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México D.F. Miércoles 4 de junio de 2003

Los 105 años de Mariana Frenk

ƑCuándo empieza la vejez?

Jesusa Rodríguez y Elena Poniatowska

''No todas las cosas se viven, sólo las que coinciden con algo que uno tiene dentro. Algunas cosas que viví no eran para mí."

Es muy fuerte el viento en el octavo piso de la avenida Campos Elíseos, en Polanco, y con las ráfagas la palma empieza a bailar. A Mariana Frenk le gustan sus movimientos a pesar de que la palma, a la mitad de la sala, abuse de su encanto y lance sus ramas a las cuatro esquinas. Mariana asegura: ''Tengo una buena relación con ella, pero la relación con Munguito es mucho mejor''.

Munguito, el canario ''que sabe mucho más de lo que creemos'', canta 105 veces para celebrar el cumpleaños 105 de Mariana, el 4 de junio. Esta noche vienen a cenar Margit, Silvestre, Alicia su nieta y Munguito, su canario, regalo de Carmen Parra a quien ella agradece cada vez que gorgorea ''qué lindo, qué frenklindo'' y llama Mun-guiiiiii-to, para decirle en alemán que es una monada, ''zo, zo, zo'', aunque Mariana se enorgullece también de su francés. "Lo aprendí a los siete años y me gusta muchísimo y, modestia aparte, lo hablo muy bien, tan es así que en París me tomaban por una parisiense. A Proust lo leí en francés y lo disfruté muchísimo. ƑTodo? Sí, todo A la recherche du temps perdu.''

Además de la cena del 4, el sábado vienen al octavo piso de Campos Elíseos los nietos y los bisnietos y tal vez una tataranieta.

ƑCuándo empieza la vejez? A los 200 años

Comemos cerezas, Mariana sólo una, porque no hay que amontonar los placeres y cuando dejamos los huesitos en un plato, suena el teléfono. Es Esther Seligson, que habla desde Jerusalén a este departamento que cruzan los dioses. Pregunta Mariana: ''ƑCuántos años cumplió Matusalén?'' Y Esther responde: "Seiscientos años". Mariana repite: "ƑCuántos?" Y Esther vuelve a asegurar que 600. Mariana entonces nos mira risueña a Jesusa y a mí: ''No, eso no, no lo aceptaría, me parece un poco demasiado...'' Esther dice algo que no entendemos y Mariana pregunta: ''šAh, sí!, Ƒes histórico o mejor leyenda?'', para luego comentar: ''šAh, sí ya, y un fenómeno!, Ƒno?'' Nos pasa la bocina. A Esther la escuchamos como si estuviera en la esquina. Llama desde un departamento claro con un enorme ventanal sobre la ciudad vieja de Jerusalén. Su ''Ƒy tú cómo estás?'' resuena tan claro como los trinos de Munguito. ''Ahora muy bien, ahora con Elena y Jesusa, muy contenta y haciendo gala de un gran espíritu todavía intacto... (da golpecitos sobre el brazo del sofá) Estoy tocando madera... era de tela la madera, pero no importa, Ƒno? ƑY tú, Es-ther, cómo estás?'' (Cuando termina la conversación suena otra vez el teléfono y es Carmen, la mujer que acompañó a Mariana durante 44 años.)

Los trinos de Munguito

-ƑAsí que vas a cumplir 105 años este miércoles? -interroga Jesusa: "Sí, Ƒno?" Y Jesusa la abraza: ''šClaro que sí!'' ''El 4 de junio es el cumpleaños de mi mamá, tendría 95 años" -recuerdo y Mariana se sorprende: ''šNooo!'' ''Y Felipe, mi hijo, también nació el 4 de junio de 1968." Mariana sonríe sus ojos vueltos hacia mí. El Munguito comenta intensamente en el fondo de la sala durante 105 segundos de armonía. Mariana sonríe aún más y levanta el dedo para que lo escuchemos. Nos explica, traviesa, que en realidad tuvo otro canario y que éste es el Munguito II "pero él no lo sabe".

-Yo nací como súbdita de Francisco José, el hermano mayor de Maximiliano. Esto, cuando lo digo impresiona a los mexicanos, se asustan.

