Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Domingo 13 de abril de 2003
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Política

Antonio Gershenson

Tarifas eléctricas

Por un lado, en el Senado avanza un proceso de modificaciones legales encaminadas a reducir una parte de las tarifas eléctricas domésticas. Por otro, y sin que se le haya prestado mucha atención pública, está operando un aumento muy importante en otras tarifas, al cual nos vamos a referir ahora.

Este aumento no tuvo que ser decretado ahora, sino que es resultado de un sistema de ajustes en los precios que ahora muestra sus limitaciones y sus problemas. Este sistema se aplica a los comercios de todo tamaño, talleres, industrias y, en general, a todos los usos que no sean el doméstico, el riego agrícola o los servicios municipales (alumbrado público y bombeo de las aguas negras o potables). La idea básica consiste en repercutir sobre el consumidor final todos los cambios en los costos de los elementos necesarios para generar electricidad y hacerla llegar al usuario.

Esto ya lleva consigo un primer problema: si el sector eléctrico no resulta afectado por las enormes fluctuaciones, por ejemplo, en el precio del gas natural, porque le repercute el costo al consumidor final, tampoco va a evaluar, como parte de sus costos, la necesidad de cubrir ese riesgo y de pagarlo. Fue posible, durante años, que se instalaran casi exclusivamente plantas de gas natural e incluso que se convirtieran a gas natural plantas que consumían combustóleo, con el pretexto de que era la forma más barata de generar. Ahora se ven las consecuencias: dependencia del exterior, en un país que era autosuficiente en materia de energía, e incluso exportador de petróleo; disparo en los precios internos, tanto del gas natural mismo (recordemos los cierres de plantas en 2001) como, ahora, de la electricidad.

Se aplican los llamados factores de ajuste, cada mes. Estos factores, a su vez, tienen dos componentes: una canasta de precios de energéticos usados para generar electricidad y los índices de precios al productor que más inciden en los gastos de la industria eléctrica. Pues resulta que el gas natural, cuyo precio se basa en los del sur de Texas, había estado fluctuando alrededor de los dos o 2.50 dólares por millón de BTU. Las fluctuaciones eran enormes: en precios mensuales, en 1992 el precio base en el Canal de Houston subió al doble en seis meses. También se duplicó, pero ahora en tres meses, en 1996-1997. Y en 2001 llegó a más de nueve dólares. Ahora, ya en los últimos meses del año pasado estaba arriba de cuatro dólares, pasó a 5.44 en febrero y a 8.79 en marzo. Todavía en abril, supuestamente en primavera y sin tanta necesidad de calefacción en países al norte del nuestro, está en 4.93 dólares. Y el petróleo, sin fluctuaciones tan bruscas, ha estado caro, lo mismo que sus derivados usados para generar electricidad.

Aplicando las fórmulas vigentes, el aumento en el mes de abril (que al basarse en precios del mes inmediato anterior lleva un ligero retraso frente a los que mencionamos) hubiera subido, para las tarifas de alta tensión, aproximadamente 18 por ciento... en un mes. Y es que el aumento fue tal que repercutió también en el componente del índice de precios al productor. ƑCuántas cosas requieren de energía para ser producidas?

Los que supieron del asunto se preocuparon: los usuarios, por el pago tan alto, y los funcionarios, por los problemas que se podrían generar. Y es que para la industria eléctrica no queda nada de estos aumentos, porque tiene que pagar, con ese dinero, combustibles más caros. Una parte de ese dinero, el que paga las crecientes importaciones, de plano sale del país. La mayor parte sigue pagando productos de Pemex, pero a esta entidad Hacienda le quita hasta el último centavo, y a veces más.

El remedio que se encontró fue atenuar el golpe; se publicó, en el Diario Oficial, el 2 de abril, un acuerdo en el que el precio del gas natural que se tome en cuenta para los factores de ajuste ya no sea el del mes inmediato anterior al cobro de electricidad. Se va a aplicar el promedio de los cuatro meses anteriores. Pero esto sólo diluye el trancazo en el tiempo, porque el precio alto va a pesar en los factores de cuatro meses.

Como vemos, el problema de las tarifas, y por lo tanto del ingreso básico de la industria que presta el servicio público de energía eléctrica, no es tan sencillo. Lo del Senado pone el asunto en un primer plano de la atención nacional, pero lo que se requiere es una solución real, que tome en cuenta los diferentes aspectos del problema. Y el actual sistema tarifario, al permitir fluctuaciones tan grandes, impide toda planeación tanto en la industria eléctrica como en las empresas o entidades consumidoras.

Lo que se dice a favor de este sistema de fijación de precios es que corresponde a los precios reales del mercado, y que con precios decididos por decreto se bloquearía nuestras exportaciones por estar producidas con energía subsidiada. Pero ya en 2001 tuvimos el caso de un antecedente sobre cómo resolver este asunto. Después del cierre de numerosas plantas de industrias consumidoras de gas natural, Pemex empezó a vender un seguro de tres años, a cuatro dólares por millón de BTU, precio fijo que corresponde al promedio de largo plazo de la situación en la que los productores de petróleo pueden ponerse de acuerdo y convertirse en el principal elemento para la fijación de los precios del crudo, que inciden en los precios de los otros energéticos.

No hay razón para que el seguro no pueda ser mayor a tres años, en todo caso puede costar un poco más. Y si lo pueden comprar particulares, con mayor razón la Comisión Federal de Electricidad y Luz y Fuerza del Centro. Lo mismo que con los otros combustibles. Es un precio de mercado, pero de largo plazo, que estabiliza los precios y hace posible la planeación. Y esto último, aunque a algunos les suene sólo a sector público, es algo sin lo cual ninguna empresa privada va a hacer inversiones de largo plazo. Lo que se ha hecho es proteger de las fluctuaciones a las empresas eléctricas privadas, pero repercutiéndolas en todas las demás, incluso las empresas eléctricas públicas.

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
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