México D.F. Domingo 18 de mayo de 2003
Entregará a la PGR documento del caso
Posadas
El Grupo Jalisco intenta lucrar con la justicia, sostiene
Carpizo
El ex ombudsman criticó el trabajo de
Lima Malvido
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
A pregunta expresa en torno a si dará a conocer
un documento en el que se involucra al cardenal Juan Sandoval Iñiguez
con narcotraficantes, el ex procurador Jorge Carpizo dijo: "primero, no
acuso a nadie; segundo, pido que se abra una investigación porque
ese documento contiene afirmaciones sobre probables delitos, pero se detalla
en ese movimiento nombres, situaciones, fechas, circunstancias.
"Sobre el contenido de ese documento yo no he hablado
y dije en el programa radiofónico que no voy a hablar, lo que voy
a hacer es entregarlo a la Procuraduría General de la República
la semana próxima, para que investigue y nos diga cuál es
el resultado de esa pesquisa. He dicho que la PGR tiene que investigar
y ojalá que mientras no haya conclusiones de la PGR no estemos elucubrando
porque no le conviene a nadie".
El documento al que se refirió Carpizo, según
versiones radiofónicas y periodísticas, es un texto de alrededor
de 40 cuartillas en el que se menciona la entrega de limosnas de miembros
del narcotráfico a la diócesis de Chihuahua en los años
90, fecha en la cual Sandoval Iñiguez estuvo al frente.
La interrogante surgió en una conferencia de prensa
en la cual el ex titular de la PGR habló de nueva cuenta del Caso
Posadas, y desmintió las versiones de Sandoval Iñiguez; del
ex diputado local de Jalisco, Fernando Guzmán, y del abogado José
Antonio Ortega, quienes aseguran que militares y agentes federales asesinaron
al cardenal Juan Jesús Posadas Ocampo.
Jorge
Carpizo señaló que en el caso Posadas, el problema de la
PGR "es que no le quiere decir al Grupo Jalisco -conformado por el cardenal
Juan Sandoval Iñiguez, el ex diputado local por esa entidad, Fernando
Guzmán, y el abogado José Antonio Ortega- que sus pruebas
son improcedentes por temor a un escándalo".
Acusó a lo que llamó el "cuarteto infernal"
(dijo que son el Grupo Jalisco más la subprocuradora de la PGR María
de la Luz Lima Malvido), de "lucrar con la justicia" y "haber falsificado"
las "nuevas" pruebas, con las que se pretende hacer creer a la sociedad
mexicana que el homicidio de Posadas Ocampo fue un complot gubernamental,
y solicitó de manera formal que Fernando Guzmán, Lima Malvido
y José Antonio Ortega sean retirados de la coadyuvancia de las investigaciones
por tener conflicto de intereses en el asunto.
Las declaraciones de Carpizo se dieron luego que la Conferencia
del Episcopado Mexicano (CEM) enviara dos cartas al presidente Vicente
Fox en las que le demandan que Lima Malvido siga al frente de las investigaciones,
y denuncian la "actitud negligente, inefectiva y nada transparente de las
autoridades" en la indagatoria.
Sin embargo, fue Carpizo y no la PGR de Rafael Macedo
de la Concha, ni la Presidencia de la República, quien respondió
a las interrogantes que el pasado 13 de mayo la CEM formuló en su
carta al gobierno de Vicente Fox.
Para demostrar la veracidad de sus aseveraciones en el
sentido de que se han falsificado pruebas, Jorge Carpizo entregó
copia de algunos documentos que forman parte de la investigación
del caso Posadas, y con los que desmintió las versiones del Grupo
Jalisco, respecto a que militares y agentes federales fueron comisionados
para matar al cardenal Posadas, y que el ex director de la Policía
Judicial Federal, Rodolfo León Aragón, hubiera estado en
el aeropuerto de Guadalajara horas antes de que mataran al prelado.
Responsabilizó a Lima Malvido de no querer entregar
al Ministerio Público la ratificación de declaración
del ex nuncio apostólico en México, Girolamo Prigione, la
cual ocurrió a principios de este año, luego que la funcionaria
acudió hasta Italia para realizar esa diligencia.
