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E C O N O M I A
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México D.F. Domingo 27 de julio de 2003

José Antonio Rojas Nieto

La marcha del mercado petrolero

El jueves próximo se completa uno de los periodos de mayor éxito económico en nuestra historia petrolera reciente. En los primeros siete meses de 2003 habremos recibido 9 mil 664 millones de dólares por exportaciones de crudo, 37 por ciento más que en el mismo periodo de 2002. Dada la recesión económica que vivimos -en septiembre próximo cumpliremos tres años- esos ingresos representan un poco de aire fresco en medio de la pesadez que experimentamos y de la que, por cierto, ese poco más de 3 por ciento de desempleo no es sino un levísimo indicador. Este alto nivel de ingresos petroleros se debe a los incrementos de 13 por ciento en el volumen de crudo exportado y de 23 por ciento en el precio del barril. Hay tres hechos que lo explican.

El primero de ellos, la lamentable invasión anglo-estadunidense a Irak, que ha permitido precios altos a pesar del derrumbe de más de 10 dólares ocurrido en menos de una semana a mediados de marzo, en lo fundamental por la incertidumbre en el abasto y cierta restricción en la oferta que provocó la invasión, básicamente por la caída en la producción de Irak. Ha habido otras restricciones de la oferta por factores ajenos a la invasión. La producción en el Mar del Norte (Reino Unido y Noruega básicamente) ha descendido un poco y ello ha presionado el importante abasto a la región Asia-Pacífico. Además, la producción en Venezuela y en Nigeria no ha alcanzado los niveles previos a los conflictos internos. El tercer elemento que ha permitido altos precios y que, sin duda, impedirá que éstos desciendan en este segundo semestre del año es la recuperación estacional de la demanda.

Hasta hoy el mayor incremento mensual de este año se ha dado en los fríos meses de enero y febrero, con 2 y casi 3.5 millones de barriles al día más que en los mismos meses de 2002. Y, como de ordinario, el consumo mínimo ya se dio en mayo, y alcanzó 75 millones de barriles, medio millón más que en mayo de 2002. En junio, por cierto ya sin frío, se consumieron cerca de 2 millones de barriles diarios más que en junio de 2002. Y aunque se estima que en julio no habrá incremento respecto a julio de 2002, para el resto del año se esperan volúmenes cercanos a un millón y medio de barriles al día más que en los mismos meses del año 2002. Todo esto significa un crecimiento anual del 1.7 por ciento, correspondiente a un millón 300 mil barriles diarios.

Si este panorama de oferta y demanda se sostiene de agosto a diciembre, es decir, si se hay lenta recuperación de la producción de Irak, persistencia en la menor producción en el Mar del Norte y en Nigeria y la elevación estacional de la demanda señalada, podremos esperar que no disminuyan los precios; y, con ello, obtener ingresos anuales cercanos a los 17 mil millones de dólares. Esto sería resultado de un precio medio anual del orden de 24.50 dólares por barril (30.75 dólares por barril para el crudo West Texas Intermediate de referencia) y un volumen exportado de poco más de un millón 800 mil barriles al día de nuestra mezcla mexicana.

Ahora bien, hay cuidar mucho el año 2004. En primer lugar porque se prevé un incremento muy modesto de la demanda, de apenas poco más de un millón en el primer semestre y no más de millón y medio para todo el año. En segundo lugar porque se esperan problemas por el lado de la oferta. En lo que respecta a la OPEP, los OPEP-Ten (sin incluir a Irak) no quisieran bajar sus cuotas y, menos aún, sus altos ingresos de este año. El asunto se agrava si pensamos que a los invasores anglo-estadunidenses les urge mayor producción en Irak. En tercer término hay que advertir que Rusia ya está en condiciones de producir casi 9 millones de barriles al día y disputarle a Arabia Saudita su primacía mundial. Y advertir también que es muy probable que en el Mar del Norte se recupere la producción de Noruega; en Africa, la de Nigeria, y en América Latina, la de Venezuela. Y, asimismo, que algunos productores No-OPEP como México no estén espontáneamente dispuestos a perder su cuota ganada. Y es que ese 13 por ciento en que Pemex incrementó su volumen exportado no se relaciona para nada con el lento crecimiento de la demanda en 2003, y sólo se explica por una importante reacción frente a las bajas coyunturales de producción antes explicadas.

Con todo esto me permito sugerir que, con cierto cuidado, algo de astucia y mucha coordinación con los otros productores (OPEP y No-OPEP), deberemos estar atentos por si resulta necesario -es muy probable- que bajemos un poco el volumen exportado en 2004, para colaborar a que no se derrumben los precios. Con ello podríamos aspirar a un precio medio anual apenas tres o cuatro dólares por barril inferior al de este año, es decir, de 20 o 21 dólares como promedio en 2004. Y también a un ingreso cercano a los 12 mil millones de dólares, menor al de este año pero todavía muy importante. šEs muy buen momento para pensar muy bien lo que haremos el año entrante!

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