Prepara la UNAM programa para académicos jubilados

Proponen desarrollar una activa cultura de la vejez

En el Distrito Federal, el mayor número de ancianos

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La académica de la Facultad de Sicología de la UNAM Marcia Morales recomendó desarrollar en México una activa cultura de la vejez, que propicie que la población no conciba a los viejos como estorbos.

La especialista de la UNAM planteó que, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en 2000 México tenía 4 millones 750 mil 311 personas mayores de 65 años.

Refirió que las entidades con mayor población en este rango de edad fueron Distrito Federal (503 mil 357), estado de México (471 mil 164), Veracruz (373 mil 119) y Jalisco (334 mil 790).

Con esa nueva cultura de la vejez, explicó la especialista, se busca cambiar la mentalidad del mexicano, con el propósito de obtener para los ancianos y el resto de la población todos los beneficios que puede ofrecer integrarlos a la sociedad.

No se trata de realizar un implante en el individuo de la tercera edad para que de repente obtenga sabiduría y energía, sino de que sea un proceso a lo largo de su vida.

"Lo más importante es no dejarnos rebasar por la problemática, hacer programas preventivos para estar preparados; tener y desarrollar la sensibilidad de una cultura de la vejez entre la población", indicó.

Comentó que uno de los grandes problemas del ciclo vital del hombre moderno es la jubilación, porque constituye un cambio en el que la persona deja de realizar actividades en las cuales siempre basó su seguridad, puesto que deposita gran esperanza en el aspecto laboral para su desarrollo.

Resaltó que en esta etapa las mujeres en México cuentan con una gama de posibilidades a las que pueden dedicarse: familia, hogar e hijos, en quienes influyen de manera importante, tanto en la parte emocional como educativa.

Al jubilarse, ellas aún tienen la red de toda la familia a la cual le han dedicado gran parte de su energía.

El hombre mexicano, por el contrario, tiene puesta toda su seguridad en la parte laboral de su vida, porque mediante ésta ha sostenido a su familia.

Al jubilarse se percata de la llegada de la vejez, de que "ya no sirve". Asume que los jóvenes lo están relegando y descalificando. Además, por lo general, no tiene la fuerza en la red familiar que caracteriza a la mujer.

Informó que en la Facultad de Sicología preparan un programa piloto para académicos jubilados de la UNAM, una especie de bolsa de trabajo. Se conformará un equipo multidisciplinario que aproveche la sabiduría del viejo y la conjunte con la energía del profesor joven y la de sus alumnos.