Además, dio a conocer testimonios de obispos -que
dijo están amenazados- en los que se advierte la intención
del Grupo Jalisco de engañar a la sociedad con sus declaraciones.
Asimismo, reveló parte del contenido de una grabación
realizada en diciembre de 2002, en la que el obispo de Aguascalientes,
José Guadalupe Martín Rábago, advierte que durante
1993, cuando estuvo al frente del obispado de Guadalajara, la madre Felisa
(ama de llaves de Posadas), nunca le mencionó las supuestas amenazas
al prelado, y dice que es extraño que nueve años después
hable a la PGR de llamadas amenazantes y tener pruebas de ello.
El también ex ombudsman de México
afirmó que en las nuevas investigaciones del homicidio del cardenal
Juan Jesús Posadas Ocampo, quien fue asesinado en el aeropuerto
internacional de la ciudad de Guadalajara, Jalisco, el 24 de mayo de 1993,
"el cuarteto infernal y ultraderechista" ha inventado pruebas, comprado
testimonios a narcotraficantes y homicidas, así como también
han pagado "dinerito" a otras personas, con la intención de tergiversar
la realidad de lo sucedido en 1993 y obtener beneficios personales de este
asunto, como son notoriedad o cargos públicos.
La CEM preguntó a Fox "¿por qué no
se investiga la razón por la cual los agentes de la procuraduría,
enviados desde México a Guadalajara a investigar el homicidio, salieron
antes de que éste fuera cometido?"
Carpizo respondió que el Grupo Jalisco falsificó
las bitácoras de vuelo, con tal grado de notoriedad que en ellas
se detecta que dos de los supuestos vuelos tardaron 15 horas en sus traslados.
Además, indicó, como para corregir sus errores, primero entregaron
dos hojas a la PGR, luego fue sólo una. Pero ninguna fue elaborada
en papelería oficial, no tienen firmas, sellos ni folio.
José Antonio Ortega mencionó el pasado jueves
que Carpizo debería explicar por qué dice que cuando ocurrió
el asesinato de Posadas estaba comiendo con el ex director de la Policía
Judicial Federal, Rodolfo León Aragón, cuando en realidad
este último fue visto -según declaraciones de uno de los
pistoleros que participaron en la balacera del 24 de mayo del 93- en el
aeropuerto de Guadalajara.
Ayer, Carpizo aseguró que la mejor prueba de que
él dice la verdad sería revisar detalladamente las bitácoras
entregadas por el Grupo Jalisco a la PGR, ya que no se menciona a León
Aragón como uno de los pasajeros de esos vuelos.
En cuanto al cuestionamiento de por qué no se investigan
las presiones a las que fue sometido el cardenal Posadas en las oficinas
de Los Pinos, los días previos a su muerte, Carpizo respondió
que él conoció lo escrito en el diario del prelado desde
un año antes de su muerte y que en ninguna de sus páginas,
en las que se mencionaban actividades y cuestiones personales, hizo alusión
a amenazas o presiones.
Con referencia a los supuestos testimonios de Fulvio Jiménez
Turegano, ex comandante de la Policía Judicial Federal, y José
Luis Thirión, ex informante de la Secretaría de la Defensa
Nacional (Sedena), Carpizo los descalificó.
En el caso de Fulvio Jiménez, quien está
prófugo de la justicia, pero del cual el Grupo Jalisco entregó
una declaración rendida ante un notario público, éste
aseguró que Carpizo le llamó a su celular y le dijo que detuviera
a los militares que llevaban detenido a Joaquín El Chapo
Guzmán. Sin embargo, el ex procurador presentó dos boletines
de prensa que datan de 1993, en los cuales se menciona que el 28 de mayo
de ese año, Jiménez fue detenido por estar relacionado con
el narcotraficante Emilio Quintero Payán, y además, reveló
que el 19 de junio de 1993 se conoció la participación del
ex agente en la liberación ilegal de Guzmán Loera, una vez
que fue aprehendido en la ciudad de México, evento en el cual estuvo
involucrado el ex secretario de Protección y Vialidad capitalina,
Santiago Tapia Aceves.
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