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E C O N O M I A
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México D.F. Sábado 23 de agosto de 2003

Fred Rosen*

La agonía del Consenso de Washington

Después de 20 años de hegemonía, han surgido dudas "desde adentro" en torno al modelo de desarrollo neoliberal -también conocido como el Consenso de Washington. En las instituciones financieras internacionales (IFI) muchos hablan ahora de los ligeros cambios del "Posconsenso" de Washington o de las reformas de "segunda generación". Afuera de las IFI existe una demanda creciente por un cambio de paradigma, aunque hasta la fecha no ha surgido una alternativa capaz de dar a luz una nueva agenda política.

La demanda por un cambio surge no solamente del crecimiento de la pobreza y la desigualdad mundial, sino del hecho de que la mayoría de las economías del sur no han despegado a pesar de haberse integrado a la economía global. Para muchos promotores del desarrollo, ha sido decepcionante ver a las comunidades en peores condiciones que cuando empezaron los ajustes neoliberales hace dos décadas.

En esta coyuntura, los pasados días 28 a 30 de julio se celebró un congreso en Antigua, Guatemala, sobre "desarrollo y cambio" en los países del Sur. Convocado por el Grupo de Trabajo Sobre la Política Económica Internacional de la Universidad de Columbia y financiado por la Fundación Ford, el congreso fue organizado para facilitar la discusión sobre esas dudas, y para empezar a bosquejar un juego de políticas globales más inclusivo, más humano y más ampliamente desarrollista. Fruto de esas jornadas resultó un diálogo serio, sobrio y crítico entre unos 45 economistas, profesionales del desarrollo y militantes políticos -una decena de Latinoamérica y el Caribe- sobre los fracasos y contradicciones del modelo neoliberal y sobre las posibilidades de construir uno alternativo.

Según muchos participantes, el Consenso de Washington es un modelo que vive en los cielos de la abstracción, afuera de la realidad. Es un modelo en el que ni existen instituciones políticas, ni mercados concretos, ni instituciones legales, ni historia alguna. Es un modelo que niega la necesidad de armar un campo de investigación especializado en "economía del desarrollo" porque, afirma, el estudio de la economía es igual en todas partes. Es un modelo que produce recomendaciones políticas "unitalla". En definitiva, es un modelo que no toma en cuenta la importancia de las necesarias instituciones para construir una economía, ni de las normas sociales, ni de los mecanismos legales, ni de las variadas estructuras de las economías del mundo.

Los países "avanzados", aseveró el economista coreano de la Universidad de Cambridge, Ha-Joon Chang, no construyeron sus avances por medio del llamado mercado libre, sino mediante intervenciones estatales deliberadamente encaminadas a fomentar sus propias industrias y ventajas. Comentó que el lema de los países ricos que promueven las reformas del Consenso de Washington debe ser: "Haz lo que decimos, pero no lo que hicimos".

Pero si la experiencia histórica es así Ƒpor qué la discrepancia teórica? Varios participantes opinaron que para entender el neoliberalismo es necesario ir más allá de su discurso. La clave, según esta perspectiva, yace en el poder. Puede ser que la desigualdad creciente que vemos en el mundo -agudizadamente en América Latina- no es una falla sino el propósito mismo del Consenso de Washington. La disciplina económica, la creación de enormes poblaciones dispuestas y disponibles a trabajar por salarios bajos fue uno de los motores de la gran recuperación económica -ahora frenada- de los años 80 y 90. Esa recuperación fue un éxito neoliberal legado por gente como la señora Thatcher y el señor Reagan.

Si bien los neoliberales prefieren esconder sus metas políticas bajo la cobija de "la técnica" y afirmar que son los técnicos que los tienen las claves del desarrollo, nos toca a nosotros, insistieron varios de los participantes, dar preferencia a la política desde abajo. De hecho, había en el congreso una fuerte autocrítica del proceso que separa a los profesionales de sus comunidades y a la misma vez aparta la técnica (propiedad de los profesionales) de la política (actividad de las comunidades).

Abundando en el tema, Thandika Mkandawire, director del Instituto de Investigaciones de las Naciones Unidas para Desarrollo Social, enfatizó la importancia de promover no solamente el crecimiento económico, sino también la democracia política y la inclusión social. Ahora entendemos, insistió, que esas tres metas se constituyen mutuamente y en conjunto forman el verdadero significado del desarrollo.

Hubo durante el transcurso de los tres días de conferencias en Antigua, fértiles discusiones sobre el desarrollo local, el desempeño empresarial, la generación de empleos de alta calidad, el rol de las remesas familiares y de las microfinanzas. Se discutió la cuestión de la reproducción social, de la economía del cuidado y los servicios, del papel asignado tradicionalmente a las mujeres en ese sector y de las estrategias para utilizar esas actividades para mejorar el bienestar social y promover un desarrollo desde adentro.

En el bosquejo del nuevo modelo se llegó al acuerdo de que la política global de comercio tiene que cambiar su enfoque alejándose de la "armonización" internacional para dirigirse hacia la creación de espacios en los que los países puedan perseguir sus propias políticas industriales y comerciales. Se llegó a la conclusión de que la política global macroeconómica tiene que alejarse del "equilbrio económico" para enfocarse en el desarrollo, que hay que pasar del "cortoplacismo" al "largoplacismo" y de la economía financiera a la economía real. En definitiva, que la política social tiene que alejarse de los programas residuales para conseguir el aporte del tejido social.

En el reino de la política económica los cambios de las últimas décadas han sido enormes. Hubo una vez una verdad aceptada de que el Estado, por una variedad de motivos, tenía la obligación de intervenir en los mercados. En ese entonces, hace tan sólo 25 años, los promotores del "libre mercado" fueron alejados del debate. Ahora es lo contrario. Los detractores de los mercados no regulados somos tratados como gente que simplemente no entendemos lo que pasa. En cuanto al cambio de paradigma... ahí está el reto: Mientras se agudiza la pobreza mundial; mientras crece la desigualdad entre países y personas; mientras se debilitan los lazos comunales ƑCómo se capta la atención de los universitarios? ƑCómo se entabla un diálogo con los medios de comunicación? ƑCómo?

*Periodista , ex director de la revista Nacla, Report on the Americas.

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