Presenta hoy su disco Sangre azul en la Plaza de la Constitución, en Tlalpan

Los chavos hacen del rocanrol un híbrido sietemesino: Briseño

Se cree que el rock es moda, cuando el desafío es violentar a la sociedad, opina

El blues es la parte más elegante y garbosa de mi música, dice a La Jornada

JORGE CABALLERO

Iniciado desde la infancia en el rock, el jazz y el blues, músico clásico en la adolescencia que experimentó con los ritmos antes mencionados de manera autodidacta y ya como hombrecito formó parte de grupos como Cinco a Priori, Cosa Nostra y Banda de Guerra, entre otras. Que formó parte del inigualable trío Briseño, Carrasco y Flores y de la seminal banda Séptimo Aire, Guillermo Briseño, Memo para sus amigos, presenta su decimotercer disco, titulado Sangre azul. ''Es mi eterno retorno al blues'', define.

En entrevista con La Jornada, Guillermo Briseño extiende: "Sangre Azul es descaradamente un disco de blues; a lo largo de muchos años lo que hago siempre ha tenido que ver con el blues. ¡Pobre de mi!, si no me diera cuenta que la parte más rocanrolera, más elegante, más garbosa, más apasionada, la más enculada con la tripa y el corazón es la parte blusera. La otra, la del rockcito de ¡ay qué divertido!, ¡ay qué bien bailo!, ¡cómo sudo!, ¡cómo aprieto los dientes!, ¡soy gacho!... todo eso me parece superficial... lo más perverso del rocanrol es lo que suena gacho y te hace un nudo en la garganta; porque me pasó desde niño y me tenía que esconder de mis papás porque decían que era música de locos''.

Ahora, Briseño reflexiona en este momento de la entrevista: "Todos esos artistas que salen en Televisa y su competencia son superficiales, que le han vaciado el coco y las venas a la gente, que han provocado que las personas pierdan el respeto a las señales que mandaban de la gran música mexicana de nuestros mayores y contra la cual no tengo que enemistarme con Pedro Infante, Jorge Negrete, Agustín Lara, Los Panchos o Cri Cri; o con los de la otra franja como Hernández Moncada, Manuel María Ponce o Silvestre Revueltas, quienes definieron esos aires que reconocemos como música mexicana, que cuando uno va al Polo Norte y escucha una manera particular de tocar la guitarra o de cantar hay algo que te mueve el nervio; para eso tengo mucho respeto, afecto y mucho gusto; pero que no me pueden quitar el derecho a disfrutar a Bach ni a James Brown o B B King o lo que me dé la gana''.

Retomando el hilo de su discurso blusero y musical, Briseño dice: "A lo largo de estos años de andar en el rocanrol me di cuenta de que el blues es el lugar donde me puedo atrincherar, al lugar adonde siempre regreso. En todos mis discos siempre aparece una rola declaradamente blusera, que me muestra que de ahí me agarro; y no de las cumbias, que me parecen cosas más propias del lechero que llegaba a visitar a la muchacha que trabajaba en casa, y que algunas de las hermanas de mis cuates también las pueden disfrutar. No es por tratar de adquirir una óptica acá de jerarquía sobre los demás, no soy tan estúpido, solamente que dentro de lo mexicano también hay cosas que tienen su pedigrí y otras que son bajas... vulgares, que han tentado a los chavos, que han hecho del rocanrol un híbrido que ni siquiera es fusión. No es para hablar mal de los grupos, me parece fantástico que les vaya requetebién, que la raza se prenda muchísimo y que bailen el ska aventándose unos contra otros. Lo que sería requetesuave es que en el panorama del rocanrol hubiera más memoria... más razón... una óptica de mayor aliento. Si van a hacer fusiones que hagan mezclas reales e incorporen todas esas cosas que les gustan, pero cuando uno no sabe tocar bien lo que hace es un híbrido sietemesino que se queda a la mitad del camino. Si quieres meter una rumba hay que chingarse con la rumba, yo puedo componer algo que tenga reminiscencias de rumba pero me pongo a escucharla para agarrar la onda o le pregunto al que sabe porque no son enchiladas''.

''El rock no es moda, es romperse el alma''

El entrevistado atisba contra la pose dentro del rocanrol: "Hay un problema con la historia del rock en México: se cree que es una moda nada más, una manera de traer los pelos, de ser muy loco, de mascar el chicle, de darse unos toques frente a los adultos para que se espanten... cuando el desafío real es violentar a la sociedad como algunos grupos lo han planteado, como la disposición que algunos mostraron con el alzamiento zapatista, pero la mayor parte de ellos fue de orden marquesinero, en la onda de que estaba de moda y todos querían estar en los festivales, cuando la onda no es solamente estar en la manifestación y en la expresión pública, sino romperse el alma, que su obra lo diga, y en la capacidad de proponer cómo modificar las cosas, cómo alterar desde dentro de cada trabajo fotográfico, pictórico o de la familia, hay que cambiar este mundo''.

En este eterno retorno al blues, Briseño agrega: "Es dar la vuelta siempre al blues porque es el agua madre de donde salen las cosas que tanto disfruto y admiro; esta vez hicimos Sangre azul descaradamente, es una cosa de doble sentido porque para algunos sangre azul sería una cosa de alcurnia, como de Bosques de las Lomas, de dinastía, pero no de esos que tienen mucho dinero o los que se sienten superiores a los demás, sino la de los sabios, los inteligentes, las buenas personas, los que harán este país más justo y más habitable; claro que el blues y otras músicas también ayudan a este propósito''.

El creador de El túnel 29 dice sobre este trabajo: "Siento que debería darle algo de continuidad para que el que lo escuche se ponga en paz consigo mismo, se dé cuenta que el blues no es algo que cualquiera toca, no es sólo que los jóvenes digan 'vamos a echarnos un blusesito'. Este disco de blues, yo que siempre he sido el último lugar del hit parade, no me condiciona a halagar el gusto del que compra, quisiera que sí se vendieran y que la compañía PyP ganara lana, pero lo que más me gusta es que la gente diga lo que lo hizo sentir al escuchar el disco, bueno o malo, pero que lo diga''.

Sobre si le gustaría hacer otras cosas, Briseño dice: "Claro que me dan ganas de hacer unas músicas enloquecidas, contemporáneas y abstractas... seguiré escribiendo mis poemas y mis libros, dentro de poco publicaré Adiccionario y Recetas de familia. Pero no me puedo dar el gusto de hacer un disco malo, porque hay una especie de vigilancia que vive en estas paredes que ¡pobre de mí si lo hago mal!; además no voy a mostrar nada que no me guste, el colmillo, las tablas, logran que hagas las cosas bien''.

Sangre azul fue producido por el propio compositor y el sello discográfico PyP, y contó con la participación de músicos mexicanos: Guillermo Velázquez y los Leones de la Sierra Xichú, Baby Bátiz, Jorge Rossell, Juan Carlos Novelo, Federico Luna, Irving Flores y Felipe Sosa. Se presenta hoy a las 20 horas en la Plaza de la Constitución de la delegación Tlalpan, ubicada en el cuadrante de las calles Moneda, Congreso, Hidalgo y Guadalupe Victoria.