México D.F. Sábado 28 de junio de 2003
Afirmar lo contrario sería demagógico;
son 30 años de atraso, dice el director de Conacyt
Imposible, acabar en un sexenio con el rezago en ciencia:
Parada
Hacer cambios estructurales para que ya no se desatienda
el tema, prioridad en su gestión, sostiene Apremia al impulso
de una reforma fiscal para que se inyecten más recursos al
sector
JOSE GALAN
México tiene 30 años de rezago en investigación
y desarrollo de la ciencia, y decir que será resuelto en este sexenio
sería demagógico, sostiene el titular del Conacyt, Jaime
Parada, en entrevista con La Jornada.
Acerca del diagnóstico a la ciencia preparado por
la Academia Mexicana de Ciencias y titulares de centros de investigación,
reconoce que el costo de la ignorancia es más alto que el de la
educación. Así, insiste en que la próxima legislatura
de la Cámara de Diputados deberá destinar mayores fondos
a la ciencia y la tecnología, y defiende las reformas de ley que,
dice, han permitido fortalecer los sistemas de apoyo a la investigación.
En
este sentido, ofrece que promoverá cambios en las leyes de patentes
para que los beneficios de la explotación comercial sean compartidos
con las instituciones y los autores de las mismas, y propondrá además
que los fondos de investigación que ya están creados gocen
de una estructura fiscal adecuada para que la ciencia y la tecnología
en el país no vuelvan a sufrir ningún tropiezo y cuenten
con sustentabilidad a largo plazo.
-Ayer la Academia Mexicana de Ciencias presentó
un librodiagnóstico de la ciencia en el país. El balance
es que la ciencia está bien, es muy pequeña; pero que encuentra
todavía muchos obstáculos para desarrollarse de acuerdo con
las necesidades del país. ¿Cuál es su opinión
al respecto?
-En ciencia y tecnología tenemos tres décadas
de rezago. Desde los años 70 se habla de llegar al uno por ciento
(del producto interno bruto), que es el mínimo recomendado por las
agencias internacionales. Si desde entonces nuestro país hubiera
hecho caso a esta recomendación y hubiera puesto en marcha una política
de financiamiento en este tema, ahora estaríamos en una posición
similar a España o Brasil, por ejemplo. Sería demagógico
decir que lo vamos a resolver en seis años, pero en esta administración
se han hecho los cambios estructurales para que nunca más el tema
de la ciencia y la tecnología quede olvidado en la agenda de prioridades
nacionales.
''Entre los avances concretos que se tienen está
la Ley de Ciencia y Tecnología, la cual representa la nueva posición
del Conacyt en la estructura orgánica del gobierno federal, reportando
directamente a la Presidencia de la República; en seis meses creamos
35 fondos de investigación, y la convocatoria de todos éstos
acumuló recursos depositados en los distintos fideicomisos por mil
780 millones de pesos. Esta es una cifra 2.7 veces mayor que la que tradicionalmente
empleaba Conacyt para apoyar sus proyectos de investigación en su
convocatoria anual, que en promedio no rebasaba 700 millones de pesos.
Y por primera vez el consejo cuenta con incentivos fiscales para impulsar
el desarrollo tecnológico de las empresas, y ahora se da 30 por
ciento en incentivos para que éstas inviertan en tecnología.
''¿Con ello nos sentimos satisfechos? No. El rezago
y la urgencia son tan grandes que tenemos que acelerar el paso, y promover,
con el apoyo de toda la comunidad científica, la sociedad y los
partidos políticos, la reforma fiscal para que realmente este país
cuente con los recursos suficientes para invertir en educación,
ciencia y tecnología, salud e infraestructura, que son las prioridades
nacionales, junto con el combate a la pobreza''.
-Guillermo Ortiz, gobernador del Banco de México,
dijo que el gobierno gastaba poco y mal. ¿Es el caso de la ciencia?
