.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo Electrónico
Búsquedas
C O N T R A P O R T A D A
..

México D.F. Miércoles 18 de junio de 2003

Terrorista del romance cibernético

Un oficial del ejército de Bush destrozó el corazón a por lo menos 50 mujeres en EU

ANDREW BUNECOMBRE THE INDEPENDENT

Washington, 17 de junio. Para Robin Solod, vivaz neoyorquina que pasó cuatro años explorando sitios de citas en Internet en busca del hombre de su vida, el coronel Kassem Saleh parecía ser la pesca perfecta.

Era un alto y apuesto oficial de las fuerzas especiales estadunidenses que establecía contacto desde una zona de guerra, y le escribía mensajes tan embriagadores como una copa de champaña. Además no parecía tener compromisos: pocos meses después de su encuentro le propuso casarse con ella.

Por desgracia, ese hombre de palabras aterciopeladas también había hecho la misma propuesta a por lo menos 50 mujeres con las que entabló relaciones por medio de Internet, seduciéndolas con su prosa romántica y la perspectiva de un futuro perfecto una vez que volviera de los campos de batalla de Afganistán.

A algunas de las mujeres les envió anillos de compromiso; otras fueron a comprar vestidos de novia y comenzaron a planear el gran día, pese a no haber conocido en persona a ese hombre, que tal vez era un oficial pero en definitiva no un caballero.

Después de las quejas de varias mujeres a quienes dejó plantadas, la unidad del presunto coronel, el 18 cuerpo aerotransportado del ejército, con base en Fort Bragg, emprendió una indagación interna sobre cómo el oficial, de 50 años de edad, logró cultivar una vida amorosa cibernética tan extensa cuando se supone que debería estar en el frente de la guerra contra el terror del presidente George W. Bush. Probablemente también tenga que dar explicaciones a la esposa de verdad que dejó en casa.

''Los comandantes están al tanto y ya investigan los supuestos incidentes'', señaló el sargento Christopher Fledger, vocero del instituto armado.

Sin embargo, las descorazonadas novias exigen más. Demandan que al galán cibernético se le impute un crimen, aunque nadie está seguro de que sea culpable de alguna violación a la ley.

"Usted no ha visto sus cartas", declaró la señorita Solod, de 43 años, en su casa de Manhattan, al explicar cómo ella y otras mujeres cayeron en la trampa. Era más romántico que Shakespeare, asegura, incluso más que W. B. Yeats. "No sabe lo embriagadoras que eran sus cartas. Soy profesionista y despabilada, una neoyorquina típica... pero me convenció."

Otras damas que cayeron en las redes del donjuán -cuyos contactos se hicieron a través de sitios como tallpersonals.com, match.com y christiansingles.com- se enteraron del garlito cuando un canal de televisión mostró imágenes del oficial al volver de su misión bélica y reunirse con su esposa en Carolina del Norte.

La mayor parte del tiempo se comunicó con las mujeres por e-mail, escribiendo cartas con frases como: ''Ay, nena, quiero decirte cuánto te extraño" y "Ya no puedo esperar para volver a casa y reunirme contigo". Casi siempre cortaba y pegaba el mismo mensaje para enviarlo a las 50 mujeres.

A veces las llamaba por un teléfono satelital militar. Sólo unas cuantas llegaron a conocerlo en persona. Se dice que una trató de suicidarse cuando descubrió que las co-sas no eran como parecían.

Sarah Calder, de 33 años, gerente de producción en un periódico local de Calais, estado de Maine, señaló que el coronel enviaba hasta una docena de mensajes por día, aunque había días en que decía que no podía usar el e-mail porque estaba "persiguiendo terroristas en las montañas".

La señorita Calder, que llevaba semanas buscando el vestido de novia perfecto, iba a reunirse por primera vez con el oficial hace varias semanas. El coronel le había dicho que media 1.97 metros de estatura, pero le advirtió que había encogido a 1.80 a causa de los repetidos saltos en paracaídas que se había visto forzado a hacer. "Me causó desconfianza", declaró ella al New York Times. "Sé que se pueden causar lesiones en la espalda, pero eso me pareció extraño."

El encuentro jamás se llevó a cabo. La señorita Calder, que había organizado a niños escolares para que dieran regalos del Día de San Valentín a soldados estadunidenses, se enteró por otras mujeres que el hombre con quien planeaba casarse al parecer las engañaba a todas.

La señorita Solod dice que su último contacto con Saleh fue hace seis semanas, cuando lo confrontó con todas sus presuntas mentiras. "Me envió un mensaje que decía: 'Sal de mi vida. Déjame ser el guerrero ermitaño que soy'".

La señorita Calder consulta con un abogado. También ha contado a su padre lo que ocurrió con el oficial traidor. "No somos una partida de mujeres tontas e ingenuas", explicó. "Somos profesionistas intelectuales y brillantes. No puedo decirle cuánto nos cautivó con sus palabras. Nos hizo sentir como diosas, como princesas de cuento de hadas, Cenicientas. Habíamos encontrado a nuestro Supermán, nuestro caballero de armadura reluciente".

© The Independent

Traducción: Jorge Anaya

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4445 y 4110
Email