Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Miércoles 23 de abril de 2003
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Espectáculos

La cinta brasileña, con sólo 20 copias, se estrena en México el próximo 30 de abril

Ciudad de Dios, cronología del narcotráfico en Río de Janeiro

Basada en la novela de Paulo Lins, la película es dirigida por Fernando Meirelles y Katia Lund

Los actores surgieron de un taller que la producción organizó con jóvenes y niños de una favela

JUAN JOSE OLIVARES

ciudad de diosEl próximo 30 de abril es el estreno, con sólo 20 copias de la película brasileña Ciudad de Dios, aclamada en festivales como Cannes, San Sebastián, La Habana, entre otros. La cinta -que se basa en la novela de nombre homónimo de Paulo Lins-, dirigida por Fernando Meirelles y Katia Lund y producida por la compañía de Walter Salles, es una cronología del origen y expansión desmedida del narcotráfico dentro de una favela de Río de Janeiro.

Entre los detalles que le dan valor a esta obra cinematográfica no sólo están su buena dirección, música, fotografía, sino que los actores salieron de la misma favela luego de que la producción organizara talleres de actuación con los jóvenes y niños del lugar. Eso sin contar con lo que muchos han dicho: que se tuvo que pedir permiso a los narcotraficantes del lugar para poder rodar. Aunque la verdad, como confirmó la propia Lund en entrevista, fue que se solicitó el permiso a una junta vecinal, la que, lógicamente, comentó a algunos de los jefes narcos, que desde la cárcel dieron el visto bueno.

Más difícil que la sociedad alta

"Es más difícil entrar en la sociedad alta de Brasil que a Ciudad de Dios", afirma Katia Lund, quien fue prácticamente el enlace entre la producción y el barrio Ciudad de Dios, construido para la gente pobre a las afueras de Río de Janeiro en los años sesentas.

"Cuando Fernando Meirelles me llamó -relata Katia Lund- lo hizo porque no conocía las favelas, no conocía ese universo. Comencé a trabajar en el guión y preparando a los actores. Ese fue mi trabajo principal. Ya había hecho un documental antes sobre los narcos de las favelas. Fueron cuatro años de pesquisa en los que hablé con jovenes que estaban en el tráfico, en las cárceles."

Cuenta la codirectora de Ciudad de Dios que su introducción a esta favela fue en 1996, "cuando rodaba un video de Michael Jackson; los periódicos querían una historia sensacionalista y escribían: 'Traficantes coproducen la película', y la policía pensaba que los traficantes tenían más poder que ellos. Entonces, dos días antes de rodar, la policía, que se supone no estaría con nosotros en la favela entró y nos obligó a que lleváramos a la comisaría a todos los niños y adolescentes que estaban trabajando con nosotros".

Luego de estos incidentes, Lund decidió grabar el documental Noticias de una guerra particular, sobre la vida en las favelas. Dice: "Cuando lo hice, casi fui presa. Inervinieron mi teléfono, interrogaron a mi novio, tuve que ir a la policía para explicar cómo había entrado a la favela. Yo le preguntaba a la policía: Ƒla favela es un país extranjero? Ƒnecesito pasaporte para entrar? No sé por qué la policía está entre la favela y la sociedad. Todo el aparato, el sistema de gobierno, los periódicos mantienen esta separación".

Y eso es lo que Ciudad de Dios intenta descifrar en los 135 minutos que dura. Tres décadas de historia de un vecindario marginal.

"El libro tiene mucho de lo cotidiano, son los pensamientos, el lenguaje de las favelas, la manera de andar, lo cotidiano. Para el largometraje inventamos una manera de hilar todas las historias. Cuando entré al proyecto, el personaje principal era el bueno y los otros los malos, que es una visión burguesa del cine. En Ciudad de Dios no hay moral, hay sobrevivencia, hay suerte."

-ƑNo te dio miedo entrar?

-El documental fue más peligroso que la película, porque yo hablaba con los narcotraficantes y al mismo tiempo con la policía, la cual me daba miedo porque podían llegar a mi casa, entrar. Cuando tienes una cámara crees que ésta es más importante que tu vida misma. No tenía miedo de perder mi vida cuando hablaba con los niños.

Dice Lund que "en Ciudad de Dios la vida no tiene valor, si vas a morir mañana u hoy no importa, no hay diferencia entre morir o matar".

-Había sectores que no estaban de acuerdo con la película, entre ellos la policía.

