México D.F. Domingo 19 de octubre de 2003
"Las leyes del mercado no deben ser los nuevos
valores del mundo", señala
La Iglesia católica buscará apoyar a
los "lastimados por las políticas económicas"
PATRICIA MUÑOZ ENVIADA
Des Moines, Iowa. La Conferencia Nacional Católica
de la Vida Rural de Estados Unidos y la Conferencia Episcopal de Pastoral
Social de México apoyan la lucha de las organizaciones campesinas
de los dos países que buscan parar el liberalismo salvaje del comercio
de alimentos en el mundo, así como impulsar cambios en el esquema
de distribución de productos, que deja ganancias excesivas a unos
cuantos, mientras para las mayorías sólo hambre, pobreza
y destrucción del campo.
Con esta perspectiva, miembros de las dos conferencias
han impulsado reuniones de productores de ambos países para analizar
su situación y buscar la posibilidad de integrar una agenda común.
Al respecto, Joseph Charron, obispo de Des Moines y miembro de la mesa
directiva de Catholic Relief Services, apuntó que esta Iglesia está
llamando ahora a estar con los lastimados por las políticas económicas.
Esta
corriente de la Iglesia católica ha sido impulsada en los años
recientes en diversas sedes de América Latina. David Andrews, director
de la Conferencia Nacional Católica de la Vida Rural de Estados
Unidos, explicó al respecto que en ese país se impulsa la
campaña "Comer es un acto moral", en la que se busca rescatar el
derecho a la alimentación de los pueblos -porque el hambre está
creciendo en todo el mundo-, así como encontrar caminos para recuperar
la dignidad de las personas.
La posesión privada "tiene una hipoteca social
y ecológica", mientras que las ganancias excesivas violan el plan
de Dios, establece esta campaña, al mismo tiempo que advierte que
"la economía debe servir a las personas y no las personas a la economía".
En la campaña que promueve esta Iglesia se insta
a los líderes a gobernar responsablemente, para que no haya tanta
injusticia económica y social; a tener una responsabilidad colectiva
sobre el uso y usufructo de la tierra, y habla de que las leyes del mercado
no deben de ser los nuevos valores del mundo. "Los católicos deben
crear una economía humana, porque cualquier reducción de
las personas como un artículo de mercadería viola completamente
no sólo su derecho, sino también su dignidad".
Esta es una propuesta similar a la que lleva a cabo la
Comisión Episcopal de Pastoral Social de México y otras organizaciones
de la Iglesia católica -dentro de la cual inclusive han propiciado
el acercamiento entre productores estadunidenses y líderes del movimiento
El campo no aguanta más, de México- y tiene por objetivo
buscar alternativas para que en el campo haya una economía sustentable,
socialmente justa, con beneficios económicos para todos y ecológicamente
saludable.
Los problemas que vive el campo en los países se
acercan, se argumenta en esta campaña denominada "Comer es un acto
moral", y se agrega que las dificultades no son sólo económicas,
sino sociales, porque afectan la vida de los productores, primero, y luego
de los consumidores, además de que plantean cuestiones técnicas
y políticas.
Añade: "cada vez nuestro sistema alimentario proporciona
subsidios altos para los grandes productores de alimentos, procesadores
y detallistas, mientras la calidad de lo que nos comemos se deteriora,
porque estos productos son adulterados, procesados genéticamente
y hasta irradiados por 'expertos' para modificar sabores, sacar más
rentabilidad, sin importar la calidad nutritiva de los mismos". Pero sostiene
que esto es paradójico, porque el hambre está creciendo,
especialmente en las regiones agrícolas.
Es de temerse así que el sistema global de producción
y distribución al menudeo de alimentos perezca y se vaya a la deriva,
si no hay una corrección de rumbo y un sentido más ético
y moral en este proceso, alerta la Iglesia católica.
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