Directora General: Carmen Lira Saade
México D.F. Viernes 25 de abril de 2003
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Política
El cineasta Carlos Mendoza descalifica la historia oficial de lo que pasó en Tlatelolco

En duda, la versión de que el general Hernández Toledo fue herido en 1968

MIREYA CUELLAR

¿Realmente fue herido el general José Hernández Toledo la tarde del 2 de octubre de 1968? Sí, según la historia oficial. El entonces presidente Gustavo Díaz Ordaz recurrió a esa versión para ilustrar "la cobarde agresión de los enemigos de México".

Sin embargo, el análisis de diversos documentos publicados recientemente, de los testimonios conocidos y del material fílmico que corresponde a los momentos en que presuntamente habría resultado herido el general hacen pensar que podría ser un episodio inexistente, parte de esa historia montada por el gobierno que se estaba desmoronando y que deja al descubierto las mentiras oficiales.

Carlos Mendoza, director del canalseisdejulio, revisó en detalle tres de las versiones escritas que existen sobre ese hecho: la del reportero del periódico El Universal (3 de octubre de 1968) Jorge Avilés Randolph; la correspondiente al informe militar del general Crisóforo Mazón Pineda, comandante de la Operación Galeana (montada por el Ejército para el 2 de octubre) y la que el propio Hernández Toledo ofreció al agente del Ministerio Público Federal, Abraham Araujo Arellano, el 3 de octubre a las 21:15 horas en el Hospital Central Militar.

La del periodista señala: "El general José Hernández Toledo, comandante del primer batallón de fusileros paracaidistas, avanzó con sus tropas hacia el lugar de la reunión. Iba acompañado por cuatro hombres y a 50 metros de distancia seguía un cordón de soldados. Hernández Toledo se paró enfrente del sitio de la manifestación, dando la espalda a uno de los grandes edificios, el denominado Molino del Rey.

"Surgieron en el cielo unas bengalas de color verde y fue entonces cuando surgió una ráfaga de ametralladora a espaldas de donde estaban Hernández Toledo y sus hombres. Cayó el general con un disparo que le atravesó. Echaba sangre por la boca e instantáneamente perdió el conocimiento. Fue entonces cuando el reportero vio unas bengalas de color rojo y se generalizó la balacera".

La segunda versión, la del general Crisóforo Mazón Pineda: "...cuando avanzábamos a la altura del puente que se encuentra sobre la avenida San Juan de Letrán, al oeste de la Plaza de las Tres Culturas, y cuando trataba de localizar un lugar más adecuado para controlar la acción, la intensidad del fuego obligó al suscrito y a mi Estado Mayor a permanecer al abrigo del puente, ya que en ese momento no era posible cambiar de ubicación; asimismo, en esos momentos el general brigadier José Hernández Toledo comandante del 2º Agrupamiento, quien se desplazaba cerca de mí, exhortando con un magnavoz a las personas civiles para que desalojaran la plaza, fue herido de gravedad quedando de inmediato fuera de acción. Los CC. Tte. Cor. MC Miguel Hernández Ahumada y Mayor M.C. Arturo Vargas Solano, exponiendo su vida propia, procedieron a su evacuación aprovechando un automóvil civil que se encontraba estacionado a proximidad, llevándolo de inmediato al Hospital Central Militar, habiendo regresado ambos médicos a mi puesto de mando".

La narración del general Hernández Toledo quedó asentada en el acta número 54832/68, fechada el 3 de octubre de 1968 en el cuarto número 4 del Hospital Central Militar. Su dicho: "que encontrándose de servicio con el batallón a su mando, en la Plaza de las Tres Culturas, alrededor de las 19 horas del día de ayer conminó a las personas allí reunidas a que se retiraran, pero en vez de hacerlo así, muchas personas abrieron fuego sobre los soldados a su mando con metralletas, tanto desde el piso como desde lo alto de los departamentos del edificio Chihuahua y de otros que se encuentran al frente del mismo (sic), al parecer el Dos de Abril, por lo que se vio precisado a ordenar al personal a sus órdenes que abrieran fuego, y en el momento de ordenar que se cerrara la puerta del edificio Chihuahua sintió un balazo en la espalda, proveniente del edificio Dos de Abril..."

Las lesiones sufridas por Hernández Toledo fueron descritas en la misma acta: "Herida por proyectil de arma de fuego en cara posterior de hemitórax, sobre el séptimo espacio intercostal del mismo lado, a 12 centímetros por línea media. Penetrante de cavidad. Lesiones que se describen y clasifican en el certificado médico que se agrega a las presentes diligencias, y son de las comprendidas en el artículo 293 del Código Penal vigente. Lesiones que por su naturaleza ponen en peligro la vida."

