LETRA S
Mayo 8 de 2003

Cuba, entre la controversia y el éxito



 
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Antonio Medina

Si en el Foro 2000 Brasil fue presentado como el modelo latinoamericano a seguir en el combate a la pandemia del VIH/sida, en el Foro 2003, celebrado en La Habana el pasado mes de abril, Cuba ocupó ese lugar. Enclavada en la segunda región más afectada del mundo por la pandemia de sida, la mayor isla del Caribe tiene una de las seroprevalencias más bajas del mundo: sólo .05 por ciento de su población adulta está infectada. Eso se debe, de acuerdo con Peter Piot, director ejecutivo del Onusida, a que Cuba "respondió muy temprano a la epidemia". En casi 20 años sólo se han registrado 4,700 casos de VIH, y han fallecido 1,040. En el II Foro en VIH/Sida/ITS en América Latina y el Caribe (Foro 2003), Cuba fue de los pocos países que presentaron avances sustanciales en la prevención de ese padecimiento. En cinco años, de 1996 a 2001, la población sexualmente activa incrementó el uso del condón de 21.5 a 53.7 por ciento en su última relación sexual ocasional; y bajaron el número de parejas ocasionales de 14 a 13 por año. La distribución de condones subió de 6 a 55 millones en esos cinco años.

En las diversas sesiones temáticas en que se dividió el Foro, diferentes funcionarios cubanos expusieron la situación y respuesta dada a la epidemia del VIH/sida en su país. Desde el año 2000, todas las personas que han desarrollado la enfermedad, 1,033, son tratadas con los medicamentos antirretrovirales, de los cuales Cuba produce seis en su versión genérica. Cuestionado sobre la calidad de los mismos, el doctor Lorenzo J. Pérez Avila aseguró a Letra S que los estudios de bioequivalencia, realizados de acuerdo con los lineamientos internacionales, han demostrado que responden idénticamente igual. La prueba está, continuó, en el aumento de la sobrevida de los pacientes y la disminución de muertes por sida --que según la exposición del doctor Manuel Santín Peña, fue de 23 por ciento.

Nueva vacuna en desarrollo
Desde 1992 Cuba se ha unido a los esfuerzos internacionales por desarrollar una vacuna contra el VIH. Pero al igual que los ensayos realizados en otras partes del mundo, la vacuna cubana, que buscaba inducir anticuerpos neutralizantes, no tuvo la respuesta esperada, por lo que se decidió cambiar la dirección de las investigaciones. Ahora lo que se busca es ampliar la respuesta de las células T. El investigador Carlos Duarte --quien también fue uno de los voluntarios en los que se probó la vacuna anterior, pues "si vamos a desarrollar una vacuna para que se la pongan otros, nosotros debemos ser los primeros dispuestos a hacerlo. Esa es la filosofía que tenemos los investigadores cubanos", expresó--, informó a Letra S que los ensayos de la Fase I de esta nueva vacuna, desarrollada a partir de proteínas artificiales formadas por regiones de diferentes proteínas del virus, se comenzarán a realizar este mismo año, pero que tendrán que pasar de tres a cuatro años antes de saber si esta vacuna tendrá algún resultado o es prometedora.

Durante los días que duró el Foro, los organizadores planearon una serie de visitas, previa inscripción, a los sitios donde se investiga, atiende o educa sobre VIH/sida. Una de esas visitas fue a los controvertidos sanatorios o "sidatarios" cubanos. A todas las personas que son detectadas seropositivas al VIH se les incorpora a un programa de atención integral. Para ello, son enviadas a alguno de los catorce sanatorios que existen en todo el país.

¿El fin justifica los medios?
Letra S visitó el sanatorio Santiago de las Vegas, conocido entonces como el primer sidatario. Se abrió en 1986 y actualmente alberga a poco más de 350 personas y da servicio ambulatorio a otras 130. Si antes la estancia permanente era obligatoria, desde 1996 se volvió voluntaria. Quizás influyó, en el cambio de régimen, la opinión pública internacional contraria a que se recurra a medidas coercitivas para controlar la epidemia, que además de innecesarias vulneran los derechos humanos de las personas. Por no tratarse de una infección contagiosa, se considera que el aislamiento de las personas con VIH/sida contra su voluntad es injustificado. Lo cierto es que las autoridades de Salud cubanas nunca han expresado una autocrítica al respecto. Por el contrario, para ellas la medida se justifica por los resultados obtenidos, por ello la presentan como un éxito.

Durante los primeros meses de su estancia en los sanatorios, a las personas recién detectadas VIH positivas se les dan talleres sobre alimentación, apego a medicamentos, meditación y autoestima, como parte del programa Aprendiendo a vivir con VIH/Sida. El sanatorio tiene la apariencia de una gran finca con unas 70 casas dúplex y edificios pequeños donde están las oficinas, talleres y laboratorios. Cuenta con un área amplia de jardines arbolados, granja, teatro, talleres de grabado y artesanía, biblioteca, sala de proyección y una extensa área deportiva. Los pacientes han rehecho sus vidas en este lugar y muchos de ellos han encontrado compañía sentimental. "Las personas que permanecen aquí lo hacen de manera voluntaria, pues saben que en el sanatorio tienen todo. Pero si deciden salir luego de tomar el taller, que les lleva de tres a seis meses, lo pueden hacer. Hay quienes prefieren salir sólo los fines de semana, a ellos se les da un apoyo para alimentación y pasajes. Pero en general la gente opta por permanecer más tiempo, pues creo que el sentido de comunidad los hace que se integren", comentó el guía que atendió la visita.

¿Qué tú hace en el malecón, malicón?
Quizás algunos de los logros preventivos alcanzados en Cuba se deban a que las autoridades de Salud han decidido priorizar la labor preventiva en la población más afectada: la de hombres que tienen sexo con otros hombres (HSH). De acuerdo con la doctora Rosaida Ochoa, directora del Centro Nacional de Prevención e Información sobre VIH/SIDA/ITS, dos de cada tres casos (79 por ciento) se presenta en ese grupo de la población. Ese es otro cambio visible en la política cubana, luego de años de represión a la población gay. "La sociedad está cambiando y nuestro gobierno ha sido sensible para ir acoplando sus políticas públicas de salud. Nos está dando un lugar prioritario y está reconociendo nuestra existencia y el derecho que tenemos de vernos representados en las campañas de prevención", comentó a Letra S Raúl Regueiro, coordinador nacional del proyecto de prevención del VIH/sida para HSH en Cuba. Desde que inició el proyecto hace dos años y medio, informa el joven trabajador bancario y voluntario en el combate al sida, se acude a los lugares de reunión gay o de HSH como parques, playas, el famoso malecón y fiestas para proporcionarles información y surtirlos de condones. "También llegamos --continúa Regueiro-- a aquellos jóvenes que se prostituyen", los llamados pingueros o jineteros. "Es una acción asertiva de nuestro gobierno, pues al proteger a nuestros hermanos cubanos, también protegemos la salud de los turistas."