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México D.F. Miércoles 2 de julio de 2003

Culpan a tropas de EU por la muerte de 10 personas; el ejército invasor lo niega

Amenazan iraquíes con vengarse por la destrucción de edificio vecino a mezquita

Los ataques de la resistencia, ante el "éxito" de Estados Unidos y GB en Irak: Paul Bremer

PATRICK COCKBURN THE INDEPENDENT

Fallujah, 1Ɔ de julio. Iraquíes furiosos prometieron hoy venganza después de haber sacado 10 cadáveres de entre los escombros de un edificio destruido por una explosión, que se encontraba a un costado de la mezquita de cúpula verde de Al Hassan, en la ciudad de Fallujah, al oeste de Bagdad.

"Vamos a matar a muchos soldados estadunidenses -dijo Abdullah, quien estaba entre la multitud que miraba las ruinas-. ƑQué diría la gente si esto hubiera ocurrido en una iglesia cristiana en Estados Unidos?"

Los iraquíes de Fallujah, localidad que ha sido testigo de muchos choques con las tropas estadunidenses, sostienen que un avión estadunidense disparó un misil que mató a las personas que escuchaban un sermón, en las últimas horas de la noche de este martes.

El ejército estadunidense niega estas afirmaciones y sostiene que no había aviones ni helicópteros suyos sobrevolando la ciudad a esa hora.

Mientras, en el camino de Bagdad a Fa-llujah un camión estadunidense parcialmente quemado está incrustado en la barrera de metal que divide la carretera, después de que fue hecho estallar con una bomba.

"Lo hicieron con un artefacto a control remoto", dijo un soldado que montaba guardia, mientras el resto del convoy que había sido atacado estaba estacionado más adelante, en el mismo camino.

Personas del lugar dijeron que con helicópteros se llevaron de este lugar a dos estadunidenses, pero no supieron decir si estaban muertos o lesionados.

El capitán John Ives, de la brigada segunda de la tercera división de infantería, negó que Estados Unidos estuviera involucrado de alguna forma en la explosión de Fallujah. Afirmó: "No había aviones o helicópteros estadunidenses en el área".

Añadió que las tropas estadunidenses llegaron al lugar de la deflagración tres horas después de que ésta ocurrió. Dijo creer que, a juzgar por los daños, la explosión debió tener su origen en el interior del edificio.

Rechazó acusaciones de que la mezquita estaba bajo vigilancia estadunidense, si bien aclaró que el imán del templo no se oponía a la presencia invasora.

Añadió que las tropas de su país fueron muy cuidadosas de ni siquiera pisar el territorio en que se encuentra ese templo, para evitar herir sensibilidades religiosas.

Es improbable que estas consideraciones contribuyan a mejorar la situación de las tropas estadunidenses. Los pobladores iracundos que se arremolinaban en torno a la mezquita Al Hassan no aceptarían que al-guien les sugiriera que había bombas o misiles almacenados dentro del edificio.

Un fragmento irregular de metal gris, un trozo de bomba o de misil era pasado ansiosamente de mano en mano por la multitud, pero era imposible saber si provenía de un arma estadunidense o una iraquí. Una persona dijo: "Mil de ellos deben morir por cada iraquí que fue asesinado aquí".

Fallujah, bastión antiestadunidense

Algunas personas coreaban "No hay más Dios que Alá, Estados Unidos es enemigo de Dios", mientras una excavadora levantaba trozos de concreto.

Sin embargo, algunos de los que asistieron al sermón podían haber tenido temor de ser arrestados por acopio de armas.

El jeque Laith al Zobai, quien estaba predicando cuando ocurrió la explosión, salió del hospital unas horas después, luego que se le amputó un pie.

Fallujah, a 63 kilómetros al oeste de Bagdad, ha sido un bastión de actividades an-tiestadunidenses desde la guerra, y el escenario de varias confrontaciones que involucraron a esas tropas invasoras.

Pese a la creciente violencia, J. Paul Bremer, el más alto funcionario estadunidense en Irak, afirmó en su conferencia de prensa semanal, hoy en Bagdad, que los ataques han sido obra de algunos remanentes leales a Saddam Hussein, quienes "están cada vez más desesperados" porque ven el éxito que han tenido Estados Unidos y Gran Bretaña al restablecer la vida normal de Irak.

Bremer hizo un listado de los logros de su administración y afirmó que "día con día las cosas siguen mejorando".

Agregó que una evidencia de que se incrementa el apoyo del pueblo iraquí hacia la Autoridad de Coalición Provisional, como se conoce oficialmente al gobierno de ocupación, es que cada vez más personas están dispuestas a denunciar a aquellos que atacan a las fuerzas estadunidenses.

También dijo que con frecuencia dichos ataques son profesionales y los llevan a cabo grupos de entre cinco y siete hombres, que a menudo son ex miembros de la Guardia Republicana, es decir, las antiguas fuerzas iraquíes de seguridad.mdf28198

Pero un indicio más revelador de las aprehensiones reales de Estados Unidos es el hecho de que las conferencias de prensa de Bremer, en las cuales derrocha su resuelto optimismo ante periodistas cada vez más escépticos, se celebran en el Centro Nacional de Convenciones, en el centro de Bagdad, en medio de enormes fortalezas de bloques de concreto y alambres de púas que son reforzadas constantemente.

Cuando se entrevista a los iraquíes respecto de los ataques contra los estadunidenses, la gran mayoría apoya las acciones.

Un observador iraquí señaló: "En general, opinan que está bien que los estadunidenses sean atacados, no porque aún apoyen a Saddam Hussein, sino porque creen que Estados Unidos no los toma en serio. La guerra duró sólo tres semanas y, por tanto, los estadunidenses pensaron que podrían ignorar la opinión del pueblo iraquí en lo referente a la reconstrucción de su país".

Hasta ahora, no hay indicio alguno de que los ataques se cometen por órdenes de un comando central, salvo que algo así exista a nivel muy local.

Pero las fricciones entre los iraquíes y las tropas de Washington están aumentando, principalmente por el fracaso de los estadunidenses en restablecer la seguridad pública, así como por los continuos cortes de electricidad y agua, en medio del tórrido calor del verano en Bagdad.

El pasado fin de semana una explosión en un depósito de municiones mató al menos a 25 personas e hirió a otras cuatro cerca de Haditha, 240 kilómetros al noroeste de Bagdad, confirmaron hoy funcionarios.

El alcalde de la localidad afirmó que ha-bía grandes cantidades de municiones almacenadas en la zona, y se quejó de que las tropas estadunidenses han vigilado el lugar sólo de manera esporádica.

© The Independent

Traducción: Gabriela Fonseca

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