Al niño lo mataron los salvadoreños, acusa; los polleros les ofrecieron aire acondicionado

Sobreviviente del tráiler narra el viaje en que murieron 19 migrantes

La policía de Texas busca a dos hombres y una mujer, señalados como responsables

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Victoria, Texas. El testimonio de uno de los sobrevivientes de la tragedia en que fallecieron 19 indocumentados que eran traslados a Estados Unidos en un tráiler, narró la angustia y desesperación que padecieron los migrantes antes de fallecer. Algunos, dijo se rompieron las uñas y los dedos al golpear contra las paredes del contenedor, para que los sacaran del infierno en que se convirtió la caja del vehículo en que viajaban.

Aseguró inclusive, que el niño de seis años no falleció asfixiado, sino que fue asesinado a golpes por inmigrantes salvadoreños que dijeron que "sacarían al menor, aunque fuera a pedazos, para que la gente se diera cuenta".

El testigo no quiso revelar su identidad, porque es de los pocos que salió con vida y aún no ha sido detenido por las autoridades de migración. Sus historias dan cuenta de las cinco horas que pasaron atrapados en el tráiler, en Texas.

En declaraciones a la cadena televisiva Univisión, el hombre dijo que fueron engañados por los traficantes de personas para que aceptaran embarcarse dentro del remolque. Aseguró que les prometieron que la caja del tráiler tendría aire acondicionado y hasta les recomendaron llevar suéteres y chamarras, pero una vez sellada la caja del camión se convirtió en un horno, cuando el grupo de casi cien inmigrantes terminara de abordarla, poco después de las 21 horas del martes.

Encerrados y en completa oscuridad, los inmigrantes esperaban el aire acondicionado, los minutos comenzaron a pasar y el calor a aumentar. Cubiertos de sudor, hombres y mujeres empezaron a despojarse de sus ropas buscando un alivio a las altas temperaturas.

Apenas habían transcurrido 20 minutos del viaje, que comenzó en un paraje ubicado en las afueras de Harlingen, en el sur de Texas, cuando cayeron los primeros desmayados.

El sobreviviente dijo que la desesperación se apoderó de todos. En búsqueda de aire, algunos trataron de arrancar con manos y uñas la cubierta de aislante de la caja del camión. Agregó que algunos lograron tumbar varias luces de las paredes de la caja, lo que les permitió hacer cuatro pequeños orificios hacia el exterior. Pero entonces se desataron riñas, porque todos buscaban desesperadamente aire fresco.

Uno de los pleitos fue causado por las diferencias para salvar a un niño de seis años, luego de que al parecer su padre se había desmayado o muerto. Narró que al niño lo estrellaron contra las paredes del tráiler, por lo menos en dos ocasiones. Sin embargo, de acuerdo con la autopsia, podría ser una de las cuatro personas que fallecieron aplastadas por el peso de otros cuerpos que les cayeron encima.

Los indocumentados, que pagaron entre mil y 2 mil dólares por el viaje, no recibieron agua ni alimento. La distancia a su punto de destino en Houston era de más de 500 kilómetros, por lo que llegarían antes del amanecer del miércoles.

Sin embargo, el exceso de calor los deshidrató en poco tiempo. Angustiados algunos, recogieron y bebieron sus propios orines, e inclusive los compartieran con otros.

Durante el trayecto, detalló, intentaron pedir ayuda. Uno de ellos realizó cuando menos dos llamadas por teléfono celular a los servicios de emergencia del 911.

La primera llamada fue recibida por el Departamento de Policía de Corpus Christi, casi a las 23 horas del martes, dos horas después de haberse iniciado el viaje. El intento no fructificó, al parecer por la débil señal del aparato.

Poco después, otra llamada fue captada por los servicios de emergencia de Kingsville, sobre la carretera 77, pero ésta fue contestada por un recepcionista que sólo hablaba inglés, por lo que no entendió ni hizo caso a los gritos de auxilio.

Los inmigrantes que lograron sobrevivir salieron del remolque. Algunos se dieron a la fuga antes de que llegaran las autoridades, otros permanecieron en el lugar y fueron detenidos.

Las autoridades aún buscan a varias decenas de migrantes que lograron huir del lugar. En Texas se inició una investigación bautizada como Low mercy (Baja Compasión), para esclarecer los hechos. Tres sospechosos de organizar el viaje, dos hombres y una mujer de origen latino, son buscados.