-ƑImpresiona que sea tan cerca, o que tú hayas vivido tantísimas cosas? -pregunta Jesusa, y Mariana, recargada en su sofá, la cabeza para atrás, responde: "Bueno, no todas las cosas se viven, hay experiencias que pasan... y no nos tocan. Creo que sólo las experiencias que concuerdan con algo en ti misma son las que cuentan, creo que hay cosas que pasan por una red de mallas muy grandes para luego desaparecer. Esta experiencia la hice por casualidad.''


Jesusa Rodríguez y Elena Poniatowska

Los 105 años de Mariana Frenk

ƑCuándo empieza la vejez?

''Yo sé que algunas cosas que viví no eran para mí. ''ƑY te da igual cumplir 104 que 105?" -insiste Jesusa. ''Bueno, me parece que este año la gente se alarma más, es decir, todavía no llego a 105. Me da mucho coraje porque, modestia aparte, yo, de veras, tenía una voz muy bonita al hablar y al cantar, y ahora ya no, ahora estoy ronca. Eso no es grave, se quita con té caliente, pero desde el punto de vista estético me choca oírme. Inclusive con algunas maniobras dentro de mi garganta, ya mejoro, no diría yo que podría cantar, pero mejoro".

Luego nos mira y sonríe ampliamente:

-Estoy ronca, pero no vieja. Y además lo que siento es que están haciendo demasiado caso de mí; me acuerdo del dicho que decíamos en mi casa paterna: ''Que levante la mano quien quiera saber algo de esto". Yo creo que cada vida es interesante para la persona que la vive. No todo el tiempo estamos vivos, sin estar muertos, claro, pero tampoco vivos. Mariana cita entonces las últimas cuatro líneas de don Pedro Calderón de la Barca: ''ƑQué es la vida?/ Un frenesí/ ƑQué es la vida? Una ilusión, /una sombra,/ una ficción/ y el mayor bien es pequeño/ que toda la vida es sueño/ y los sueños, sueños son".

Yo sólo puedo saber lo que yo siento

-No todo el tiempo estamos vivos, aun sin estar muertos estamos en el sueño, Ƒverdad Mariana?

-Con la vejez no siento que haya un regreso a la juventud, sino una intensificación de la sensibilidad para muchas cosas, para la música, que siempre ha tenido un papel muy fuerte en mi vida y sigue teniéndolo (Munguito arrecia su canto) šqué lindo! (le responde Mariana). También la poesía, también la prosa, aunque eso siempre... también para entender a la gente, comprenderla mejor, porque conocer a los conocidos es muy difícil, Ƒno? Cuanto más te acercas a una persona más inconmensurable se vuelve. Hay muchas sorpresas en la vida.

Y gratitud también, a un poder externo que no sé cómo llamarlo.

-Pero con la edad hay un grado mayor de intolerancia, de impaciencia.

-Ya había suficiente antes (sonríe con un poquito de ironía), siempre he tratado de no ser arrogante ni... Me irrita mucho la gente tonta, pero, en realidad es muy a la ligera, porque yo sólo puedo saber lo que yo siento, son cosas de las que normalmente la gente nó habla. Heinrich Mann, el hermano de Thomas Mann dijo: ''Aun los tontos son seres humanos". En cuanto a la sensibilidad para mí, un dicho budista fue un impacto y se me grabó en seguida: ''Si me caigo siete veces, ocho veces me levanto".

La vie en rose

-ƑLa vejez no es una pérdida?

-Lo que he perdido es la vie en rose, porque no capto en el momento toda la situación... No me gusta que se me olviden las cosas, que se me vaya algo importante. Lo que he perdido, para no dar la idea de que la vida en la vejez es la vie en rose, eso no, cuando una pregunta se me plantea o sólo la comunicación lo pide, no capto todo en el momento, toda la situación que habría que considerar. Algunas partes quedan nubladas y llegan cinco minutos o cinco horas más tarde. ƑSerá normal? Y de pronto se me olvida algo importante.

-Yo olvido todo, no te preocupes...

-Tuve un sueño terrible. Estaba yo en una gran ciudad, me perdí en medio de las calles y vi una casa como un cajón vacío que enseñaba su interior. Pregunté mi camino y cuando llegué al sitio indicado, vi que la avenida se llamaba de la invalidez humana.

-Mariana, este siglo pasado en el que vivimos fue maravilloso. Einstein, la llegada a la Luna, la cibernética. Lástima que no les tocó a nuestros antepasados.

