Se esgrime la corrupción como una causa de los males de AL, refiere la investigadora

Tavares: la década de los 90, más que perdida, fue de retrocesos

Las recetas de los organismos internacionales, las mismas de siempre y sin resultados, afirma la asesora del presidente brasileño Sólo "rebautizan" la pobreza sin darle solución, asevera

JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.

Ante la imposibilidad de ocultar el desastre social generado en América Latina por las políticas de corte neoliberal, organismos como el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y hasta la Comisión Económica para América Latina han creado un "nuevo consenso" en el que tanto el diagnóstico como el remedio prescrito implican un agravamiento de esta situación.

"Nos vemos frente a una enorme fragmentación de lo social, en contraposición a una brutal 'globalización' de lo económico. Las situaciones económicas siempre dependen de lo 'macro', mientras que las soluciones para lo social se limitan a lo 'micro'", afirmó Laura Tavares Soares, investigadora del Laboratorio de Políticas Públicas de la Universidad del estado de Río de Janeiro, Brasil, e integrante del grupo de asesores informales del presidente Luiz Inacio Lula da Silva.

Autora de tres libros indispensables en la literatura especializada, Ajuste neoliberal e desajuste social na América Latina, Os custos sociais do ajuste neoliberal na América Latina y O desastre social, Laura Tavares identificó que con distintos matices e intensidades, todos los indicadores presentados por esos organismos muestran el agravamiento de las antiguas situaciones de pobreza y el surgimiento de "nuevas", denominadas de "precarización", "vulnerabilidad", "inestabilidad" y "violencia", que sólo son una forma diferente, pero no imparcial, de envolver el mismo diagnóstico y sus consecuencias.

Apoyada en una analogía médica, precisó que las consecuencias de mayor pobreza y deterioro social en los países de América Latina "serían los inevitables efectos colaterales del remedio aplicado", de acuerdo con los diagnósticos de esos organismos.

De esta manera, apuntó, "las causas de nuestros males varían desde nuestra 'incompetencia' para ejecutar de modo 'adecuado' los ajustes y las 'reformas necesarias'; hasta nuestra 'fragilidad' política, marcada por la 'corrupción' y la 'ingobernabilidad'".

Algunos diagnósticos más consistentes, como los de la Comisión Económica para América Latina (Cepal), señalan "serias restricciones económicas". Los más radicales, como los del FMI, "siguen afirmando que las actuales condiciones sociales de América Latina y el Caribe son un 'precio necesario' para que los países puedan, algún día, 'estabilizarse' y 'volver a crecer'".

Laura Tavares expuso que de la misma manera las "prescripciones" son equivalentes al diagnóstico y siempre dan la sensación de tratarse de "más de lo mismo o de variaciones alrededor del mismo tema". Así, frente a la corrupción los pueblos latinoamericanos y caribeños tendrían que "aprender a elegir a sus políticos", de preferencia, los que sean aceptables por los "mercados".

Ante la violencia, traducida hoy en "terrorismo", "ellos están dispuestos a "ayudarnos" con recursos financieros, e incluso con armas y tecnología "apropiadas'", añadió.

Frente a las restricciones económicas, "las recomendaciones varían entre crear condiciones 'favorables' hacia una mayor 'integración' con los países del norte, de preferencia por los mecanismos establecidos por Estados Unidos en el Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA); crear 'condiciones' para atraer capital externo, aunque sea financiero especulativo que no genera ni producción ni empleo; desarrollar 'capital humano' y disminuir los costos de las empresas -léase menos impuestos- para generar 'competitividad'".

Finalmente, el FMI, el Banco Mundial y hasta algunas instituciones de Naciones Unidas, como la Cepal, el Programa para el Desarrollo (PNUD) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), recomiendan "ampliar y fortalecer las llamadas 'reformas' para reducir los gastos gubernamentales y, por lo tanto, el 'déficit fiscal', siempre responsabilizado de todos nuestros males".

Crecimiento económico y mayor marginación en AL

Esos diagnósticos, y las subsecuentes prescripciones, sólo alcanzan a establecer una discutible relación directa entre el crecimiento del producto y la reducción de la pobreza, de tal manera que terminan por concluir que la disminución de esta última se dará en 2015, siempre y cuando la economía registre tasas anuales de crecimiento de 2.3 por ciento.

Pero dejan de lado, a pesar de las evidencias que no profundizan en sus diagnósticos, que "el desempleo sigue siendo, hoy más que nunca, uno de los principales determinantes de la pobreza", y la desigualdad en la distribución del ingreso "no sólo no ha mejorado, sino que en buena parte de los países ha empeorado."

Ha sido evidente en la trayectoria de los países latinoamericanos "que no basta el crecimiento económico para la distribución del ingreso", señaló la especialista, y concluyó que la década de los 90 demostró plenamente que "el modelo neoliberal ha empeorado más aún la concentración del ingreso y la desigualdad social".

Más que una década perdida, afirmó rotunda Laura Tavares, la de los 90 fue "una década de retrocesos".