Ofició misa en la Catedral Metropolitana en sustitución de Norberto Rivera

El país, preparado para que lo gobierne una mujer, considera el obispo auxiliar

JOSE ANTONIO ROMAN

México ya está preparado para ser gobernado por una mujer, según dijo el obispo auxiliar de la arquidiócesis de México, José de Jesús Martínez Zepeda, quien consideró que el país ha dado pasos importantes en el reconocimiento de la creciente actividad que tienen las mujeres en la vida nacional. "Hemos dado pasos en entender que hombres y mujeres tenemos los mismos derechos, y que lo que importa es la capacidad y el servicio."

Entrevistado en la Catedral Metropolitana, luego de oficiar la misa dominical en sustitución del cardenal Norberto Rivera, quien se encuentra de viaje en Roma para asistir a los festejos del 25 aniversario del pontificado de Juan Pablo II, el obispo auxiliar señaló que aun cuando el país avanza en el nivel macroeconómico, todavía no se observan beneficios sustanciales en la economía familiar de millones de mexicanos.

"Dicen que se requieren transformaciones, pero yo no soy el indicado para decir ni cuáles ni cómo, para eso tenemos a nuestros hermanos políticos; pero esta es una urgencia, a fin de que el progreso y la economía no sigan siendo injusticia y discriminación para buena parte de nuestra sociedad", agregó.

Martínez Zepeda también hizo un llamado a todos los católicos, entre los cuales hay muchos hombres de política, dijo, para que trabajen en la transformación que requiere nuestro país, en donde prevalezca la justicia y la solidaridad, logrando así terminar con la pobreza.

Por otra parte, respecto a la designación de Guadalupe Morfín como comisionada para el caso de las mujeres asesinadas en Ciudad Juárez, el obispo Zepeda dijo que aunque no conoce su trayectoria profesional hace votos porque los esfuerzos por resolver estas muertes que avergüenzan a todo México tengan éxito.

Respecto a las múltiples bandas delictivas existentes en la ciudad de México reconoció que todos los habitantes de la metrópoli padecemos este mal, por lo que tenemos que hacer un esfuerzo para mantenernos en la legalidad, en el orden, en la observancia de los mandamientos y en el respeto a los demás. Lamentó que la cultura de la legalidad sea sumamente frágil en esta ciudad.

El obispo Zepeda reiteró que en todos los problemas siempre se puede hacer más para poder resolverlos, y este no es la excepción; "es un problema complejo en donde los cambios tienen que venir desde dentro del corazón, y ahí a la Iglesia le toca una gran tarea, y a todos en general".