Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 18 de abril de 2003
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Política

Luis Javier Garrido

La barbarie

La destrucción de Irak es un laboratorio para el neoliberalismo del siglo xxi y prefigura lo que le aguarda al planeta, si no pone un alto a este proyecto económico y social de carácter totalitario que se impone desde Estados Unidos con la complicidad de los gobiernos, incluyendo el de México.

1. La invasión de Irak podría interpretarse, como hacen medios de derecha, como consecuencia de la decisión unilateral de Washington, determinada por el temor tras el 11/9, y atribuirla a su tradicional afán de dominio, o aun a la personalidad sicopática de George W. Bush, factores que han desempeñado un papel, aunque su origen está en otra parte. Y es que la guerra de invasión que el mundo presencia con indignación e impotencia la decidió el grupo que se apoderó del poder en Washington en función de los intereses de las multinacionales que se han adueñado sigilosamente del orbe en los últimos tres decenios, y del papel estratégico de Washington en organizar en torno a ellas el "nuevo orden mundial" como parte de un proyecto elaborado durante muchos años.

2. Utilizar armas de destrucción masiva, incluso prohibidas para matar a decenas de miles de civiles y dejar a un pueblo mutilado, maltrecho y diezmado, que ha presenciado la demolición de la infraestructura económica y social de su país, así reducir a escombros de su patrimonio cultural, deja claro lo que ha buscado Washington. Los hechos de horror que describen diariamente algunos medios no han sido imposibles de preveer ni se dan en cualquier guerra, sino que son piezas fundamentales de un proyecto de destrucción, que en Irak se está aplicando de manera meticulosa y que se piensa utilizar en otros países.

3. La invasión, ocupación y destrucción de Irak representa hoy lo mismo que en 1939 significó la invasión de la Alemania nazi a Polonia y a Checoslovaquia: un ensayo para una guerra relámpago (blietzkrieg) que lleve no sólo a acabar con otro regimen político, a anexarse otro Estado para disponer de su territorio y sus riquezas, y sea un experimento para ensayar nuevas armas y formas de destrucción en vistas de una ambición de dominación mundial: es un paso determinante para imponer el modelo neoliberal en Medio Oriente y Asia central.

4. El gobierno de Bush se ha propuesto por ello no sólo, como anunció, a) destruir al régimen de Irán, imponiendo en Bagdad uno subordinado a la administración militar del general Jay Garner, sino lo que no se atrevió a decir: b) terminar con los cimientos del Estado iraquí, en una serie de desenfrenadas acciones genocidas, destruyendo infraestructura hospitalaria, suministro de agua y electricidad, comunicaciones e instalaciones culturales y educativas, y suspendiendo los servicios públicos y la acción estatal para agudizar de manera genocida la crisis social para imponer nuevas formas de explotación, y lo que es más terrible c) acabar con la identidad de la nación iraquí, destruyendo su patrimonio cultural.

5. El régimen de Bush ha alcanzado niveles de barbarie que no imaginaron los nazis, pues la destrucción del Museo de Arqueología en Bagdad, y con él, de más de 170 mil piezas con miles de años de antigüedad, y de la Biblioteca Nacional, la de los Coranes y los Archivos Nacionales de Bagdad y, con estos tres monumentos, un tesoro invaluable de millones de piezas artísticas, documentos y libros, únicos de la herencia histórica de Irak y de la humanidad, herencias de las culturas de Babilonia y de Nínive, patrimonio no de los iraquíes, sino de la humanidad, no fue consecuencia de actos aislados de pillaje, como dice la Casa Blanca, sino la acción de comandos especializados que actuaron dentro del plan de destrucción de Washington, como muestra la abierta complicidad de las fuerzas de ocupación. Robert Fisk, corresponsal de The Independent, de Londres, lo constató al avisar a los marines lo que ocurría sin que nadie se movilizara para detener los incendios y saqueos (La Jornada, 15/4).

6. La invasión de Irak ha sido una declaratoria de guerra de Washington y de los poderes trasnacionales contra la humanidad, y esto es lo que se niegan a entender los principales gobiernos del mundo. El modelo neoliberal se sustenta en la destrucción de las identidades nacionales, en la imposición totalitaria de un solo proyecto económico y social y en el rechazo al derecho a la diferencia, y en Irak ha mostrado su verdadero rostro; sin embargo, el gobierno de Vicente Fox guarda un silencio cómplice: condena a Cuba y se niega a condenar uno de los peores genocidios de los que se tenga memoria.

7. Los hechos no pueden ocultarse y cada pueblo debe sacar las conclusiones del significado de esta guerra de invasión para la humanidad y para su propio país. Fox no puede ocultar a los mexicanos que encabeza un gobierno contrario a los intereses de México, y que varias de las multinacionales que se están adueñando de Irak son las que lo financiaron a través de los Amigos de Fox y pretenden seguirse apoderando de las riquezas básicas de nuestro país, gracias a los compromisos que tienen con él.

8. La invasión de Irak mostró que los pueblos no tendrán en el neoliberalismo "derecho a la información", pues son contados los medios escritos, y uno que otro correspondal que se ha jugado la vida, que saben cómo buscar la verdad y que nos han permitido saber algo, pero hasta hoy ignoramos las dimensiones de la depredación. La mayor parte de los grandes medios se subordinaron al Pentágono, pusieron incrustados (embedded) a sus corresponsales en las fuerzas invasoras y se limitaron a reproducir los partes del comando invasor, y fue el caso de la televisión mexicana.

9. La destrucción prosigue en Irak y es deleznable el papel de los dos consorcios televisivos mexicanos que muestran su subordinación a los intereses de Estados Unidos y al proyecto neoliberal. Se prepararon para una guerra de dos o tres días sobre la que describirían la ocupación triunfal de los invasores, mas no para describir el genocidio y hoy resultan patéticos como propagandistas del Pentágono, dedicando sus emisiones a las riquezas de Hussein y a los abusos del antiguo régimen, pretendiendo legitimar el crimen del cual resultan cómplices.

10. Los medios hicieron, a pesar suyo, que se entendiera que la guerra era contra todos y las consecuencias vendrán muy pronto.

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