.. | México D.F. Lunes 27 de octubre de 2003
Reúne 246 piezas con una rica variedad
de técnicas
La gráfica de Tamayo, en ambiciosa muestra que
se inaugura el jueves
La exposición sirve de preámbulo al catálogo
razonado de esta faceta, que prepara Juan Carlos Pereda, curador del recinto
que lleva el nombre del pintor oaxaqueño
MERRY MAC MASTERS
En el transcurso de su larga vida artística -más
de 70 años-, Rufino Tamayo (1899-1991) produjo 320 obras gráficas
con una rica variedad de técnicas. De esas, 246 se han reunido en
Tamayo. Gráfica 1925-1991, exposición que será
inaugurada el 30 de octubre a las 20 horas, en las salas A y B, las más
grandes, del museo Tamayo Arte Contemporáneo, a manera de preámbulo
al catálogo razonado en esta faceta que desde hace años prepara
Juan Carlos Pereda, curador del recinto y especialista en el pintor oxaqueño,
que estará disponible al público en 2004.
Por
sus características, esta se perfila como la más ambiciosa
muestra de obra gráfica de Tamayo. Pero más allá de
cantidades, el proyecto busca dar ''coherencia'' a esa faceta del trabajo
del artista. Lo que hemos hecho, explica Pereda, es organizar la producción
gráfica de Tamayo de modo que tenga una "lectura sistemática",
en la que vamos a encontrar un desarrollo cronológico.
Tamayo siempre se consideró pintor antes que nada.
Para Pereda, no obstante, el maestro se constituyó en un artista
que, sin dedicarse en exclusiva a la gráfica, aportó "mucho
más que otros dedicados primordialmente a esta disciplina". La gráfica
en México goza de una larga tradición, en la que Tamayo aportó
un capítulo relevante, aunque "a lo mejor no estaba muy consciente
de ello". Más bien trabajó ''conforme su propia naturaleza
de artista inconforme, rebelde, pero también con una gran belleza
y calidad'', acota el entrevistado.
Como parte de esa visión esclarecedora, la muestra
reúne por primera vez unas 30 xilografías (grabado en madera),
que Tamayo realizó en los primeros años, entre 1925 y 1936.
Durante más de una década el artista, concentrado en su trabajo
de caballete, sólo produjo un aguafuerte, en 1947: Hombre contemplando
la luna. Pero en los años cincuenta, cuando Tamayo ya era un
reconocido pintor internacional, trabajó en varios talleres parisienses
de prestigio. Resulta, por ejemplo, ''novedosa'' una litografía
firmada en 1933, porque se pensaba que Tamayo no había trabajado
esa técnica hasta después de 1950.
También están presentes las 28 litografías
que el oaxaqueño realizó en el Tamarind Lithography Workshop,
en Los Angeles, California, taller instrumental que reintrodujo esa técnica
en el mercado estadunidense.
A
continuación, la carpeta litográfica Mujeres es una
muestra fehaciente del "virtuosismo técnico" de Tamayo que "ya se
siente a sus anchas para dibujar y aplicar colores", apunta Pereda.
En los años setenta el expositor trabajó
cinco temporadas en los talleres de la editorial Polígrafa de Barcelona,
donde experimentó a partir de técnicas clásicas. Sin
embargo, en el Taller de Gráfica Mexicana, de Luis Remba, Tamayo
logró hacer lo que no había podido, incluso, en Polígrafa.
Pereda explica que Remba, un ingeniero mecánico, modificó
la maquinaria tradicional hasta lograr un modo de trabajar que entre él
y Tamayo bautizaron como mixografía.
Después de trabajar la gráfica de formato
monumental, el artista regresó a la litografía en Kyron Ediciones
Gráficas Limitadas, donde realizó sus últimas diez
obras que, inclusive, no llegó a firmar.
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