-Creo que es inevitable que todos veamos los siglos pasados de arriba para abajo, con un stiff upper lip (levanta el mentón y aprieta los labios) nos sentimos un poco más arriba, qué idiotez, Ƒno?

-ƑY tu siglo, Mariana? En general, la gente está muy orgullosa de haber nacido en la época en que el hombre llegó a la Luna.

-A mí no me impresiona que el frenk-mariana_OKhombre haya llegado a la Luna, me impresiona que se hayan gastado millones y millones de dólares en ese experimento y no en hacer más fácil la vida de una gran parte de la población. Esos millones de dólares podrían haberse dedicado a estudios para lograr en la Tierra una convivencia amistosa y que ya no haya guerras.

Cuanto más nos acercamos al misterio científico, más retrocede

''Por otra parte, para mí -prosigue Mariana- todo es misterio alrededor y cuanto más nos acercamos con métodos científicos al misterio tanto más retrocede, nunca vamos a llegar a conocerlo, son las limitaciones de nuestro cerebro.''

''Había en el siglo XIX tres figuras de la familia Poincaré: Raymond fue el presidente de Francia durante ocho años, Lucien, y Ƒcómo se llamaba el otro?, Henri. Uno era el mejor matemático de su tiempo y el otro el mejor físico. Mi tío, el hermano de mi padre, se casó en Francia con una prima de estos tres hombres célebres. No sólo eran primos, sino amigos. De la boda de mi prima (la hija de mi tío) fueron testigos Raymond Poincaré y mi padre y se cayeron bien. Siguió una correspondencia, el presidente de Francia tenía una letra chiquitita, pero totalmente legible, de una absoluta claridad, nunca he visto una cosa así. Mi padre tenía seis o siete cartas de Poincaré. Cuando estalló la Primera Guerra Mundial, la de 1914, en Alemania como en los otros países beligerantes hubo una manía de espías, todo mundo era espía. Entonces mi padre quemó las cartas, pero yo había robado una y se la regalé a un tío que se interesaba en eso.''

El físico Poincaré tenía una hipótesis de trabajo: una ley a la que el hombre obedece, en la medida en que se acerca... un momento... (Mariana se lleva la mano a la frente que ella si es infinita). Vamos a suponer que el universo es finito porque nadie lo sabe, entonces el hombre nunca será capaz de tocar con sus manos, de llegar hasta este fin, a medida que se acerque aunque sea un milímetro, en la misma medida se aumenta la distancia.

Goethe dijo: ''Ya he estudiado", y menciona todas las ciencias de su tiempo a las que se dedicó: matemáticas, filosofía, química, biología, etcétera, para concluir: ''Y sé que no podemos saber nada".

-ƑNo fue Sócrates quién dijo solo sé que no sé nada, Mariana?

-Es exagerado, sabemos algo, pero no lo suficiente para explicar el misterio que nos rodea. Se comprende que el conocimiento, lo que se llama conocimiento y se adquiere en la escuela de la vida o en las universidades, no vale la pena, es decir, de todas maneras llegamos a él... Hay un vehículo más confiable que la ciencia, la imaginación, que es una forma de conocimiento.

-ƑY Alemania?

-No tengo nostalgia de Alemania, de Hamburgo sí.

-ƑTe gusta haber nacido en Alemania?

(Sonríe irónica) -Me parece que nuestra participación en nuestra llegada al mundo ha sido mínima.

Como Mariana ya no puede leer por una degeneración de la mácula del ojo, nos recomienda con entusiasmo un audiolibro: Muertes históricas, de Martín Luis Guzmán, que cuenta la de don Porfirio, la de Venustiano Carranza, ''tan asquerosa, la cadena de traiciones".

-ƑQué es lo que más disfrutas, Mariana?

-Los sentimientos para conmigo de las personas que me visitan.

Jesusa le habla de La tabaquería de Pessoa y aunque Mariana estuvo en Lisboa, no conoce al poeta. ''Es una de mis pérdidas". Continúa: ''Hay que recibir el enigma de la creación". ''Si tú crees que algo es verdad, es verdad". ''Ibsen dijo que necesitábamos la mentira en la vida". ''Munguito me alegra la vida y mi vida ha sido alegre, a veces". Y luego me pregunta a boca de jarro: ''ƑCuál es el origen del cuestionario de Proust?" Como no tengo respuesta, asegura no creer que a Proust se le hayan ocurrido preguntas tontas y banales.