El primer aspecto en el que no hay coincidencia entre las versiones es sobre el lugar de la agresión: el reportero refiere que Hernández Toledo estaba enfrente del sitio de la manifestación, dando la espalda, dice, a uno de los grandes edificios, el denominado Molino del Rey. Este edificio se encuentra unos 200 metros al oeste de donde se desarrollaba la manifestación. Está separado de la plaza por el Eje Central. Estos elementos, dice Carlos Mendoza, hacen que las referencias aportadas por el reportero parezcan "absurdas".

La de Mazón Pineda, añade el director del canalseisdejulio, es todavía "más confusa", porque si Mazón Pineda se encontraba en el "puente de San Juan de Letrán", su compañero de armas se movía a decenas de metros de distancia sobre una superficie muy irregular -por las construcciones arqueológicas que ahí se ubican- que hace casi imposible que ambos militares hicieran contacto visual, ya que según las evidencias fílmicas la columna comandada por el general Hernández Toledo avanzaba hacía la explanada por la zona arqueológica, muy cerca del edificio de la Secretaría de Relaciones exteriores, a unos 80 metros del lugar que ocupaba Mazón Pineda.

La ubicación del lugar de la agresión "se hace aún más confusa" al comparar los datos ofrecidos por el propio Hernández Toledo y el certificado de lesiones adjunto. Según estos documentos, el general fue herido en el costado derecho por un proyectil disparado desde el edificio 2 de Abril, que se encuentra al norte de la plaza.

"De ser exacta está versión, el señor general Hernández Toledo estaría apercibiendo con su magnavoz a los manifestantes, pero de espaldas a ellos. De lo contrario no estaría exponiendo su hemitórax derecho a quienes lo cazaban desde el edificio 2 de Abril", comenta Mendoza.

Pero además entre los legados del general Marcelino García Barragán, secretario de Defensa Nacional en 1968, se encuentra un croquis que señala el lugar en que Hernández Toledo habría caído herido. Lo ubica en la explanada de la Plaza de las Tres Culturas, cerca del costado norte del templo de Santiago.

Vale la pena destacar, apunta Mendoza -cuyo equipo del canal seisdejulio ha dedicado muchas horas a revisar las escenas conocidas de aquella tarde- que los momentos iniciales de la agresión del 2 de octubre están profusamente registrados en las filmaciones conocidas, mismas que captan en diferentes momentos el área de la plaza en donde García Barragán localiza la agresión.

Tampoco sobre el momento de la agresión hay coincidencias. El reportero hace coincidir el suceso con el momento en que era lanzado el primer par de bengalas y el consiguiente inicio del tiroteo. Mazón Pineda dice que ésta se da en instantes en que el fuego era ya intenso y Hernández Toledo refiere haberse dado tiempo para ordenar a sus hombres que respondieran el ataque en tanto él mandaba cerrar una puerta del edificio Chihuahua. Este último es un detalle "curioso", porque el edificio Chihuahua no tenía puerta. Las filmaciones y la mayor parte de los testimonios conocidos "descalifican las tres versiones", señala Mendoza: no hubo disparo alguno antes de que el segundo par de bengalas tocara el suelo; no se observa perturbación o desorden entre los manifestantes ubicados en el área en que García Barragán localiza a Hernández Toledo al momento de ser herido; los soldados empiezan a hacer fuego algunos segundos después de alcanzar la explanada de la plaza y no existe evidencia fílmica de ningún militar con un megáfono.

Ente los distintos documentos consultados por el canalseisdejulio sobre ese momento hay uno particularmente relevante: el parte que rinde la Policía Judicial Federal, correspondiente al 2 de octubre de 1968, elaborado por los agentes 283, 413, 419 y 549, con el número 78, tomo XIII, foja 422. Sucede que los elementos de este cuerpo policiaco, testigos privilegiados y aparentemente ajenos a los pormenores del operativo militar dispuesto en la plaza, no dan cuenta de la supuesta agresión contra el general Hernández Toledo.

Todas estas contradicciones, dice Mendoza, podrían responder a la lógica confusión del momento si no fuera porque diversas imágenes cinematográficas establecen con toda precisión tanto el momento de los primeros disparos como el que marca el inicio de la respuesta armada de la tropa en contra de los francotiradores que hacían fuego desde las partes altas del edificio Chihuahua.

No se puede descartar, añade Mendoza, que los dos generales y el reportero estuvieran tratando de repetir "con notables errores" un libreto que les había sido transmitido con el propósito de construir la imagen de un soldado mártir que simbolizara "la cobarde agresión de los enemigos de México".

Quizá, concluye Mendoza a partir de la revisión de muchos materiales, las heridas del general Hernández Toledo son otra de las muchas mentiras notables que el gobierno y el Ejército sostuvieron durante años. 

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