308 ° DOMINGO 16 DE NOVIEMBRE DE 2003
 Joel Magallán, director de la Asociación Tepeyac de Nueva York
México debe apoyar
las iniciativas preferidas por los migrantes

ARTURO CANO

Mientras la Carrera Antorcha Guadalupana 2003 recorre las carreteras de Texas y Louisiana, el jesuita Joel Magallán va de Washington –donde ya cabildea reformas migratorias– a la mixteca poblana –donde busca organizar a las comunidades de Pueblayork

Fotografía: Asociación TepeyacYa andan en el lobby y se sienten muy agusto. Con otras organizaciones de migrantes, la Asociación Tepeyac de Nueva York ya se planta en Washington para cabildear iniciativas de regularización de trabajadores indocumentados. ¿Y dónde queda el gobierno que hizo héroes a los migrantes? “El gobierno mexicano necesita saber cuáles son las iniciativas que los migrantes mexicanos prefieren, y las debe apoyar”, dice, parsimonioso, el jesuita Joel Magallán, director ejecutivo de la asociación que agrupa a 40 organizaciones de base en los cinco condados neoyorkinos.

La Asociación Tepeyac encabeza a un conjunto de organizaciones que prefieren la propuesta de ley de Seguridad Fronteriza y Migración (conocida como HR2899), introducida en el Congreso estadunidense por tres senadores republicanos de Arizona. “Tiene lo que hemos estado demandando, la opción de la residencia permanente”, dice.

Magallán machaca el punto: ninguna legalización que no incluya la posibilidad de la residencia permanente. La única posibilidad, dice, de que México no se convierta en un “deshuesadero”, en un país al cual los trabajadores enfermos y sin derechos regresen sólo a morirse.

Es una iniciativa, explica el jesuita, pensada para “convencer a los republicanos” –los más reacios a un acuerdo migratorio– y por ello no incluye la amnistía. Los trabajadores serían multados con mil 500 dólares por haberse atrevido a trabajar en Estados Unidos sin papeles –y haber enriquecido la economía estadunidense sin recibir nada a cambio. Un mal menor, en la idea de Magallán: “Los migrantes están dispuestos a pagar los mil 500 dólares porque más le pagan a los coyotes”.

En el Congreso del vecino país también circula otra iniciativa –bipartidista– que llevaría a la legalización de medio millón de trabajadores agrícolas, con el esquema de “trabajadores invitados”, y que cuenta con el apoyo de organizaciones como la United Farm Workers, fundada por César Chávez.

Magallán coincide con otros dirigentes de la diáspora en el rechazo a esa iniciativa. “Algo se les ha tapado en la cabeza a los sindicatos, quizá porque están muy casados con los demócratas, y no tienen conciencia del peligro de que tengamos puros trabajadores visitantes”.

–A los que no podrán sindicalizar.

–Claro, y los empresarios van a preferir a los visitantes.

La iniciativa de trabajadores agrícolas, dice Magallán, sólo abriría la posibilidad de que Estados Unidos continuara dando “atole con el dedo” a los migrantes. “Es nada más solucionarle el problema a los empresarios”.

Con todo y su “preferencia”, Magallán tiene claro que la iniciativa republicana va amarrada al tema de la seguridad “antiterrorista” y que responde a las necesidades de la economía estadunidense, necesitada de 5 millones de trabajadores para los próximos 10 años.

Entre sus fallas, Magallán menciona que castigaría especialmente a quienes ya residen en Estados Unidos. “A los que lleguen les dará más privilegios. Ellos tendrán derecho de entrar y salir del país, y de ser visitados por sus familias; pero quienes ya están allá, nada. ¿Por qué tiene que alargarse el cautiverio?”

No era el PRI, era el sistema
El presidente Vicente Fox ha promovido, dice Magallán, con presidentes centroamericanos “los temas que le han sugerido en Estados Unidos”, como el programa de trabajadores temporales (visas H2B). “Si puede hacer ese trabajo de cabildeo podría hacer lo mismo por las propuestas que apoyan los migrantes”.

Con ello, y otorgándoles el derecho de “votar y ser votados”, el gobierno podría “ganarse la confianza de los migrantes”.

La desconfianza de los migrantes hacia el gobierno de México, dice Magallán, no se ha modificado en lo esencial en este sexenio. “Los funcionarios no son abiertos, no consultan. Y los migrantes han venido a darse cuenta de que no era el anterior régimen político solamente, es el sistema”.

–Pero Vicente Fox despertó mucho entusiasmo allá...

–Hubo un contagio. Los migrantes también tuvieron esperanza.

–Pero ya se terminó la luna de miel.

–Sí, aunque sigue la expectativa: “Si mejoran las cosas en México, me regreso”, dicen muchos.

No es sensibilidad,
es el mercado
Por estos días, la Carrera Antocha Guadalupana 2003, organizada por la Asociación Tepeyac, recorre los caminos de Texas y Louisiana. Decenas de migrantes –ya con papeles– llegarán el 7 de diciembre a Washington y el día 12, cumpleaños de la Guadalupana, estarán en Nueva York.

Este año patrocinan la carrera dos universidades privadas, dos bancos, una empresa de mensajería, Aeroméxico y varios medios de comunicación. Esos apoyos, dice Magallán, no son prueba de que en México exista una nueva sensibilidad frente al tema migratorio. “Las empresas van a donde nosotros nos movemos porque saben que ahí hay mercado para ellas. No es sensibilidad, es estudio de mercado”.


Joel Magallán

Curiosamente, la cabeza más visible de los empresarios de Pueblayork, el mixteco Jaime Lucero, siempre ha estado lejos de apoyar la Antorcha. Lucero, quien ha creado unos 4 mil empleos de maquila en Puebla, ha sostenido un enfrentamiento permanente con la Asociación Tepeyac, aunque recientemente Magallán y él han tenido algunos acercamientos. En Nueva York, líderes como Jerry Domínguez consideran a Tepeyac una organización excluyente, que sólo agrupa mexicanos y católicos. “El año pasado uno de los capitanes de la Antorcha era un musulmán”, dice en su descargo Magallán.

Este año, además, las patrocinadores fueron menos. “Hubo empresas grandes entusiasmadas, pero cuando se dieron cuenta de que ésta tiene un contenido religioso y político, decidieron no entrarle”.

Aunque fueron menos, patrocinadores no faltaron.“Las empresas y los gobiernos siguen viendo cómo sacar provecho de los migrantes”, mientras, lamenta, las organizaciones sociales y las iglesias “vamos muy lentas” en la atención a los migrantes.

Tras los pasos de la Antorcha
Magallán, nacido en Zacatecas, ha estado desde hace 10 años en Estados Unidos y lleva seis al frente de la Asociación Tepeyac. Se ve que le anda porque su organización crezca hacia México. Este año, la Antorcha corrió por los estados de los migrantes. En estos días, Magallán recorre los sitios por donde pasó para identificar a los líderes que la apoyaron e iniciar un trabajo de organización. Además, está buscando que la Compañía de Jesús abra un frente de trabajo en la mixteca poblana, similar a los que tiene en Veracruz y Chiapas. No todos van tan lentos como dice el jesuita.