VIDRIO PLANO

La obsidiana es un vidrio volcánico; las culturas mesoamericanas manufacturaron espejos planos de formas rectangulares y circulares, tallados en obsidiana. Los primeros materiales translúcidos y planos que se utilizaron para cubrir ventanas en la época colonial, fueron delgadas placas de tecali.

La elaboración de vidrio transparente existió en México desde época temprana; el 11 de mayo de 1542 se expidió en Puebla, a solicitud de Rodrigo de Espino-sa, el primer permiso conocido para la instalación de un horno para vidrio. En los procesos de vitrificación se utilizaron materiales locales como tequesquite y cenizas.

Los primeros trabajos en vidrio transparente se hicieron con la técnica de soplado; se elaboraban capelos y botellas. Más tarde los vidrios planos fueron producidos a partir de burbujas alargadas que se cortaban por los extremos y el cilindro resultante se abría a lo largo. Aún caliente, el vidrio se extendía; los lienzos eran relativamente pequeños. Los espejos fueron muy apreciados, pues además de su utilidad para mirarse, servían para reflejar la luz de velas. En el siglo XIX se hicieron trabajos de incrustación con pequeños espejos en muebles, altares y retablos.

Corte con carretilla de metal

Por la década de 1940, en la ciudad de México había establecimientos en los que se vendía vidrio plano, ya no sólo en el Centro, sino también en las colonias de los alrededores. En ese tiempo, a los distintos gruesos del vidrio plano se les conocía popularmente como vidrio sencillo, medio doble y doble; fue entonces cuando se elaboraron portarretratos con los recortes del vidrio plano.

El vidrio se comercializaba al mayoreo en hojas de diferentes tamaños y en las vidrierías se cortaba según las necesidades de cada cliente. Se medía con cuidado, se marcaba con lápiz de cera y apoyándose en una regla de madera, se cortaba como hoy, con una carretilla de metal. Con ligeros golpes sobre la línea de corte, se iniciaba la separación; después, con una mano, se tomaban con firmeza cada una de las dos partes y con un movimiento rápido de flexión y separación, se completaba el trabajo.

Capacidad plástica

Una figura puede llegar a tener cerca de 250 piezas; se requiere de capacidad plástica para poder concebir el resultado final del trabajo, pues se combinan colores, cortes, fracturas y gruesos de las piezas con las que se arma cada escultura. Uno de los pegamentos industriales que se utilizan hoy es el elaborado con base en silicón.

Innovación artesanal

Usualmente quedaban tramos largos y estrechos de vidrio como desperdicio que se tiraban a la basura o se vendían para ser reciclados. Los trabajadores de las vidrierías y los artesanos empezaron a utilizarlos en la manufactura de portarretratos para la venta. Llega-ron a crearse un sinnúmero de mode-los; también elaboraban otros objetos como alcancías, pequeños muebles de juguete y portalápices, siempre de estructura geométrica. Los tramos de vidrio se unían con pegamentos artesanales.

Muchas de estas técnicas perviven, sobre todo en las colonias y barrios. Hoy se producen hojas de vidrio plano de mayor dimensión y calibre, además de vi-drios de colores. Los artesanos y artistas populares en las ciudades siguen innovando y crean muchas y variadas figuras, aprovechando los nuevos productos. Con pequeños tramos y fragmentos de vidrio, crean figuras de animales, instrumentos musicales, imágenes religiosas.
 

FOTOGRAFIA Y DIBUJO DE MARCO BUENROSTRO


 



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