Antonio Gershenson

El petróleo, el dólar y el oro

El euro, que llegó a estar, a mediados de 2001, por abajo de los 85 centavos de dólar, está en los días recientes alrededor de 1.15 dólares. Las fluctuaciones, que pueden hacer que el dólar suba en determinados momentos, han sido menores en comparación con la tendencia principal del cambio. Otras monedas, como el franco suizo, el yen japonés y varias de la región Asia-Pacífico, también han subido frente al dólar. O, visto desde otro ángulo, el dólar se ha devaluado frente a las divisas mencionadas, en el caso del euro en más de 25 por ciento. Esto significa que el petróleo exportado por México o por cualquier otro país, que se paga en dólares, ha perdido una parte importante de su poder de compra. Lo mismo sucede con los dólares que se tengan como reserva nacional en cada país. El enorme déficit estadunidense en la balanza comercial y en el plano presupuestal, que se agudizará con los 87 mil millones adicionales para la guerra de Irak, ya autorizados, también debilita la confianza en el futuro del dólar.

Esto contribuye a explicar el hecho de que países como Irán, e Irak antes de ser invadido, hayan empezado a cambiar los dólares de su reserva por euros. En los casos de países petroleros de mayoría musulmana, este fenómeno se acentúa con la política estadunidense en el llamado Medio Oriente y en Asia en general.

Pero no sólo se trata de casos como estos. El jefe de gobierno de Rusia ha aceptado, en presencia del primer ministro alemán que lo solicitaba, la posibilidad de que el petróleo y el gas que exporta ese país se paguen en euros y no en dólares; aunque luego, en Italia, dijo que con el petróleo, a diferencia del gas natural en que la empresa pública Gazprom lo trataría con sus clientes, eso "no depende de nosotros", porque se trata de operaciones en la bolsa de valores. Y también ha manifestado la intención de que el Estado que preside recupere el control de sus hidrocarburos, que tiene ya legalmente mediante el monopolio del comercio exterior de los mismos. El arresto del hombre más rico de ese país, dueño de suficientes acciones de la principal empresa petrolera rusa para garantizar su control, y el congelamiento de esas acciones en la bolsa, han dado lugar a muchos comentarios a este respecto.

Pero tal vez lo que da una idea del alcance de esta tendencia que describimos sea lo ocurrido en Malasia, país en el que nadie se fijaba mucho y que exporta petróleo pero también manufacturas. El gobierno de esta nación decidió que los pagos por las exportaciones petroleras deberán ser, ya no en dólares, pero tampoco en euros, sino en oro. Ha estado firmando acuerdos bilaterales con sus compradores en este sentido.

Sobre la base de esta experiencia, y ya que se vio que era posible tomar esta medida, el jefe del gobierno malasio propuso al BID (no el que conocemos, sino el Banco Islámico de Desarrollo) que ésta se generalizara entre sus miembros, que suman una población del orden de mil millones de personas. Un país importante para la toma de esta decisión ha sido Arabia Saudita, no sólo por ser el primer exportador mundial de petróleo, sino por el monto de sus reservas de divisas e inversiones en diversos países del mundo.

Este último país se había opuesto, inicialmente, a esta medida, posiblemente para evitar una confrontación con el gobierno estadunidense. Pero cuando se dieron las definiciones más recientes de la política de este mismo gobierno, para el caso palestino, e incluso cuando algunos funcionarios de Washington hicieron declaraciones culpando al gobierno saudita de solapar el terrorismo, este gobierno decidió apoyar la propuesta malasia.

Se celebró, hace poco, la reunión cumbre de la Organización de la Conferencia Islámica, precisamente en Malasia y bajo la presidencia del gobernante de ese mismo país. El BID islámico presentó la propuesta de la que hablamos. Y se decidió que, durante el año que transcurra hasta la siguiente cumbre, se fueran firmando acuerdos de cambio en la unidad de pago, bilateralmente entre los países miembros del organismo, y que en la siguiente reunión cumbre se invitaría a los 57 estados miembros a firmar un acuerdo multilateral.

Estuvo presente también el presidente ruso, al fin que hay muchos musulmanes en su país. Y también se pronunció a favor de esta y otras resoluciones. Si esto sigue adelante, parece claro que tendrá, en el mediano plazo, sus efectos sobre el dólar, que se sumarían a las causas mencionadas al principio de este escrito.

Sólo nos queda preguntarnos algunas cosas. El gobierno mexicano, Ƒestará al tanto de estos hechos, dado que quien lo preside ha recomendado no leer los periódicos para evitar ataques de nervios y ser feliz? Si los conoce, Ƒha pensado en hacer algo al respecto? Hay que tomar en cuenta que somos víctimas de una doble devaluación: el peso frente al dólar, y luego el dólar frente a otras divisas. Si, como parece, estos procesos devaluatorios continúan, Ƒse van a seguir devaluando nuestras reservas y nuestras exportaciones?