Fox apenas en octubre) fallecían 30 pacientes, 24 de ellos menores de edad.

Como era de esperarse, Loyola se apresuró a calificar el asunto como "político electoral" (La Jornada, 14 de enero), al tiempo que su secretaria de Salud, María de la Luz Obregón Molina, sostenía que las muertes se "debieron a malformaciones congénitas". Después de la tercera denuncia penal por "homicidio e irresponsabilidad profesional" presentada ante la agencia especializada en delitos cometidos por servidores públicos, Obregón Molina renunció y Loyola designó en su lugar a Rafael Ascencio. De inmediato, el nuevo secretario declaró: "Aceptamos fallas, pero no falta de cuidado" (sic).

Obregón Molina había sucedido en la responsabilidad a Eduardo Magaña Lousthoff, precandidato panista a la gubernatura y delfín de Loyola, quien, derrotado por Francisco Garrido, recibió como premio de consolación de manos de Josefina Vázquez Mota la delegación de la Secretaría de Desarrollo Social en la entidad.

Mientras tanto, en un ambiente de fiesta y celebración, el panista Carlos Tena, titular de la Comisión Nacional de Arbitraje Médico (Conamed), comunicaba alegremente que a siete años de su creación, ésta continúa como instancia de "buena fe", aunque la tercera parte de aquellos que acuden a sus servicios no encuentren respuesta a su queja y sólo uno por ciento de las demandas sea resuelto mediante laudo. Aún más: en poco menos de la mitad de los casos que ingresan a los procesos arbitral o pericial se comprueba "mala práctica clínica".

El Informe de labores 2002 que presentó Tena frente a Julio Frenk, secretario de Salud, da cuenta del curso que siguen las denuncias de los pacientes "pero carece de datos relativos a las fuentes que las originaron" (La Jornada, 26 de febrero). Y sin embargo, a la mejor usanza de las "metas" priístas que debían haber sido superadas, el Informe... reconoce un incremento de 11.4 por ciento en las "denuncias recibidas" respecto del año anterior. Pese a todo, el comisionado Tena estima que la propuesta de la Conamed es "fundamentalmente humanista" (sic), mientras Frenk advierte que el incremento de denuncias es reflejo de que ahora "tenemos mejores instancias para expresar inconformidades".

Después de los trágicos episodios de Comitán, Querétaro, Zacatecas y Campeche, es claro que sólo Vicente Fox puede sostener que nuestro país tiene un sistema de salud "sólido y de vanguardia". Ciertamente: un "sistema" que desde el mundo feliz de Frenk concurre, encantado, a simulacros de bioterrorismo, pero es incapaz de evitar muertes. Esos son los costos de la demagógica "democratización" de la salud que tanto cacareó inútilmente el gobierno del "cambio".

* Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco

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