-Eso fue relativo, pero ahora la cinta la han visto todos los sectores de la sociedad. Algo curioso fue que, cuando se hizo la premier, alguien dio un pitazo de que estaría un narcotraficante. La policía llegó y lo aprehendió, pero nosotros no lo habíamos invitado.

-ƑHasta qué punto Ciudad de Dios no traiciona la realidad de las favelas?

-Ciudad de Dios es dos cosas al mismo tiempo: entretenimiento y realidad, que a pocos interesa en Brasil, y para que entre esa realidad tuvimos que emplear un lenguaje de entretenimiento. La realidad está en su vestuario, en su forma de hablar. El montaje es más moderno, la música es moderna. Es realismo con un lenguaje moderno, aunque esto choque un poco. A Brasil, Ciudad de Dios llegó en un momento muy importante, con las elecciones del año pasado, cuando ganó Lula; todas las clases fueron a ver la cinta, todos hablaban de ella; todos los diarios, todos los días, hablaban de la película.

La cinta es una de las más vistas en Brasil en los 30 años pasados. Su distribución es ya mundial.

Los mundos separados de Brasil

Argumenta Lund: "Con la película ayudamos a construir un diálogo; no se podía pasar por alto este asunto de las favelas y la política. Los mundos de Brasil están muy separados. He visto varias clases de la sociedad discutiendo el filme, se hizo como un instrumento de diálogo, y eso no pasa seguido en Brasil. La gente de las favelas son seres humanos, no sicópatas. No es difícil entrar en ellos cuando confían en ti, saben que tú los quieres entender. La diferencia es que los periodistas entran junto con la policía y yo entré sin nadie. Si lo hago sería vista como invasora, quería escuchar y entender; cuando ellos sienten que estás abierta a escuchar, hablan".

Lund, quien estudió en la escuela temas como el rodaje y la transformación social, es una cineasta instintiva, porque dice que "el cine es el mayor instrumento de identidad que tenemos, porque es donde vemos la identidad nacional. Es un espejo. Por ejemplo Alexandre, actor principal de la película, oriundo del barrio Ciudad de Dios, miraba la televisión O Globo y pensaba que la realidad era lo que veía ahí, donde hay sólo gente blanca, con telenovelas, eso es lo que él vivía en una realidad que estaba a su lado, pero la otra realidad era lo que no veía en la tele. Nosotros necesitamos un espejo para poder pensar lo que somos, adónde vamos, lo que hemos hecho. El cine es poderoso en ese sentido, para todas las culturas".


Al público le interesa la verdad y a nosotros nos da credibilidad: Letizia Muhana

Apuesta GNT de Brasil por una tv inteligente que exhiba documentales

Buscamos la identidad nacional con un producto que perdura, expresa la directora del canal por cable El reality show nunca llegará a nada, concluyen en foro celebrado en Río

FABRIZIO LEON DIEZESPECIAL PARA LA JORNADA

Rio de Janeiro, Brasil, 22 de abril. Apostar por una televisión inteligente, que transmita documentales, fortalezca la identidad a la vez que eduque e informe al público, es una de las premisas de los directivos de GNT, canal por cable de Brasil que dedica su programación a la difusión de documentales, series históricas y programas educativos o de entretenimiento inteligente, perteneciente al emporio de los medios O Globo. Esa fue una de las conclusiones del segundo Foro Internacional de Documentalismo (Brasil Documenta), que se realizó en Río de Janeiro el año pasado, el cual se ha convertido en el centro de discusión más importante que sobre el género documental se realiza en América Latina, dado que en esa producción ha ocupado, desde hace cinco años, un lugar predominante en la industria cinematográfica, con una respuesta más que favorable del público que acude a las salas donde se exhiben estos trabajos durante por lo menos tres semanas, por la alta calidad de dichas cintas.

Los ejemplos más recientes son los trabajos de Eduardo Coutinho, el cineasta más importante del género en Brasil, y de José Padilha, tal vez uno de los directores jóvenes más talentosos, llamados Edificio Master y Omnibus 174, respectivamente.

"No es una contradicción el apoyo a la televisión inteligente sólo por el hecho de pensar que en ella únicamente se debe producir entretenimiento", dice Letizia Muhana, directora de GNT. "Nuestra intención es insertarnos en el proyecto globalizador que existe, para dar el punto de vista del continente, presentar nuestra versión y venderla en el mercado audiovisual como una defensa de nuestra identidad. Queremos hacer un bloque americano que muestre la verdad de lo que nos sucede por medio del documental de alta calidad. Estamos demostrando que el documental ya no es como antes, es decir, trabajos pesados, chatos y marginales", asegura la productora.

