.. | México D.F. Lunes 1 de septiembre de 2003
ANDANZAS
Colombia Moya
Carmen, libertad y danza
GEORGE BIZET, PIANISTA y compositor francés
nacido en 1838 y muerto en 1875, es sin duda uno de los maestros que más
contribuyeron a la renovación del estilo de la ópera nacional
en Francia, reaccionando contra la enorme influencia de la ópera
italiana de la época. Sin una obra verdaderamente profusa, Bizet
logra colocarse entre los compositores del éxito. Los pescadores
de perlas, La bella muchacha de Perth y, sobre todo, Carmen
le han dado fama mundial e imperecedera.
LA
OBRA, basada en la novela del también francés Próspero
Mérimee (1845), narra la pasión del brigadier don José
por una gitana, trabajadora en una fábrica de puros: la indomable,
seductora y libertina Carmen, para el ámbito más conservador
del mundo de los hombres; don José doblega su honor de militar,
de hombre bueno y decente, ante la pasión arrolladora que sufre
por esta mujer -sin duda alguna, de instintos demasiado libertarios para
su época, y es muy posible que hasta para el presente-, ya que tras
verse traicionado o abandonado se siente obligado a asesinarla.
EL LIBRETO DE Meilhac y Halevy para la estructura
operística de Bizet, se estrenó en 1875, y desde entonces
no ha dejado de representarse en diversos teatros del mundo con gran éxito.
Evidentemente la pasión y martirio de Carmen, el precio de su libertad,
es aún hoy día tema de controversia e interés de un
público que quiere ver cómo le dan su merecido a una mujerzuela
ingrata y traicionera, o como el libre albedrío de una mujer dueña
de su vida, sus actos y su cuerpo, manda prácticamente a volar a
un militar, cuya pasión y culpa es incapaz de manejar, así
como la afrenta pública del desprecio nada menos que de una obrera,
una libertina, gitana, y mujerzuela, que en el tenebroso mundo patriarcal
y machista sólo se paga con la muerte, o en el de esa misoginia
feroz que aún el día de hoy causa tantos estragos, que van
desde la violencia familiar hasta el desprecio, y asesinatos de mujeres,
que se atreven a elegir, resolver, decidir, como lo han hecho desde el
principio de los tiempos los varones, con quienes de esos seres milenariamente
oprimidos sin derecho de igualdad alguno van al dichoso tálamo o
a el lecho del pecado a costillas siempre del honor, sentimientos o gustos.
Destino sin oportunidades
EVIDENTEMENTE, CARMEN NO tuvo oportunidad alguna.
Escogió un militar porque la liberó de la cárcel y
éste se enredó en las pillerías de quien se las arreglaba
como mejor podía para sobrevivir con gusto y alegría por
la vida. No me puedo imaginar a Carmen casada con don José y convivir
con las buenas matronas de la pequeña sociedad de un pueblo español
como esposa de un representante de la ley y el orden del gobierno en turno.
Tampoco puede uno imaginarse a don José pidiendo la mano a Carmen,
simplemente es mas lógico pensar que cuando se aburriera de ella,
la abandonaría posiblemente con un hijo o dos, para casarse con
una señorita de postín, acorde con las necesidades del desarrollo
de su carrera militar. Pero en fin, dejemos la fantasía luego de
recordar que este tema apasionante también se ha llevado al ballet
por la mano creativa de Alberto Alonso en el Ballet Nacional de Cuba y
el Bolshoi, con Maya Plisteskaya y con Alicia Alonso, así como lo
hiciera inicialmente Roland Petit en Francia con su esposa Zizi Jeanmarine,
ambas versiones pertenecientes ya al repertorio universal de la danza.
AHORA, LA OPERA después del gran éxito
que lograra en Bellas Artes con ocho funciones agotadas y 15 mil espectadores,
se presentó ayer en el Auditorio Nacional con estrellas de la talla
de Fernando de la Mora, considerado por la crítica el tenor del
próximo siglo, este XXI, y cuya carrera ya fluye en importantes
escenarios del mundo como usted seguramente sabe. María Luisa Tamez,
hará mancuerna con De la Mora para dar vida a esta pasión
desafortunada, en la que Jorge Lagunes representará el escamillo,
o el torero, manzana de la discordia y objeto de los caprichos de Carmen,
así como de su infortunado destino.
EL MAESTRO José Antonio Morales se encargó
de la puesta en escena, la maestra María Antonia La Morris,
de la coreografía y la soprano Eugenia Garza hizo el de Micaela,
todos bajo la batuta del maestro Enrique Ricci, entre otros artistas que
han logrado el éxito de esta obra, bajo la cuidadosa atención
del maestro Raúl Falcó, director de la Opera de Bellas Artes.
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