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México D.F. Domingo 14 de septiembre de 2003

Muestra alusiva en el Franz Mayer recorre el pasado de la prenda y vislumbra su futuro

Peligra el sarape de Saltillo por falta de artesanos

FERNANDO CAMACHO SERVIN

El sarape de Saltillo, además de una de las piezas textiles más finas del mundo, es un auténtico emblema de la identidad mexicana, desde sus orígenes en la época colonial hasta el periodo de la guerra de Independencia. Esta bella pieza artesanal, sin embargo, podría estar en riesgo de desaparecer ante la escasez de manos expertas y jóvenes que la hagan, y ante el avance de las fibras sintéticas que la van dejando en desuso.

Sarape de Saltillo. Enigma y huella, actualmente en exhibición en el Museo Franz Mayer, muestra la historia de esta prenda tradicional y echa luz sobre su futuro. El planteamiento museográfico es el más completo que se ha presentado sobre la pieza y plasma su enorme diversidad: están los sarapes desde Nuevo México hasta Guatemala.

La antropóloga Marta Turok, curadora de la exposición junto con el especialista Mark Winter, explica que el sarape fue una pieza adoptada por todos los sectores sociales durante la gesta independentista: tanto los combatientes chinacos como los rancheros y hacendados lo usaron como signo de identidad ante la corona española.

La forma en que la prenda está presente en casi toda Mesoamérica sigue siendo un misterio. Turok sugiere que puede deberse a una combinación de factores, como los vínculos religioso-comerciales entre Centroamérica y Nuevo México, el surgimiento de haciendas con ganado ovino en abundancia y telares propios, y como hilo conductor también muy importante, la presencia de artistas tlaxcaltecos que dieron el sustento técnico para su elaboración.

El sarape, al final de cuentas, es un sincretismo de varias culturas en contacto. Tiene elementos prehispánicos, españoles y franceses, pero también recibió influencias de los comerciantes filipinos, persas e hindúes que llegaban a los puertos del Occidente del país. Algunos elementos indígenas, sin embargo, han tratado de ser ignorados por la enorme combatividad de los pueblos chichimecas y guachichiles que resistieron la invasión europea. Los diamantes aserrados y el llamado tenichco (ojo central) que aparece en los diseños, son muestra de la posible influencia indígena en los sarapes.

Durante la guerra de Independencia, el textil se transforma en un símbolo de lucha e identidad. La alianza de clases que hizo frente al imperio español tomó como elemento unificador el sarape con franjas abajo y arriba. "Era una clave para los españoles de que ellos eran revolucionarios, y empezaron a ser perseguidos por su indumentaria", dice Turok. En ese entonces era una pieza subversiva y de cierta forma escondida, pero tras la consumación de la Independencia los dibujantes y litografistas empiezan a dejar registro del amplio uso de la prenda en todo el país. San Miguel de Allende, Texcoco, Querétaro y desde luego Saltillo, se convirtieron en los centros productores más conocidos de la pieza.

Pero a pesar de su enorme tradición, el sarape está en problemas, porque sus consumidores tradicionales están en "peligro de extinción". El charro es cada vez más una rareza y los productores no encuentran alicientes para seguir con su actividad. Un sarape fino, por ejemplo, puede llevarse hasta un año de trabajo. Marta Turok advierte que la laguna entre los artesanos jóvenes y viejos podría provocar la desaparición del textil en una o dos generaciones, "a menos que lo adoptemos, lo protejamos y lo consumamos".

Así, comunidades como Teotitlán del Valle, en Oaxaca, han "rescatado" la tradición sarapera con la producción de colchas y tapetes. Otras veces, se fabrican con borra de tela de algodón, sin mucha calidad. "Al rato nos los van a traer de China", dice la antropóloga con ironía premonitoria.

Sarape de Saltillo. Enigma y huella se exhibirá hasta el 21 de septiembre en el Museo Franz Mayer, avenida Hidalgo 45, plaza de la Santa Veracruz, cerca de la estación Hidalgo del Metro.

Martes a domingo de 10 a 17 horas, miércoles de 10 a 19 horas.

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