-No, diría que la ciencia y todo lo que se apoya
en ella pasa por un riguroso escrutinio de evaluación, cosa que
no sucede en otros programas de los gobiernos federal o estatales.
-¿Le gustaría a Jaime Parada gastar más
en ciencia?
-¡Claro! Y tenemos los proyectos que le redituarían
al país muchísimos dividendos. Simplemente en las convocatorias
de los 35 fondos de investigación se presentaron 5 mil proyectos
y sólo pudimos apoyar mil 500. Apoyamos los excelentes, pero eso
no quiere decir que el resto hayan sido malos. Lo que pasa es que no podemos
apoyar más proyectos, porque es el techo presupuestal con el que
nos enfrentamos. También necesitamos nuevos centros de investigación
en áreas como medicina genómica...
-¿Habrá estos centros?
-Si hay presupuesto, claro. Además, este año
estamos lanzando un programa de creación de nuevos negocios basados
en desarrollo científico y tecnológico, y ya tenemos unas
200 propuestas presentadas.
-Comentó la directora del Centro de Investigación
y Estudios Avanzado del Poli que es más alto el costo de
la ignorancia que el de la educación.
-Estoy totalmente de acuerdo. Ya es tiempo de que este
país le apueste al cerebro, de que use el cerebro, y que entendamos
que solamente el conocimiento es lo que nos sacará del rezago económico.
México ya no es competitivo para producir bienes commodities
(materia prima) de bajo valor agregado. Si queremos buenos empleos
de alta productividad y que le den espacio de trabajo a nuestros profesionistas,
necesitamos tener empresas de alta tecnología. Eso se logrará
con el conocimiento y un capital intelectual importante en este país.
No hay duda de que la mejor apuesta y la más segura que tiene que
hacer México es al conocimiento, la investigación y el desarrollo
tecnológico. No quiero decir que estamos descubriendo el hilo negro;
hay que observar los casos de Israel, de Corea y de otros países
que le apostaron a su activo más valioso: el capital intelectual.
-Sobre el libro de la academia, otro de los grandes problemas
es el registro de patentes y la formación de profesionales a nivel
posgrado. En este sentido, ¿cómo ha avanzado el Conacyt tomando
en cuenta esa problemática?
-En este caso puedo dar dos cifras muy concretas. En el
Sistema Nacional de Investigadores incorporamos un espacio muy importante
para la gente que se dedica a hacer investigación tecnológica
o desarrollo tecnológico, porque realmente no era bien entendido
su trabajo de vinculación y desarrollo con el sector productivo.
Por primera vez se han sembrado gentes capaces, comités ad
hoc para que evalúen el trabajo de los tecnólogos; ese
es un paso muy importante.
''Y ante el incremento de los programas de posgrado -4
mil programas que tienen nuestras universidades en el país- dudo
que solamente poco más de 10 por ciento esté en el padrón
de Conacyt. Aquí tenemos que hacer una cruzada monumental -las instituciones
de educación superior, los gobiernos de los estados, el gobierno
federal, la sociedad...- para ayudar a que en México haya el mayor
número de posgrados de calidad.
-¿Habrá la posibilidad de modificar la Ley
de Patentes, incentivar a los investigadores, a los inventores de México,
con alguna medida de tipo proteccionista?
-Más que proteccionista, hay que adecuarnos a que
México tenga un marco competitivo internacional y que también
los beneficios de la explotación comercial de las patentes sean
compartidos a las instituciones y los que ostentan la autoría de
esas patentes.
-¿Cómo intervendría en este caso
el Conacyt? ¿Propondría alguna modificación a las
leyes?
-Tenemos un conjunto de iniciativas que es importante
someter a consideración de la siguiente legislatura. En primer lugar,
que los fondos de investigación ya creados cuenten con una estructura
fiscal apropiada, para que este tema no vuelva a sufrir ningún tropiezo
y tenga sustentabilidad a largo plazo, porque en eso de ir a negociar anualmente
los presupuestos siempre resulta que lo urgente mata lo importante.
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