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México D.F. Miércoles 1 de octubre de 2003

Arnoldo Kraus

Eutanasia: Humbert vs el Estado francés

A pesar de que he escrito varios artículos y ensayos, a pesar de que he dado muchas pláticas y no pocas entrevistas, cada vez que me preguntan si estoy de acuerdo o no con la eutanasia respondo "no sé". Respondo "no sé" y con prontitud aclaro: "es imprescindible conocer cada caso, individualizarlo, entenderlo". Casi siempre, con los datos en la mano, es factible sugerir.

Aclaro, también, que los médicos tienen la obligación de escuchar a los enfermos o a quien quiera adentrarse en los conceptos de eutanasia, paciente terminal, testamentos con vigencia en vida o autonomía, pero, agrego, deben guardarse su opinión, a menos que se les solicite. Nunca, bajo ninguna circunstancia, el galeno, motu proprio, tiene derecho a sugerir o inducir la eutanasia. También puntualizo que no estoy obsesionado con el tema de la eutanasia, pero considero que es importante opinar, sobre todo en países como el nuestro, donde la población carece de información y por ende de conceptos "sólidos".

De hecho, como ahora sucede en Francia, el público es quien opina, mueve, cuestiona y saca de su letargo al Estado y a los médicos cuando la prensa informa sobre casos como el de Vincet Humbert. Así sucedió en Holanda en la década de los ochenta, cuando la doctora Postma aceleró la muerte de su madre; así ocurrió con el doctor Jack Kevorkian, en Estados Unidos, y así sucede en España tras la muerte del tetrapléjico Ramón Sampedro por medio de un raticida.

El caso Humbert, llámemosle Humbert vs el Estado, será parteaguas de discusiones profundas en Francia, que terminarán, estoy seguro, legalizando la eutanasia. Esto, a pesar de que hace un año se condenó a la enfermera Christine Malévre a diez de años de reclusión por haber acelerado la muerte de siete pacientes terminales. Humbert vs el Estado es una historia brutal, llena de sufrimiento, de amor, de silencios y, en última instancia, de torpezas médicas. El caso Humbert plantea, además, dilemas diferentes, pues ante la incompetencia del Estado francés -llámemosle así a los médicos, a Chirac, a los jueces- la madre fue quien tomó la iniciativa y coadyuvó en la muerte de su hijo. Resumo los avatares del caso Humbert.

Vincent Humbert era un joven de 22 años, quien a los 19, tras un accidente de carretera, quedó tetrapléjico. Los últimos tres años los pasó postrado en una cama, sin habla, sin vista, sin gusto y sin olfato. Prisionero en un hospital dedicado a tratamientos neurológicos, solicitó a los doctores, en varias ocasiones, que se le ayudase a morir. En noviembre de 2002 envío una misiva al presidente Jacques Chirac, pidiéndole autorización para morir. Posteriormente escribió un libro-testamento en el que reflexiona sobre su condición y los diálogos que sostuvo con su madre. Vincent se comunicaba con otras personas presionando con el pulgar derecho, mientras sus interlocutores le deletreaban el alfabeto y él pulsaba la elegida.

Su madre, Marie Humbert, vivió tres años a la cabecera de la cama de un cuerpo muerto regido por un cerebro vivo. Marie lo cuidó y se dedicó a él con devoción: cambió su trabajo de empleada de banca y una buena casa por una buhardilla frente al hospital para estar cerca de él; durante todo ese tiempo se mantuvo realizando trabajos domésticos. Después de acordarlo y documentarlo con su hijo, administró a través de una sonda lo que suponía sería una dosis mortal de barbitúricos. El procedimiento fracasó y dos horas después Vincent fue trasladado a la sala de reanimación. La madre fue llevada a la comisaría de policía, donde pasó la noche. Al día siguiente quedó bajo libertad condicional: deberá someterse a tratamiento siquiátrico. También al día siguiente, los médicos recapitularon y "facilitaron" la muerte de Vincent.

Este caso, Humbert vs el Estado francés, esquematiza nuevos paradigmas en relación con la eutanasia: 1. La madre es quien, con amor, coadyuvó en la muerte de su hijo. 2. El presidente de Francia es parte del drama por "no haberse comprometido a fondo". 3. Los médicos no respetaron la decisión y "lo salvaron". 4. Inicialmente la madre fue sentenciada y posteriormente su libertad quedó condicionada.

"Mamá, puesto que me quieres, eres tú la que va a matarme", escribió Vincent. Humbert vs el Estado ilustra las dismetrías entre quienes sufren y quienes dictan las políticas de salud y de justicia. Seguramente Vincent y Marie serán siempre recordados, pues hoy su drama se ha convertido en un problema de Estado. La eutanasia es un tema intrincado. El silencio, como sucedió en el caso de Vincent, prolonga el dolor, no la vida. En Francia los debates públicos acerca de la eutanasia están por comenzar.

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