La experiencia brasileña comprueba las tesis que nos explica Letizia Muhana y los resultados de Brasil Documenta. Por un lado, el establecimiento de una serie de leyes de incentivo cultural, en las cuales se invita a las empresas a invertir en producciones audiovisuales que les permiten abatir impuestos de manera práctica y expedita, y, por el otro, hacer buenos productos culturales, con una atinada política de exhibición y comercialización mediante intercambios publicitarios que llamen la atención a la audiencia, lo cual "nos ha funcionado muy bien, porque al público le interesa que le digan la verdad y a nosotros nos da credibilidad, mientras a las empresas que apoyan el documental les otorga prestigio. Y tal vez lo más importante, repito, es que en esta gama, apostamos por la identidad nacional, con lo cual todos ganamos", concluye Muhana, no sin antes mostrar su interés porque la producción mexicana sea exhibida y comercializada en Brasil.

El espectáculo de la realidad, ética y periodismo

No ver el documental como un espectáculo sino como una "forma fundamental de educación masiva", fue la tesis de una de las mesas del foro, que con el nombre de La ética en el documental periodístico, dio pie a una de las discusiones más importantes. Al igual que el debate sobre el reality show y el documental, donde se analizó cómo las nuevas producciones en boga en la televisión abierta se han apoderado de las técnicas documentales del cine para llamar la atención, mediante el discurso de reproducir la realidad. "Nada más alejado de la realidad que los reality shows", concluyeron.

La discusión sobre lo que es cierto o falso, porque retrata o reproduce la realidad, los tipos de lenguaje cinematográfico, la transmisión por televisión y el impacto en el público, fue el preámbulo para discutir en dos mesas fundamentales para este encuentro: Reality show y documentalismo y La ética en el documental periodístico.

Hay quien cree que el reality show, en boga desde hace años en prácticamente todas las televisoras del mundo, es la realidad, cuando lo que verdaderamente ahí pasa es mera representación. No son documentales, pero se apropian de su lenguaje para captar la atención de la audiencia, subir el rating y ganar dinero. El documental, por el contrario, es una obra cinematográfica.

El productor Gary Skurka (Enterprise films, de Estados Unidos), señaló: "Para decir la verdad y captar audiencia se buscan las formas más escatológicas y con implicaciones sexuales. ƑHasta dónde puede ir un realizador para llamar la atención? ƑCuáles son sus límites? Yo hice, confieso, todo eso y tuve un enorme complejo de culpa, pues hemos hecho un espectáculo de la información. Dejé de hacerlo por respeto a mi persona y a la gente. Lo que debe sustituir al reality show es el documental periodístico, que implica más producción y por tanto debe tener incentivos fiscales importantes por parte del gobierno".

Alex Holmes (de la BBC de Londres), afirmó: "Los reality shows son la comprobación de que la gente pide ver cosas reales, pero éstos se hacen con un método invasor, que crea problemas emocionales a los participantes y al público que los ve. Sería importante revisar el marco jurídico en cada país, para regularlos. El reality show se apoderó de la demanda de la gente por ver cosas existentes y fue trucado.

Silvia Sayao (periodista de O Globo de Brasil), expresó: "A la gente le gusta ver imágenes cercanas, y de ahí la existencia de este tipo de programas, pero tienen la particularidad de que carecen de una historia qué contar, a diferencia del documental. Hay que promover en la televisión la transmisión del documental y discutir internamente qué es de interés público, no sólo para el público. Todos pueden hacer un documental, pero no todos pueden transmitirlo. La televisión es un negocio y el documental es un arte, y eso, curiosamente, se sintetiza cada vez más, la prueba de ello es que existen más canales especializados, lo cual hay que festejar y darse cuenta que esto forma parte de una nueva tendencia. El documentalismo no puede tener una ética diferente al común de los valores de la gente".

Se concluyó, entre otras ideas, que el reality show es un producto, mientras el documental es un acto de la imaginación sobre la singularidad de los hechos o los personajes. Al mismo tiempo, el documental es un producto que perdura, fuera de modas, mientras que el reality show nunca llegará a nada.

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