México D.F. Miércoles 2 de julio de 2003
Pondera la nueva convención la relatora especial sobre garantías de indocumentados
Llama Naciones Unidas a prevenir los flujos migratorios clandestinos
KYRA NUÑEZ CORRESPONSAL
Ginebra, 1Ɔ de julio. El reconocimiento directo de la vulnerabilidad de los migrantes irregulares y su debida y oportuna atención es uno de los aspectos trascendentales de la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de los Trabajadores Migratorios y sus Familiares, en lo general excluidos de otros tratados, destacó la relatora especial de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) para los Derechos Humanos de los Migrantes, Gabriela Rodríguez Pizarro, al tiempo que hizo un llamado a los países de origen a prevenir los flujos migratorios clandestinos.
Dicha convención, dijo, "no es sólo un catálogo de derechos, sino también un instrumento que los migrantes pueden utilizar para hacer valer estos mismos y, en su caso, obtener una reparación efectiva".
La relatora de la ONU para los Derechos Humanos de los migrantes expuso las denuncias que le han sido transmitidas en el transcurso de cuatro años de su mandato; su observación es, pues, de peso. Afirmó que "en la mayoría de los casos, los abusos se cometen contra los migrantes irregulares".
"Los indocumentados -expuso- están legalmente desprotegidos y, por tanto, son más susceptibles de ser víctimas de abusos y explotación". Dijo que conoce de víctimas de las redes del crimen trasnacional organizado, de la trata y el tráfico de personas, de detenciones arbitrarias, malos tratos o explotación laboral, en pleno siglo xxi, de la globalización, donde sin embargo "debido a su condición irregular, los migrantes temen denunciar estos abusos por miedo a ser descubiertos, detenidos y deportados".
Todos los migrantes tienen ahora, gracias a la nueva convención, el derecho reconocido de salir libremente de cualquier Estado y a regresar al suyo, con lo cual se espera detener la escalada de violencia. La relatora dice que hay "numerosas quejas de personas a quienes se les ha negado el derecho a salir de su propio país, inclusive cuando se trata de una reunificación familiar".
Se sabe de personas que, al abandonar su país sin los documentos migratorios, habrían sido sujetas a represalias a su regreso o detenidas en países de destino por la imposibilidad de ser deportados adonde no son reconocidos como ciudadanos.
Al reconocer los derechos de los trabajadores migrantes, en situación regular o irregular, la convención pretende impedir la explotación por parte de las empresas que contratan mano de obra sin cobertura legal y las que abusan impunemente, la explotación de empleadores sin escrúpulos que pagan salarios inferiores, que no dan beneficios ni obligaciones sociales o tributarias; "la clandestinidad propicia violaciones, como trabajo sin contrato, horarios abusivos, condiciones de riesgo a la salud", por lo cual los países de origen deben prevenir estas migraciones.
El mundo sería magnífico si la convención fuera universalmente aplicada. No habría trabajador migrante sometido a esclavitud o servidumbre ni realizaría trabajos forzosos u obligatorios, ni recibiría un trato menos favorable que el de los nacionales, y las mujeres -doblemente explotadas por su condición de género y por irregulares- serían protegidas para acabar con la explotación, violencia y desprotección ante abusos sexuales, físicos y sicológicos en el ambiente privado y de la esclavitud de la industria del sexo. |