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México D.F. Jueves 29 de mayo de 2003

Adolfo Sánchez Rebolledo

Los fans de Big Brother y el racismo

Debo decir que no tengo nada contra BB como idea televisiva, pero en los hechos el programa, que cumple su segunda edición, decepciona por su falta de imaginación, humor e irreverencia. Allí donde la inveterada derecha mexicana quiso hallar una subversión de valores y, en general, el consabido ataque a las buenas costumbres, hay una tediosa convivencia que se prolonga en la modorra y la ambición sin grandeza de los huéspedes de la casa construida por Endemol-Televisa con grandes alardes técnicos en Santa Fe. Las tareas impuestas por el omnipresente Big Brother a los pobres hermanos son tan insulsas y de tan bajo nivel que parecen confeccionadas para párvulos y no para adultos en posesión (se supone) de todas sus facultades y certificados, al menos de secundaria. No hay en ellas el menor intento de probar la inteligencia de los jugadores ni su creatividad, pues incluso las más lúdicas o "artísticas" se basan en la imitación literal de algunos espectáculos sin alcance ni profundidad.

Definitivamente, la casa de BB no es un laboratorio para observar a la sociedad. Ni siquiera para conocer a los entusiastas que se ofrecen a la curiosidad del público en busca de un premio en metálico, los prometidos 15 minutos de fama o, simplemente, para vivir una "experiencia única", pero en realidad es un juego en el que el morbo domina sobre cualquier otro sentimiento del espectador. De hecho es una telenovela en vivo, (soap live), un espectáculo sujeto a las normas comerciales del entretenimiento global y a un formato cuya eficacia en el rating ha sido probado en muchos países gracias a que sabe combinar la vocación exhibicionista de algunos con el voyeurismo colectivo.

Pero si en la casa no ocurre nada extraordinario, fuera de ella se produce el fenómeno Big Brother, que arrastra y compromete en las peripecias del juego a millones de espectadores en todo el mundo. Gracias a la Internet, parte del público -los verdaderos fans- se involucra "interactivamente" a través de la página de BB (www.bb2.tv) para expresar sus opiniones sobre lo que está pasando en la casa. No estoy en condiciones de saber quiénes son estos interlocutores, ni el alcance de dicha red interactiva, pero a juzgar por el tono de los miles de mensajes a los foros, la mayoría parecen ser jóvenes, incluso adolescentes que pueden usar Sky, teléfono celular e Internet, es decir, un grupo hasta cierto punto privilegiado con tiempo y ganas de comunicarse entre sí para seguir el ritual del complot y sus resultados, las nominaciones y la expulsión, que es el clímax semanal y el gran negocio de BB.

Me sorprenden dos cosas de esas opiniones vertidas en los diversos foros: una es el conservadurismo del público para condenar las actitudes "anormales" y su única y exclusiva obsesión por la sexualidad (que "se encuere La Chiva" o ya en plan de hartazgo: "lo que queremos es ver coger") con su cauda de machismo, misoginia y homofobia, en contrapunto con las actitudes mucho más tolerantes de los propios "hermanos" y el resto de la audiencia. La segunda es la palpable degradación del lenguaje de los internautas, el analfabetismo virtual de un sector que seguramente tiene acceso a la escuela, pero carece de educación. En los mensajes predomina un idioma elemental, esa especie de esperanto de pacotilla (ke kieres wey) de la computación que elude la ortografía y la sintaxis del español; el insulto rijoso lanzado a modo de "crítica", la vulgaridad escolar expuesta una y otra vez como travesura monótona hasta el infinito. Es raro hallar una nota reflexiva, bien escrita, coherente.

Una constante es que a los habitantes se les clasifique por sus atributos externos (la musculatura de Alfonso, las tetas estilo Penthouse de La Chiva, la belleza de Tatiana o Vanessa) o por la conducta sexual que se les atribuye, pero la crítica siempre se ensaña ante reales o supuestos defectos físicos: la fealdad o la simple imperfección se paga sumariamente con el desprecio y el paredón virtual. No hay término medio. Es el triunfo total de una estética fundada en los arquetipos de los mass media estadunidenses, recreados en México por la propia Tv y encubiertos bajo el cascarón del criollismo conservador nativo. Así, los opinadores se sienten agredidos por la gordura de Wendy, las "chichis de calcetín" de Sabina o el color de la piel de Mauricio. Si bien en el imaginario de los fans de BB en principio todas las mujeres son "putas" y los hombres "jotos", la peor carga negativa de este machismo pueril se concentra en la discriminación racista que a manos llenas fluye a través de los foros. Independientemente de su personalidad, Mauricio se convierte en "Maurindio", un "pinche indio feo y acomplejado", "indio pata rajada", "mestizo hijo de la chingada", albañil, "prieto asqueroso... al rato vas a robar lo que veas, maldito mugroso", o sencillamente se le estigmatiza con la palabra naco, expresión que recoge y sublima todos los rencores acumulados del clasismo de las clases medias mexicanas, sus conflictos y ambigüedades. Es verdad que no todas las opiniones vertidas en la página de BB son así, pero hay tantas como para pensar que tales frases, desde luego amparadas en el anonimato, no son de ninguna manera un ejercicio verbal inocuo y sí, en cambio, subrayan la fuerza de un prejuicio detestable que ya no cabe bajo la alfombra. Tampoco lo es la conmiseración piadosa, el clasismo caritativo ante las vicisitudes de Wendy, joven obrera que abandonó su trabajo para estar en la casa, pues aun cuando recibe el apoyo de los internautas se le reduce en el mejor de los casos a la condición de una persona "inferior" que hace un esfuerzo loable por ser y parecerse a los demás... sin conseguirlo. En fin, no hay que rascar mucho para topar con el sustrato sicológico de una ideología excluyente en la que se dan la mano el clasismo y la discriminación racial.

Me parece que Rigoberta Menchú tenía razón cuando decía, cito de memoria, que la gran tarea pendiente de nuestras sociedades es la reducación, comenzado por la de los educadores.

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