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México D.F. Viernes 25 de julio de 2003

La presencia policial, lejos de evitar los crímenes, parece fomentarlos

Hallazgo de más cadáveres, constante en los operativos especiales en Juárez

La búsqueda de los culpables se ha convertido en una larga cadena de desatinos

JENARO VILLAMIL

Con el reciente hallazgo de tres cuerpos de mujeres en las inmediaciones de Ciudad Juárez, al parecer ejecutadas, se confirma una constante en la década de historias de crímenes de esta ciudad: cada vez que las autoridades ministeriales, locales o federales, o alguna instancia nacional o internacional deciden actuar con mayor rigor y desplegar fuerzas, "aparecen" nuevos cuerpos y la pesadilla retorna.

Como si la impunidad empezara con el registro de la ineptitud ajena, en Ciudad Juárez desde 1995, año en que fue detenido Abdel Latif Sharif Sharif, El Egipcio, acusado de ser el autor intelectual de una decena de crímenes contra mujeres, se han concatenado más de 90 homicidios. Y ni la detención de otros presuntos autores materiales e intelectuales de distintos casos, como Los Choferes, Los Rebeldes, El Tolteca, La Foca o El Cerillo han frenado la ola de crímenes impunes. Por el contrario, parecería alentarla.

Por ejemplo, en marzo de 1999 un grupo de diputadas federales demandó a la Secretaría de Gobernación que interviniera para esclarecer los asesinatos de mujeres en Ciudad Juárez. El entonces subsecretario de Seguridad Pública, Jesús Murillo Karam, aceptó el compromiso. Las autoridades de la procuraduría de justicia estatal atraparon a Jesús Manuel Guardado Márquez, de 25 años, ex agente judicial, acusado del secuestro de la joven Nancy Villalba González, de 13 años, la que sobrevivió a un intento de homicidio. Guardado Márquez, conocido como El Tolteca, fue apresado en Durango. A su detención se le dio un gran despliegue noticioso. El gobierno local afirmó que respondía al compromiso adquirido con Murillo Karam de tener "una estrategia de investigación en el plazo de una semana". Al Tolteca se le atribuyeron siete asesinatos. Además, en febrero se detuvo a la banda de Los Choferes y el gobernador Patricio Martínez declaró ufano que con esa detención "terminaba una pesadilla de horror con una altísima cuota de sangre".

Sin embargo, entre marzo y diciembre de ese año fueron encontrados 12 cuerpos más en distintos lotes baldíos, en hoteles y en las inmediaciones de las vías férreas de Ciudad Juárez, sin que la "estrategia" de investigación cumpliera con la promesa de detener a los asesinos y sin que terminara la pesadilla.

Un aparatoso operativo se montó el 27 de noviembre de 1999, con cerca de 200 agentes policiacos, 600 soldados y 65 agentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en inglés) que participaron conjuntamente para localizar narcofosas o narcocementerios en las que supuestamente estaban cientos de cadáveres. Inclusive, se llegó a calcular la existencia de más de 200 cuerpos. A pesar del espectacular despliegue noticioso y las enormes expectativas, sólo se encontraron nueve cuerpos después de un mes de operaciones.

A menos de un mes de culminado el operativo, el 19 de enero de 2000, se halló el cuerpo de una mujer de 20 años en el paraje del Cerro de Bola. El 15 de febrero se informó del hallazgo en Lote Bravo de otra mujer de 23 años. El 2 de abril, otra víctima, identificada como Amparo Guzmán Caixba, apareció en el mismo paraje de Cerro de Bola y el 26 de julio se informó del hallazgo de Irma Márquez, estrangulada en un paraje solitario.

El 6 de noviembre de 2001, un albañil encontró los cuerpos de cinco mujeres en un baldío, en uno de los cruces más transitados de Ciudad Juárez, el de Paso de la Victoria y Prolongación Ejército Nacional. Finalmente se encontraron ocho cuerpos. La alarma cundió a escala nacional. Unos días antes, el gobierno estatal presumía que se habían resuelto la mayoría de los 246 homicidios, aunque las organizaciones no gubernamentales contabilizaban más de 300 crímenes.

El hallazgo de los ocho cuerpos en un lote algodonero generó un revuelo nacional e internacional. No fue para menos. El terreno es colindante con el rancho de Jaime Bermúdez Cuarón, conocido como "el padre de la industria maquiladora de Juárez", y uno de los personajes que apoyó a Francisco Barrio, a quien ayudó para que llegara a la presidencia municipal en 1983. "Los cuerpos sembrados allí eran un mensaje mórbido a todo aquel que supiera leerlo", escribió el periodista Sergio González Rodríguez, en su libro Huesos en el desierto.

Para enfrentar el escándalo, la procuraduría anunció el 11 de noviembre la detención de dos presuntos responsables, los conductores Víctor Javier García Uribe, El Cerillo, y Gustavo González Meza. La Foca. Según las autoridades, ambos "confesaron" sus crímenes. Sin embargo, hubo varios testimonios de que ambos fueron torturados y utilizados sólo como "chivos expiatorios".

En vísperas de que se presentara el informe de la relatora especial de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos a Ciudad Juárez, en diciembre de 2002, fue asesinado a balazos Mario César Escobedo Anaya, el abogado de La Foca, por la policía judicial cuando conducía un vehículo en Ciudad Juárez. Según las autoridades locales, los judiciales dispararon "en legítima defensa", pero la Comisión Interamericana de Derechos Humanos duda en su informe de esta versión.

En abril de 2003, la Procuraduría General de la República decidió intervenir directamente en las investigaciones. Agentes de la Unidad Especial para el Combate contra la Delincuencia Organizada (UEDO) decidieron remover los escombros del lote algodonero para corroborar una hipótesis que volvió a despertar más morbo y amarillismo: el tráfico de órganos estaría detrás del móvil de los crímenes.

La Procuraduría General de la República (PGR) no logró encontrar ninguna evidencia sólida. Por el contrario, volvieron a aparecer otros cuerpos. El 17 de febrero de 2003 fueron localizados en Cristo Negro los cuerpos sin vida de tres adolescentes reportadas como desaparecidas. Y ahora, al día siguiente de que se anunciara el Plan Integral de Seguridad Pública de Ciudad Juárez vuelven a hallarse tres cuerpos más de mujeres.

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