Quién sabe qué otros fastidios

Jesusa entonces recuerda uno de los aforismos de Mariana Frenk-Westheim.

''Dame el espejo. šCómo! ƑEsta señora soy yo? Pues sí, el tiempo pasa y deja sus huellas. Lo sabía, lo sé, pero de todos modos es sorprendente. Apenas hace unos cuantos meses todavía era yo una anciana marchita y encorvada, con su cara hecha una red de arrugas y sus cinco pelitos blancos en la cabeza.

''Y ahora el espejo me muestra una señora en sus mejores años, fuerte, llena de vida, sonriente y bastante atractiva, modestia aparte. No, no miente el espejo. Así me siento, fuerte, llena de vida, y sonrío porque me espera algo maravilloso: la juventud, que ya no está lejos. La juventud, hacia la cual me voy encaminando con pasos emocionados y šcon cuántas ilusiones! Ojalá que no me resulten infundadas, pues al fin y al cabo se le hace mucha propaganda a la tal juventud, y la propaganda, todos lo sabemos, a veces engaña.

''Por desgracia, la juventud pasa rápidamente, y un buen día se va a presentar la adolescencia con su acné, sus conflictos biosicológicos y quién sabe qué otros fastidios. No, gracias, la adolescencia no me atrae en lo absoluto y mucho menos aún la infancia, que me imagino simplemente horrible.

''Bueno, con un poco de suerte me muero antes.

''šPero no antes de haber vivido mi juventud! šNo antes, por favor!

''...Y mil aventuras."


Constante regocijo por la vida

VS-FRENK1_OKMariana Frenk-Westheim, traductora al alemán de la obra de Juan Rulfo, nació el 4 de junio de 1898 en Hamburgo y radica en México desde comienzos de los años 30. No sólo puso al alcance del público de habla alemana a Rulfo, también dio a conocer en el ámbito hispanohablante la vasta obra de su segundo esposo, el historiador de arte Paul Westheim.

Su contacto con artistas e intelectuales en el país, así como un agudo ingenio e inefable humor están plasmados en los aforismos y cuentos cortos de su libro ...Y mil aventuras, en el que explica, por ejemplo, que su minicuento Sobre las olas evoca ''la angustia que sentí cuando caminé entre las 11 y las 12 de la noche sola por un barrio nuevo de la ciudad en el que luces muy agresivas alumbraban las calles todavía sin casas". En este volumen, Frenk plasma su constante regocijo por la vida.

Uno de los primeros textos que tradujo del alemán fue La escuela del trabajo, de Otto Rühle. Más tarde tradujo al español El despertar de la primavera, de Franz Wedekind, en colaboración con Arqueles Vela, miembro de los estridentistas.

En los años 40 trabajó en el Instituto Politécnico Nacional, donde tradujo libros técnicos y científicos. Las anécdotas que vivió allí las plasmó en el cuento La institución que, en sus palabras, escribió ''para liberarme de pesadillas y frustraciones".

La traducción de la obra de Paul Westheim es una de las labores más relevantes de Frenk. Westheim fue fundador y editor de la revista Das Kunsblatt.

Dos años después de la muerte de su primer esposo, Ernst Frenk (1957), Mariana se casó con Westheim, quien llegó a México en 1941 y empezó a publicar artículos en el suplemento México en la Cultura, dirigido por Fernando Benítez.

Pensamiento artístico y creación, ayer y hoy; Mundo y vida de grandes artistas; Ideas fundamentales del arte prehispánico en México; Arte antiguo de México; La cerámica del México antiguo, y La calavera son algunos títulos del crítico traducidos por Mariana Frenk. Recientemente dio a conocer una nueva edición de Das Holzschnittbuch (El grabado en madera), publicado por primera vez en 1921.

Westheim murió mientras visitaba Berlín en 1963 para dar unas conferencias; Mariana permaneció entonces en Alemania, leyendo las conferencias de su esposo.

Como profesora de letras alemanas, en los años 70 impartió clases en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y en la Universidad Iberoamericana. En 1974 trabajó en el Museo de Arte Moderno.

MONICA MATEOS-VEGA

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