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México D.F. Domingo 29 de junio de 2003

La salida de Zebadúa del gabinete salazarista y la muerte de Encino facilitan el desalojo

Extirpar zapatistas de Montes Azules, eje del plan "agrarista" en la reserva

La estrategia gubernamental incluye el pago de indemnizaciones a los lacandones

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

Ocosingo, Chis. 28 de junio. Ahora que se han impuesto criterios "agrarios" en el conflicto de Montes Azules, la contrainsurgencia gubernamental se perfila aún más abierta y directa que en tiempos del enfoque "ambientalista". Tarde o temprano (ya un vocero del gobierno federal anunció como nuevo plazo el año 2005), la intención es expulsar de la zona a todas las comunidades de base zapatistas.

El nuevo plan prevé expropiar terrenos de la denominada "comunidad lacandona" y ofrecer a sus integrantes una indemnización millonaria que, se espera, aceptarán de buen grado. En segundo lugar, regularizar unas comunidades de la Asociación Regional de Interés Colectivo (ARIC) Independiente y, a otras, reubicarlas. Por último, desalojar a quienes se nieguen a la reubicación, es decir, a las comunidades en resistencia. El plan no considera la solución de las demandas planteadas por el levantamiento indígena, del mismo modo que las ignoraba la anterior estrategia "ambientalista".

Poco más de la mitad del medio centenar de comunidades "desalojables" son zapatistas. El resto pertenecen a la ARIC Independiente y sólo dos o tres son priístas o sin organización. El gobierno pretende establecer un grupo de organizaciones no gubernamentales "asesoras" de la ARIC Independiente, que si bien apoya al gobierno de Pablo Salazar Mendiguchía en el tema de Montes Azules, se ha opuesto al desalojo, en coincidencia con los municipios autónomos Ricardo Flores Magón, Emiliano Zapata y Libertad de los Pueblos Mayas.

El problema se redefinió en términos "agrarios" y dejó en segundo plano la orientación "ambientalista" que predominó hasta ahora. Antes hubo un par de cambios en el gobierno estatal, casuales pero al fin propiciatorios para la nueva intentona contrainsurgente. Los dos únicos miembros del gabinete salazarista que se oponían a los desalojos fueron sustituidos este año por funcionarios favorables a la expulsión de comunidades "invasoras".

La renuncia de Emilio Zebadúa a la Secretaría de Gobierno y la muerte de Porfirio Encino, secretario de Pueblos Indios, allanaron el paso a Rubén Aguilar Velázquez, ex priísta y secretario de Desarrollo Rural antes de convertirse en titular de Gobierno; Juan Vázquez, ex colaborador de Aguilar en las Cañadas y antiguo dirigente de la Organización Regional de Cafeticultorres de Ocosingo (Orcao), fue designado titular de la Secretaría Estatal de Pueblos Indios (SEPI).

Porfirio Encino, dirigente de la ARIC Independiente, supo que de no apoyar a sus comunidades en Montes Azules éstas pasarían a la resistencia de los autónomos. Por ello sostuvo que no habría solución mientras no se reconocieran los derechos indígenas y los acuerdos de San Andrés. Esto no significó nunca que Encino fuera prozapatista, pero siendo originario de la región y ariquero desde joven, conocía el problema y sabía que los campesinos de ambas organizaciones (ARIC y EZLN) tenían los mismos orígenes y derechos.

Retorno de Martín Longoria

El nuevo operador del gobierno chiapaneco encargado de conformar el grupo de organizaciones "asesoras" que alejarán a los ariqueros de la tentación zapatista es Martín Longoria. Recién desempacado del Distrito Federal, donde ocupaba un cargo en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, ha sido secretario de Asuntos Indígenas del PRD y diputado federal por el mismo partido. No es ajeno a la región ni a las pugnas históricas entre la ARIC y el EZLN. En los años 80 y a principios de los 90 fue un activo antizapatista como miembro e ideólogo de la organización Slohp (raíz, en tzeltal). Ahora regresa a Chiapas como funcionario de la SEPI.

Por lo pronto, dos organizaciones no gubernamentales se perfilan para "asesorar" a los eventuales reubicados: Enlace y Comunicación, con sede en Ocosingo (no confundir con Enlace Civil, de San Cristóbal de las Casas), y Merolek. La primera, cercana a la diócesis sancristobalense, fue creada por Javier Vargas (antiguo miembro, como Longoria, de Slohp), ya trabaja con la ARIC Independiente en las Cañadas.

Merolek fue creada por Pablo Muench (director del Instituto de Historia Natural y Ecología en Chiapas y miembro prominente del grupo de funcionarios "ambientalistas") para apoyar a los lacandones. Actualmente la preside Felipe Villagrán, quien fuera funcionario del Banco Mundial.

A raíz de la "mesa de San Javier", en la que hace dos meses el mandatario chiapaneco ofreció obras y proyectos productivos (más) a los lacandones a cambio de una "tregua" en los intentos de la comunidad lacandona de expulsar violentamente a los "invasores" de Montes Azules, ejidatarios de Zamora Pico de Oro y observadores independientes aseguran que Villagrán ha "envalentonado" a los lacandones para exigir una indemnización millonaria por el "territorio ancestral" que han "perdido".

A la luz de su historial, resulta significativo el retorno de Martín Longoria a Chiapas. El historiador Jan de Vos reproduce en su reciente libro Una tierra para sembrar sueños (Fondo de Cultura Económica, México, 2002) un curioso dibujo, denominado Arbol Social-Popular-Campesino (p. 346), que explica la idea que tenía Slohp de sí misma y del EZLN. La raíz sostiene un tronco donde dice "campesino"; en el follaje aparece una "Z" y la palabra majanté (nombre indígena de la plaga matapalo): "el majanté mata nuestra organización". En consecuencia, Slohp (cuyo lema era "una lengua: el tzeltal; una religión: la católica; una organización: la ARIC") hacia 1990 decide "detener" al EZLN e inclusive formó un grupo armado "para combatir a los Z", según De Vos.

Martín Longoria y Javier Vargas, impulsores de Slohp, consideraban al EZLN una "bacteria" nociva para el "árbol" campesino. De Vos refiere que en los años previos al levantamiento, la diócesis de San Cristóbal utilizó "todo el peso de su autoridad moral contra el zapatismo (...) Figura clave en ese giro estratégico fue Javier Vargas, el verdadero rival de Marcos en la contienda por las conciencias divididas de los colonos de la Lacandona. No cabe duda, Vargas siente por el subcomandante una profunda aversión", apunta el historiador.

Ahora, ¿intentará Longoria "extirpar" a los zapatistas de Montes Azules?

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