Ojarasca 78  octubre 2003


saxo
Ecuador, 1992. Foto: Hugo Cifuentes

Ecuador:

Pachacutik busca el consenso


Fernanda Vallejo y Ángel Bonilla, Quito, octubre. Desde la mirada de la prensa oficial "Pachakutik convalece de las heridas de guerra que le dejó su paso por el gobierno. La elección de Gilberto Talahua (indígena de ascendencia serrana) en la coordinación del movimiento es la conclusión de un proceso del que salen con menos bajas que las que suele producir el desgaste político por las expectativas insatisfechas. Cumplido el primer paso, ¿que vendrá luego?".

El imaginario de la unidad plurinacional y pluricultural se apoderó del ambiente del Auditorio de la Escuela Politécnica de Chimborazo, escenario donde más de 650 delegados indígenas y campesinos llegados desde las cuatro regiones del Ecuador se reunieron para decidir el futuro del movimiento del arco iris.

Desde la tarde del jueves 25 de septiembre las delegaciones de congresistas llegaban al campus universitario de forma pausada y en bloques que sugerían su proveniencia: desde la Costa campesinos de la Confeunassc y militantes urbanos de movimientos sociales habían sido los primeros en llegar y en llenar las inscripciones. El bloque de la amazonía llegaría luego, pero tardaron en inscribirse hasta no tener claro el panorama, los serranos --aglutinados en la Ecuarunari-- llegaban a cuentagotas. La correlación de fuerzas para el propósito fundamental del Congreso, la elección del Comité Ejecutivo Nacional, no parecía estar clara y ello demandaba negociaciones previas para preparar el escenario.

En la solemnidad de la instalación, la representación indígena se hacía notar. Para la prensa oficial, la Conaie había retomado el control de "su brazo político"; sin embargo, el trabajo desplegado por el aparato que lo controló durante los últimos dos años tenía su correlato en la presencia de campesinos y cuadros jóvenes provenientes de las provincias de la Costa: las fuerzas de las dos tendencias que pugnaban por el control del Movimiento parecían estar equilibradas.

Durante la jornada del viernes, las oscilantes tensiones causadas por los informes de la Gestión de Gobierno, presentadas por la dirigencia saliente, eran mitigadas por el espíritu festivo persistente en la cultura andina: el rictus de la solemnidad partidaria no tiene cabida. Una salida a dichas tensiones fue, sin duda la expulsión del diputado Columbo, indígena amazónico que horas antes había traicionado los intereses del pueblo al suscribir una ley neoliberal propiciada por el gobierno de Gutiérrez y negociada por la recalcitrante derecha nacional.

La presentación de los informes y los discursos, unas veces políticos y otras no, evidenciaban las diferentes apuestas que se empezaban a discernir; sobretodo dejaron huellas de los valores que se ponen en juego: ante la entereza de afrontar los errores, el oportunismo de seguir jugando a "ser gobierno"; frente a la necesidad de presentar batalla a un gobierno fascistoide, el oportunismo de "mendigar un plato de lentejas" para mejorar las condiciones de vida...

A pesar de la presencia indígena, la Conaie dejaba traslucir su debilidad política, quizá debida a los compromisos contraídos en la repartición de puestos o a las diferencias internas e intereses que separan a sus regionales. La búsqueda de acuerdos que convoquen la diversidad política que entrañan los pueblos indígenas, debió ser liderada por la regional serrana (Ecuarunari) que promovía la candidatura de Gilberto Talagua; llegado al acuerdo interno y mientras en distintas mesas se discutían los documentos del Congreso y se debatía el horizonte político del Movimiento, la Ecuarunari promovía el consenso alrededor de una lista equilibrada de candidatos... para las negociaciones quedaba aún una noche.

La mañana y tarde del viernes transcurría entre la destacada conducción de Luis Macas, las tediosas exposiciones de los grupos de trabajo, las largas discusiones sobre la reforma de estatutos y algunos acalorados discursos políticos que clamaban por la "carnetización" de la militancia (el salto al Partido) o por el retorno a las bases para el fortalecimiento del "carácter revolucionario y transformador" del Movimiento; la puesta en valor de los gobiernos locales o la demanda por la construcción del poder local desde la resistencia y la lucha reivindicativa frente al Estado; la participación segmentada de jóvenes y mujeres o su incorporación orgánica en la toma de decisiones.

Para la tarde del sábado, el Congreso había rebasado la agenda y aún no empezaban las elecciones. Las negociaciones de la noche anterior dieron como resultado la consolidación de la candidatura de César Cabrera (Confeunassc) para la vice coordinación. Las elecciones tenían aún un escollo, los amazónicos: su conducta iconoclasta estaba por verse.

Durante las elecciones el imaginario de la unidad resaltaría nuevamente, luego de una previa medida de fuerzas, el concepto de la elección por consenso volvió a imponerse, Pachakutik volvía a demostrar que, aunque herido y a pesar de los augurios, se sostiene en la fuerza que la historia de lucha otorga a los movimientos sociales. La elección de las dignidades sería agua corriente, sólo salpicada por una irreverente "tomadura de pelo" amazónica que desconfiguró momentáneamente el imaginario y puso a sonar los celulares de los dirigentes...

Pasadas las once de la noche el Congreso se cerraba con un sabor de victoria: el frente interno estaba en orden y podía levantarse el discurso de la oposición frontal al gobierno, la tarea de preparar las condiciones para las movilizaciones de resistencia empezaba, ante todo deconstruyendo el discurso oficial que supone a mishus (mestizos) e indios confrontándose por el control del Movimiento. Los delegados se retiran a sus lugares de origen, no todos satisfechos, pero convencidos de que la oposición a las políticas de Lucio necesitará más que palabras....


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