Crímenes en Ciudad Juárez
舦 Las autoridades no investigan las pistas que conducen a los verdaderos
responsables Graciela Atencio El 21 de febrero de 2001 fue hallado el cuerpo de Lilia Alejandra García en el lote baldío adyacente a la calle Rancho Agua Caliente. Según las pericias, la causa de muerte había sido asfixia por estrangu-lamiento. Sus familiares la habían reportado como desaparecida una semana antes. El infor-me forense señalaba que la tuvieron en cautiverio al menos cinco días. Durante ese período sufrió torturas, violación tumultuaria y la mutilación de uno de sus senos, todas estas, características que presentan similitud con decenas de los cuerpos de mujeres encontrados muertos en Ciudad Juárez desde 1993. El caso de Lilia Alejandra García, además, es paradigmático porque como en tantos otros expedientes, no se tuvieron en cuenta pruebas sustanciales que hubieran llevado a las autoridades a encontrar a sus asesinos. Un testigo presentó una denuncia anónima ante el FBI (Buró Federal de Investigaciones de Estados Unidos), con detalles precisos, nombres, direcciones y códigos de actuación de cierto grupo relacionado con el narcotráfico, en el que, los nuevos miembros, para poder entrar o pertenecer, debían iniciarse con un ritual que implicaba violar, mutilar y matar a la víctima. La Procuraduría General del Estado de Chihuahua nunca investigó lo relatado por el testigo anónimo y actuó con irregularidades en las pericias forenses posteriores, practicadas en el cuerpo de Lilia Alejandra García. Amnistía Internacional pone a este caso como un ejemplo de 舠falta de respuesta a las denuncias舡. En su informe 舠Muertes Intolerables舡, reporta que hubo también falta de colaboración de la policía municipal, ya que dos días antes de que apareciera muerta, vecinos de la zona donde fue hallado su cadáver llamaron al 060 para denunciar que 舠una joven, aparentemente desnuda, estaba siendo golpeada y violada por dos hombres en un coche. A la primera llamada no fue despachada ninguna patrulla. Después de una segunda llamada, una unidad policial fue enviada舡, pero cuando llegó, casi dos horas más tarde, el coche ya se había ido. Tampoco se investigó si este hecho guardaba relación con el asesinato. Los chivos expiatorios Criminólogos, psicólogos, investigadores, señalan un patrón repetido en los rasgos físicos y sociales de las jóvenes, en la desaparición, el secuestro, el hallazgo de los cuerpos y las causas de muerte. Los especialistas confirman que hay asesinos seriales sin encarcelar detrás de los crímenes. Hasta la fecha hay 16 procesados en relación a los asesinatos de Juárez y sólo una condena, que además está en revisión, la del egipcio Abdel Sharif, quien fuese señalado como autor intelectual de seis crímenes y al que sólo se lo pudo sentenciar por uno. Su expediente -como el de todos los acusados- está plagado de irregularidades. Los otros acusados son: la banda de 舖Los rebeldes舗; Jesús Manuel Guardado, alías 舖El Tolteca舗 y la banda de 舖los choferes舗; y 舖La Foca y el Cerillo舗, Víctor González Meza 舑quien ya murió-y Javier García. Amnistía Internacional, diversas ongs y los propios abogados y
familiares de los inculpados reclaman la inocencia de los acusados y presumen
que tanto el gobierno estatal como el federal, han actuado con ineficiencia
y no han encontrado a los verdaderos asesinos de los crímenes sistemáticos
o seriales. La pista de los asesinos seriales La
Fiscalía Especial de Crímenes de Mujeres da cuenta solamente
de 74 casos de asesinatos seriales del 舗93 a la fecha. Sin embargo,
la socióloga e investigadora Julia Monárrez considera que
las autoridades han hecho una depu- ración importante de esa lista.
Máynez coincide: 舠sencillamen- te porque no se investiga
bien, no podemos quedarnos con las cifras oficiales舡. Según
su propio seguimiento, Monárrez cree que son al menos 98 crímenes
seriales. Amnistía no clasifica como seriales los asesinatos, pero
contabiliza que 137, de las 370 víctimas registradas en 10 años,
fueron crímenes perpetrados con violencia sexual. Las fantasías de un asesino serial
Krippner sostiene que una vez que se ha cometido un asesinato serial, el asesino experimenta un alivio de algún tipo. Sin embargo, el estrés vuelve a acumularse y surge la necesidad de liberarlo. La fantasía emerge como una canalización o salida temporal del estrés. Generalmente se alimenta con un souvenir del asesinato previo (un arete, un cuchillo, una parte del cuerpo, etc.). Luego la fantasía evoluciona y se convierte en una compulsión. La compulsión lleva a un plan bien estructurado para asesinar de nuevo y a un control esencial para cometer el asesinato. A su vez, esto permite que el mundo externo se conforme de acuerdo a la fantasía interna. El psiquiatra californiano, considera que 舠la dominación es particularmente importante para el asesino serial; el control puede dirigir al asesino a matar rápida o lentamente (dependiendo de la naturaleza de la fantasía). El control no se completa hasta la muerte de la víctima舡. Más tarde, el asesino se mezcla de nuevo en la sociedad y se 舖disocia舗 del crimen. Luego puede llevar una vida común, cerca de su familia, su trabajo y su entorno de amigos. Pronto surge un 舖re-enactment舗, un intento por revivir la fantasía. La fantasía se crea en completa proporción y el ciclo del asesinato se repite nuevamente. Según Krippner, estas fantasías agresivas sexuales ocurren más frecuentemente en los asesinos seriales. 舠si se investigaran sus hogares, tengo el presentimiento de que se descubrirían souvenirs, tales como fotografías, recortes de periódico y hasta material que esté indirectamente asociado con las víctimas (a veces incluyendo artículos psicológicos sobre asesinato serial). El asesino no va simplemente de un asesinato al siguiente, así como lo permite la oportunidad. Existe un ciclo, y la fantasía es casi siempre un elemento en este ciclo舡 (Graciela Atencio). |