.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas

P O L I T I C A
..

México D.F. Viernes 23 de mayo de 2003

Gilberto López y Rivas

Rubén Jaramillo: cuatro décadas de impunidad

El 26 de mayo de 1962 elementos del Ejército Mexicano, según testimonios de sobrevivientes, asesinaron al líder agrarista morelense Rubén Jaramillo, a su esposa Epifanía -en estado de gravidez- y a sus tres hijos: Filemón, Ricardo y Enrique.

Con la desaparición de Jaramillo terminaba una etapa de lucha campesina en Morelos, la cual había alternado formas armadas y pacíficas, y empezaba otra por la democracia y la justicia social, contra la impunidad y por el estado de derecho, que hasta hoy no gana el pueblo de México.

Jaramillo tuvo sus primeras experiencias en el Ejército Libertador del Sur, al cual se incorporó a la edad de 14 años (nació en 1900). Tras la muerte del general Emiliano Zapata, en 1919, y la desmovilización de su ejército, comprendió y transmitió a sus compañeros la idea de que debía seguirse otro derrotero. Los ideales zapatistas de Tierra y Libertad continuaban vigentes, pero había que hacerlos realidad a través de la fuerza de la razón y la acción legal, ya que la vía armada no era posible en esas condiciones; era necesario, entonces, aprovechar los reducidos espacios de participación política que se crearon a partir de los años 20 del siglo pasado.

Una década después, ya en la etapa pacífica de la revolución, durante la presidencia del general Lázaro Cárdenas, Jaramillo participó activamente en la creación del Banco Ejidal y del Ingenio Azucarero de Zacatepec. Estos hechos, de claro carácter revolucionario, agudizaron la lucha de clases y enfrentaron a los terratenientes y caciques de Morelos con los campesinos y asalariados rurales que tuvieron en Rubén Jaramillo un destacado y valiente dirigente con grandes dotes oratorias e inmenso carisma.

Ante el acoso de los poderosos de la región, que en múltiples ocasiones intentaron secuestrarlo y asesinarlo, se levantó en armas entre 1943 y 1944, refugiándose en las montañas surianas. Un ofrecimiento del presidente Avila Camacho le permitió regresar a la vida civil. Fundó entonces el Partido Agrario Obrero Morelense como un instrumento de lucha de los explotados. En 1945 y 1952 compitió por la gubernatura de su estado, enfrentándose a la poderosa maquinaria fraudulenta del partido oficial.

Ante las prácticas ilegales y terroristas del Estado mexicano, volvió a la autodefensa armada como única forma de mantener en alto las banderas del agrarismo zapatista. En 1958, en un aparente clima de civilidad, fue amnistiado por el presidente López Mateos y volvió a la vida política pública. Sin embargo, la traición del poder emergió una vez más en la historia mexicana. Como Zapata y Villa, Jaramillo enfrentó a un Estado que, por un lado, tendía la mano de la negociación, mientras con la otra reprimía y asesinaba.

En aquel trágico 26 de mayo, camiones del ejército irrumpieron en la comunidad de Tlaquiltenango, coparon las azoteas de las casas vecinas a la vivienda de Jaramillo y su familia e iniciaron la operación de secuestro del líder campesino, su aguerrida compañera e hijos.

Los soldados, dirigidos por el capitán José Martínez del destacamento de Zacatepec, respondieron con burlas e insultos a uno de los hijos de Jaramillo, quien esgrimía como defensa el decreto presidencial de amnistía. De ahí fueron conducidos al sitio arqueológico de Xochicalco, donde, tras un frustrado intento de conminarlos a ponerse de rodillas, fueron fusilados y ultimados con un tiro de gracia.

El "gobierno del cambio" que creó una fiscalía especial, hasta ahora con fines exclusivamente publicitarios, tiene, como antes los gobiernos del PRI, la posibilidad de que en México impere el estado de derecho. Desde hace muchos años, 41 para ser exactos, se conoce que existe una averiguación previa en la Procuraduría General de la República, con número de entrada 33262, y no se ha hecho nada ni entonces ni ahora.

Dicen que el buen juez por la casa empieza. En vez de pregonar servilmente ante el gobierno de Estados Unidos que la prioridad de México es la lucha contra el terrorismo, es necesario esclarecer los crímenes del terrorismo de Estado, y castigar a los culpables materiales e intelectuales del cobarde asesinato. Sólo así se estará haciendo justicia a los luchadores agraristas morelenses y mexicanos que un régimen injusto obligó a trabajar la tierra con la carabina al hombro.

Recordemos a Rubén Jaramillo, a su familia, y rindamos homenaje a sus leales seguidores que han mantenido sus convicciones firmes e incólumes

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email