José Blanco

Rechazados

El debate recurrente ha resurgido: los rechazados de la licenciatura de las instituciones de educación superior (IES) de la zona metropolitana: el Distrito Federal (DF) más los municipios conurbados del estado de México (MC). Anteriormente los medios hablaban de los "rechazados" de la UNAM, como si fuera la única IES de la zona; ahora se habla también de la UAM y del Poli. Pero en la zona existen muchísimas más IES -públicas y privadas-, la más importante de ellas, la Universidad Autónoma del Estado de México.

El problema no se reduce a la aritmética simplona utilizada. En primer lugar porque no existe un registro metropolitano sobre la demanda: cada institución -pública o privada- toma sus propias decisiones; puede registrar a sus solicitantes, o sólo a sus inscritos; algunas instituciones, por otra parte, consideran confidencial esta información. Por ello es preciso determinar la demanda aparente (es la referida en los medios para hablar, muy imprecisamente, del volumen de los "rechazados"), la demanda potencial, la demanda real y el rezago probable en este nivel. Y esto implica estudiar el complejo movimiento del flujo de los alumnos de las delegaciones del DF y de los MC.

En 1997 coordiné desde la UNAM un estudio sobre este problema. Actualmente ANUIES-Zona Metropolitana está iniciando junto con la Subsecretaría de Educación Superior un nuevo estudio, que podría estar terminado en unos tres meses, y que podrá ponernos en claro el estado de la situación.

El estudio de 1997 incluía, entre otros elementos, la serie histórica de la demanda aparente a la UNAM, del ciclo 1979-1980 al de 1996-1997. En el último de ésos, la demanda a la UNAM (la suma de quienes solicitaron ingreso) fue superior a 140 mil aspirantes. Puesto que esta institución durante el lapso señalado admitía entre 32 y 33 mil alumnos por año en la licenciatura, habrían sido "rechazados" -apreciación equivocada- cerca de 80 por ciento de los demandantes.

En ese mismo ciclo la demanda potencial metropolitana (todos los egresados de los bachilleratos de la zona metropolitana) fue de 123 mil alumnos. Se denomina potencial porque sólo parte de los egresados de bachillerato demandan educación superior. De modo que la demanda efectiva a nivel superior fue una cifra inferior a 123 mil (la demanda a la UNAM, de fuera de la zona metropolitana, es irrelevante estadísticamente). Además, no todos los egresados del bachillerato solicitan ingreso a la UNAM. Esa demanda de 140 mil alumnos era, pues, aparente: era preciso descontar, en primer lugar, a más de 25 mil alumnos que presentaron examen de selección en las dos fechas establecidas por la institución. Quienes no entraron entonces a la UNAM (así como los que sí entraron) habían solicitado ingreso en tres o cuatro o más IES de la zona metropolitana. Así, la mayoría quedó inscrito en alguna IES de la zona. En el lapso que va de 1979 a 1997, el promedio histórico de la absorción de la educación superior fue de 79 por ciento de los egresados del bachillerato.

Con esas cifras de absorción, el DF tenía una cobertura de educación superior en el ciclo 2001-2002 (relación entre quienes están en las IES y el grupo de edad correspondiente), de 39.4 por ciento (el más alto del país), frente a 21.4 del nivel nacional, o frente a 8 por ciento de Quintana Roo (el índice más bajo del país) (cifras del Programa Nacional de Educación 2001-2006, Avances). La cifra del DF es cercana a la media de sus socios comerciales de la OCDE. El problema de cobertura, como puede verse, no está en el DF, sino en el resto del país (aunque sea deseable que también en la capital de la República continúe creciendo la educación de los grupos de edad correspondientes).

El estudio de 1997 citado contenía una hipótesis en parte equivocada. Había detectado un probable rezago de demanda no atendida, proyectada para el ciclo 1999-2000, de entre 22 mil y 30 mil aspirantes. Ahora es posible afirmar que buena parte de esa demanda no se convirtió en rezago, sino en una demanda atendida por el rápido crecimiento de las IES patito. Así, las políticas públicas que buscaban desalentar la demanda de las carreras sobresaturadas fueron abolidas por la proliferación de esas "instituciones". No existe legislación que pueda impedir ese fenómeno indeseable. Entre tanto el Congreso de la Unión no ha sido capaz de ver y entender este problema.

Por otra parte, como demuestra el estudio citado de 1997, el incremento de la demanda de educación superior provenía de los MC, por cuanto el crecimiento de los grupos de edad escolar en el DF (desde la primaria hasta la educación superior) tenía (tiene) tendencia a la baja y así continuará en el futuro. Toda creación de oferta educativa en el DF resolverá un problema del estado de México, contribuyendo así al hacinamiento cotidiano urbano del DF. Urge crear la comisión para la planeación de la educación superior de la zona metropolitana (esa comisión existe en todos los estados de la República).