Peligra la fiesta taurina en la Plaza México

Posible cancelación de licencia por las tropelías de Herrerías; éste apuesta a sus influencias

ENRIQUE MENDEZ

La fiesta de toros en la ciudad de México, una tradición de 477 años desde que se lidió el primer astado en la Plaza del Volador, está hoy en riesgo. Las irregularidades cometidas por la empresa Plaza México SA de CV, de Rafael Herrerías Olea, han conducido a dos investigaciones judiciales: una por fraude y otra por amenazas de muerte, que de comprobarse serían pruebas suficientes para cancelar la licencia de operación del coso de Insurgentes y, por lo tanto, la suspensión de la llamada ''temporada grande'', que se iniciará en noviembre.

Sin embargo, la apuesta del empresario para continuar con el negocio se fundamenta no en la calidad de la fiesta, sino en sus relaciones públicas y políticas, que la semana pasada le permitieron obtener de la delegación Benito Juárez el permiso para la próxima temporada. "Yo administro vanidades", se ufana Herrerías Olea.

El declive del espectáculo daña no sólo a ganaderos, para quienes es poco rentable presentar sus carteles, sino también a los aficionados, que han dejado de llenar la plaza. El verdadero negocio para Herrerías lo constituye la venta anual del derecho de apartado, que garantiza boletos a los aficionados, y que según cálculos de especialistas le redituó un ingreso de 17 millones de pesos en la temporada 2001-2002, y de 18 millones en la 2002-2003.

El secretario técnico de la Comisión Taurina del Distrito Federal, Víctor Juárez, define al empresario: "No es un emprendedor que actúe de manera independiente y libre. En realidad es un colaborador cercano de un grupo político-económico que se gesta a partir de la llegada de Miguel Alemán Valdés a la Presidencia de la República.

"Tiene la protección tácita de este grupo al que sirve, y que ahora encabeza el gobernador de Veracruz, Miguel Alemán Velasco. Además, Herrerías es el operador de los intereses en el futbol de la familia Alemán, en el equipo de los Tiburones Rojos", señala.

La amplia cadena de relaciones de Herrerías con el poder se inició en el último tramo de la presidencia de Miguel de la Madrid Hurtado, en el punto más alto de la crisis económica del sexenio 1982-1988.

El entonces mandatario instruyó al regente Ramón Aguirre Velázquez, quien se había involucrado en el ambiente taurino, a aplicar un mecanismo de compra e importación de carne en Estados Unidos para bajar el precio en el mercado nacional. Aguirre se apoyó en su amigo, el matador regio Manolo Martínez, quien viajó a Nuevo Laredo, desde donde operó la compra de carne congelada con empresarios de Texas.

La introducción de los embarques requería de un amigo leal. Rafael Herrerías Olea, quien desde finales de la década de los 60 se asumió como fan, acompañante y "consejero" del matador, fue designado por Ramón Aguirre director del rastro de Ferrería, adonde llegaron los frigoríficos desde Texas.

Herrerías Olea asumió la gerencia de Plaza México en 1993, a través de la empresa Alfaga, que controlaba Televisa por medio del matador Curro Leal. El nombramiento de Herrerías se realizó con intermediación de Manolo Martínez y Miguel Alemán Magnani, quien finalmente lo nombró empresario.

Entre 1998 y 2000 se asoció directamente con Alemán Magnani y en ese lapso compró los derechos de Alfaga; desde entonces es el titular de la razón social Plaza México SA de CV.

Historia de irregularidades

Las irregularidades que la empresa ha cometido durante ese periodo se dejaron pasar. Desde el año 2000, la Comisión Taurina del Distrito Federal, la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, matadores, el juez de plaza Ricardo Balderas y ciudadanos comenzaron a documentar los abusos y engaños de Plaza México SA de CV.

El más visible y escandaloso fue el cometido por Herrerías, el matador Enrique Ponce y su apoderado Victoriano Valencia, el 5 de febrero de este año, durante el aniversario 57 de la Monumental Plaza México.

Esa tarde, Juan Castañeda, gerente operativo de la plaza, decidió el cambio de un toro. Durante la corrida, y luego de que fue muerto el primer animal, por instrucciones de Victoriano Valencia fue abierta la puerta del toro herrado con el número 529, de la ganadería de Julio Delgado, y lo sustituyeron por el 472 de la ganadería Reyes Huerta, que le correspondía a Ponce. A pesar de que debía aparecer con la divisa de Delgado, el burel fue sacado al ruedo con los colores de Reyes Huerta. La divisa es el distintivo que se le clava al toro en el morrillo.

A pesar del cambio, en la puerta de toriles fue colgada la pizarra que anunciaba el nombre, el peso y el número del animal de Reyes Huerta, que había sido sorteado por el juez Ricardo Balderas.

Ante la denuncia que presentaron Balderas y la Comisión Taurina, la argucia fue sancionada por la delegación Benito Juárez con la suspensión por un año de Enrique Ponce y una multa de 102 mil 660 pesos; se apercibió a la empresa de que si "en cualquiera de los próximos espectáculos se altera o modifica de alguna manera el programa previamente autorizado se impondrá de inmediato la clausura total de la Plaza de Toros México".

