.. | México D.F. Sábado 28 de junio de 2003
ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Escritores pro y anti
ASI COMO GIOVANNI Papini (1881-1956) definía a la corrida de toros como "la representación pública y solemne de la victoria de la virtud humana sobre el instinto bestial", o Alejandro Dumas hijo (1824-1895) anotaba que "el hombre tenía su pequeña espada fina, larga y afilada como una aguja; el animal, su fuerza tremenda, sus cuernos terribles y sus patas rapidísimas (...) y en esta lucha desigual era el fuerte, sin embargo, el que debía sucumbir, y el débil quien debía vencer".
Y EL PENSADOR José Ortega y Gasset (1883-1955) cuestionaba: "ƑEs tan claro, tan evidente como algunos pretenden, que no se puede, moralmente hablando, hacer daño al toro? ƑEs de mejor ética que el toro bravo -una de las formas más antiguas, en rigor arcaicas, de los bóvidos- desaparezca como especie y que, individualmente, muera su gloriosa bravura? Es un error creer que la capacidad de sentir en nosotros el dolor sufrido por un animal sirve de medida para nuestro trato moral con él".
TAMBIEN OTRAS PERSONALIDADES literarias destacadas la emprenden contra el arte del toreo -cuando la tauromaquia constituyó una manifestación cultural apasionante-, entre ellos el poeta futurista Vladimir Mayakovsky (1893-1930), quien sin ambages declaró: "Ojalá en vez de cuernos tuviera el toro dos ametralladoras". O el premio Nobel de Medicina, Charles Richet (1850-1935), que escribió: "La agonía de un noble animal es el placer más glorioso que inventaron".
PERO A QUIEN los aficionados a los toros consideran el enemigo por antonomasia de la tradición taurina es al magnífico narrador y polemista madrileño Eugenio Noel (1885-1936), seudónimo de Eugenio Muñoz Díaz, quien no sólo recorrió la península ibérica como conferenciante y propagandista antitaurino, sino que además visitó varios países sudamericanos con el mismo propósito. Entre los libros de ensayos que escribió contra el toreo y el flamenquismo está Las capeas, en el que sostiene:
"LAS FIESTAS DE los toros han dado a la mentalidad popular un soberbio término de comparación: el toro. Se es en España más o menos o tanto como un toro. Este animal es una especie de termómetro de la raza (...) los aficionados en el transcurso de las corridas estudian de un modo tan profundo las condiciones del toro, que éste ha pasado a ser en el espíritu nacional una completa talla de valores sicológicos (...) Ser o no ser como el toro; he ahí el ideal."
JUAN RAMON JIMENEZ (1881-1958), Nobel de Literatura, fue otro acérrimo detractor de la tauromaquia, mientras el poeta cacereño José María Valverde, al final de uno de sus poemas, avergonzado se dirige al toro para preguntarle: "ƑQué le irás a decir de nosotros a Dios?"
Y HACE UNOS días Carlos Fuentes, algo embarullado al exaltar la personalidad de Manolete, torero cordobés, en la mismísima cuna de Pepe Luis Vázquez, pronunció el pregón o discurso inaugural de la famosa Feria de Sevilla, defendiendo "el orgullo y naturaleza de la fiesta brava desde su doble papel de ofrenda y rito". |