La aprobación de la reforma fiscal, clave para el aumento del presupuesto, afirma

Intentará el titular del Conacyt cabildear con los diputados para obtener recursos

CAROLINA GOMEZ MENA

Aunque "estamos todavía muy lejos de alcanzar la meta de invertir 1 por ciento del producto interno bruto (PIB) en ciencia y tecnología, la esperanza es lo último que muere", comentó Jaime Parada Avila, director general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), al dar a conocer que solicitará "audiencia con los diputados" para hacerles ver que se requieren mayores recursos para el sector.

Sin embargo, advirtió, la posibilidad de recibir más presupuesto está estrechamente ligada con la aprobación de la reforma fiscal. "Estamos muy confiados en que el Congreso junto con todas las fuerzas políticas vayan a una gran convergencia y logren que en esta 59 Legislatura se apruebe la reforma fiscal, porque si el gobierno no tiene mayores recursos, va a ser imposible que cumpla con los programas de desarrollo económico, social y humano. La educación, la salud y la ciencia y tecnología necesitan muchísimo más presupuesto", consideró.

Desde finales de los años 70 México se ha planteado el reto de invertir en ciencia y tecnología al menos 1 por ciento del PIB, cifra recomendada a los países en desarrollo por el Organismo de Nacione Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Según estimaciones, se requieren más de 6 mil millones de pesos extra para alcanzar esa meta. Este año el organismo recibió alrededor de 28 mil millones de pesos.

En breve entrevista, detalló que una vez que ya estén definidas todas las comisiones en la Cámara de Diputados, "nos acercaremos", y agregó que la ciencia y la tecnología no sólo requieren más recursos públicos, sino también privados. "El 1 por ciento lo seguimos esperando, pero con la suma de voluntades podremos colocar al país en rumbo de llegar a esa meta muy pronto".

En relación con las formas de allegarse más recursos, Parada Avila destacó los "avances logrados a partir del 5 de junio pasado, cuando se aprobó la Ley de Ciencia y Tecnología, la cual dio origen a un nuevo instrumento, los fondos de investigación".

A más de un año, expuso, "tenemos un total de 38 fondos, 28 de ellos se han establecido con los gobiernos estatales, y el resto son fondos sectoriales que se han establecido con diversas secretarías de Estado y organismos paraestatales".

Según Parada, los 38 fondos han logrado "multiplicar los recursos, al grado de que el año pasado cerramos con mil 894 millones de pesos, lo que nos permitió apoyar mil 500 proyectos de investigación; esto significó una cifra casi tres veces superior al volumen de proyectos y de fondos que el Conacyt manejaba en su convocatoria".

De acuerdo con datos del Programa Especial de Ciencia y Tecnología, en México el indicador de investigación y desarrollo experimental (IDE), en comparación con otros países, está caracterizado por una baja inversión nacional, una alta proporción del financiamiento público (casi 75 por ciento) y exigua participación del sector privado (alrededor de 25 por ciento).

En 2000, el país destinó al IDE sólo 0.40 por ciento del PIB; ahora invierte poco más de 0.45 por ciento, pero aún no se llega a 1 por ciento. Aunado a esto, el personal dedicado a la ciencia y tecnología es escaso, ya que sólo se tiene en promedio 0.7 personas por cada mil integrados a la población económicamente activa. En Brasil el indicador es de 1, lo que significa que es 42 por ciento mayor; en España es de 4, es decir, 471 por ciento mayor, y en Estados Unidos es de 14, alrededor de mil 900 por ciento superior.