Desde abril de este año, la Secretaría de Gobierno del Distrito Federal -oficina que por ley es la encargada de supervisar la fiesta taurina- sabe que los contratos para dicha temporada son apócrifos, y Herrerías le dice a todo el que lo quiere escuchar que la investigación se frenó gracias a sus relaciones con el jefe de Gobierno, Andrés Manuel López Obrador, a quien presume como su "cuate".

Al menos así lo contó el 5 de agosto pasado, en una reunión de agrupaciones taurinas que se realizó en la Unión de Ganaderos, a la que asistieron el presidente de la Asociación de Matadores, Eulalio López El Zotoluco; Juan Castañeda, gerente Operativo de la Plaza; Benigno González Carmona, secretario general de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros, así como los matadores Francisco González y El Calesa, y los ganaderos Salvador Rojas y Jorge de Haro. En la reunión, cuentan los asistentes, Herrerías se jactó:

"Ya arreglé el pedo con el DF. Estuve con Bernardo Gómez y Patricio Slim. Me recomendaron con el regente (sic) y estuve con él el viernes (primero de agosto). Lo que él quiere es que haya fiesta y me va a apoyar. Va a abrir la plaza".

Según Herrerías, el jefe de Gobierno le resolvió "en dos minutos" un adeudo en la Tesorería capitalina.

Y además presumió de sus relaciones con el secretario de Gobierno, Alejandro Encinas, quien -sostiene- le ayudará a reformar el Reglamento Taurino para el Distrito Federal, a quien le pidió una cita. La Jornada buscó a Herrerías para pedirle su versión. En su oficina, señalaron que hoy habría una respuesta a la solicitud.

El viernes 8 de agosto, el funcionario recibió a El Zotoluco, Castañeda y González Carmona. En su oficina, Alejandro Encinas les habría dicho que como secretario de Gobierno enfrentaba "muchos problemas, que son igual de apasionados", como los toros y los ambulantes, y que la instrucción de López Obrador es que "se abra la plaza" en noviembre.

A una pregunta sobre el ánimo que ello genera en el ambiente taurino, uno de los ganaderos que participó en la reunión del 5 de agosto, comenta: "El sentimiento es que Herrerías sí tiene fuerza en el Gobierno del Distrito Federal y que volverá a hacer tropelías, como lo hizo en las novilladas, donde presentó ganaderías sin cartel".

Por ejemplo, el domingo 21, durante la cuarta novillada, se presentaron toros de La Playa, y se reseñaron novillos de reserva de una ganadería que no cuenta con cartel.

Para confrontar esas versiones se buscó al secretario de Gobierno, quien asignó al director de Concertación Política del gobierno capitalino, César Cravioto Romero, para responder a La Jornada.

-ƑUn jefe de Gobierno puede tener un "cuate" para ayudarle, como presume Herrerías? -se le preguntó.

-Nunca he escuchado que diga eso.

"No se trata de amistades, es un asunto de legalidad y de que se respeten los derechos de todos los involucrados y, en especial, de los espectadores. Al jefe de gobierno le interesa el espectáculo, pero que no se viole la ley.''

-ƑY qué van a hacer en el caso de los contratos falsos?

-Si es así, administrativamente la delegación tomará la decisión, con todo el apoyo del Gobierno del Distrito Federal. No vamos a cubrir a nadie, pero tampoco a linchar a nadie.

-ƑTienen ustedes los contratos?

-No.

-Pero si Alejandro Encinas tiene los documentos desde abril. El se los envió a la Comisión Taurina.

-No podemos prejuzgar a priori si son o no falsos los contratos.

''Nosotros conocemos este supuesto de que hay una presunta falsificación, pero no podemos decir si son o no.''

En la entrevista, Cravioto Romero reveló que la Asociación de Matadores le pidió al gobierno capitalino intervenir para revocar la suspensión a Enrique Ponce. "Se les dijo con toda claridad que no hubo dolo en la sanción, y si Ponce cree que la sanción fue incorrecta, que inicie un procedimiento administrativo, pero por decreto o instrucción, no se va a levantar".

Sin embargo, funcionarios capitalinos revelaron que Alejandro Encinas buscó convencer a la Comisión Taurina para que se declarara sin efecto la sanción al matador, y alegó los "derechos al trabajo" del valenciano.

A diferencia del interés mostrado por Ponce, el gobierno capitalino no ha intervenido en favor del banderillero Felipe González Medina, quien se autoexilió en Valencia, España, debido al veto que le impuso Rafael Herrerías, sólo porque peleó a Plaza México SA por los fondos de reserva (300 mil pesos) de la Unión Mexicana de Picadores y Banderilleros.

El 14 de abril, el banderillero -quien se dedica a la albañilería y la carpintería en Valencia- le envió una carta a Alejandro Encinas, y al presidente de la Comisión Taurina, Carlos Mendoza, en la cual les pide:

"Lo que sí quisiera es que, por el bien de nuestra fiesta y de nuestras familias, ustedes como autoridad realmente supervisen todas las anomalías que la empresa lleva a cabo, ya que el aficionado no volverá a creer en la fiesta de los toros mientras vea que la autoridad no es capaz de regularla".