.
Primera y Contraportada
Editorial
Opinión
El Correo Ilustrado
Política
Economía
Mundo
Estados
Capital
Sociedad y Justicia
Cultura
Espectáculos
Deportes
CineGuía
Lunes en la Ciencia
Suplementos
Perfiles
Fotografía
Cartones
La Jornada en tu PALM
La Jornada sin Fronteras
La Jornada de Oriente
La Jornada Morelos
Librería
Correo electrónico
Búsquedas

P O L I T I C A
..

México D.F. Lunes 1 de diciembre de 2003

Iván Restrepo

TLC: promesas incumplidas

A un mes de cumplirse una década de que entró en vigor el Tratado de Libre Comercio, el TLC, entre México, Estados Unidos y Canadá, abundan los análisis en torno a los efectos que ha tenido para nuestro país. La inmensa mayoría de las opiniones versan sobre el aspecto económico, dejando a un lado otros asuntos igualmente importantes, como medio ambiente. Una primera conclusión de los especialistas es que si bien se triplicaron las exportaciones no petroleras y aumentó el producto interno bruto en cerca de 25 por ciento en dicho lapso, se arrastran serios desajustes que en algunos casos agravan añejos problemas: desde empleo y salarios hasta el abatimiento de los indicadores de bienestar de la población. Los únicos que salen en defensa del tratado tal como está suscrito son los funcionarios y los empresarios que lo negociaron y apoyaron.

En el caso del medio ambiente, las evaluaciones se dan a cuentagotas. Una la hizo recientemente el gobernador de Nuevo México, Bill Richardson, quien señaló que el TLC no ha mejorado el ambiente en nuestro país. Reconoce, en cambio, aunque sin ofrecer prueba alguna, que sí "ha creado empleos y mejorado la economía, pero sin producir el tipo de desarrollo que mejora carreteras o puentes".

Richardson, quien ha sido diputado en esa entidad y preside la Conferencia México-Estados Unidos de Gobernadores Fronterizos, fue uno de los más activos defensores del TLC y ayudó a obtener los votos necesarios para que fuese aprobado en el Congreso de su país. Sin embargo, afirma que no ha sido posible cumplir la promesa que se hizo entonces de limpiar la frontera y, a pesar de que hay ciertos avances en seguridad y para dotarla de agua de mejor calidad, los pendientes son mayores.

En efecto, el agua está contaminada a tal grado que los dos grandes ríos internacionales, el Bravo y el Colorado, son fuente de enfermedades y conflictos. Son el basurero de industrias, en especial de Estados Unidos, y de asentamientos humanos. Esto se suma al hecho de que nuestro país no ha podido cubrir las cuotas de agua del Bravo que corresponden al vecino y socio comercial debido a la intensa sequía registrada en el norte de México en la última década. Y en el caso del Colorado, el agua que nos corresponde no es suficiente y está muy contaminada con sales y residuos agroquímicos. Otras corrientes, como las de los ríos San Pedro, Santa Cruz y la cuenca de San Luis Río Colorado, en Sonora, padecen peligrosa contaminación por desechos tóxicos provenientes de la industria maquiladora estadunidense.

En todos los desajustes que se observan en la frontera cuenta mucho el crecimiento de la población, que sobrepasa, por mucho, la dotación de servicios básicos y los indicadores de bienestar. Los asentamientos humanos, sin excepción, se expanden en ambos lados de la línea divisoria sin las mínimas normas de planificación urbana, con serio déficit en materia de drenaje, vías de comunicación, energía y agua potable. Y como remate de todo lo anterior, tenemos una presión permanente sobre los recursos naturales, que no reciben el cuidado que merecen y son cada vez menos.

En el plano nacional, si bien hoy existe una mejor legislación ambiental, la realidad se impone: no hemos podido bajar los índices de deforestación ni devuelto la salud ambiental a ninguna de las cuencas hidrográficas, contaminadas en su mayoría por la industria, la agricultura y los asentamientos humanos. Alguien que tenga la paciencia de leer las abundantes promesas hechas hace una década para convencernos de los beneficios que traería el TLC hallará repetidas menciones de que pronto lograríamos el desarrollo sustentable. Falso: el país crece a costa de utilizar irracionalmente sus recursos naturales, de destruir el patrimonio de las futuras generaciones.

El gobernador Bill Richardson asegura que las cosas no marchan como se nos prometió. Seguramente esa será la conclusión a la que se arribará al hacer el balance de lo alcanzado. Con motivo de este aniversario, sería un ejercicio provechoso precisar el largo trecho que nos falta recorrer para lograr el verdadero desarrollo. Ese que nos prometieron hace diez años y que todavía no se cumple

Números Anteriores (Disponibles desde el 29 de marzo de 1996)
Día Mes Año
La Jornada
en tu palm
La Jornada
Coordinación de Sistemas
Av. Cuauhtémoc 1236
Col. Santa Cruz Atoyac
delegación Benito Juárez
México D.F. C.P. 03310
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Email
La Jornada
Coordinación de Publicidad
Av. Cuauhtémoc 1236 Col. Santa Cruz Atoyac
México D.F. C.P. 03310

Informes y Ventas:
Teléfonos (55) 91 83 03 00 y 91 83 04 00
Extensiones 4329 y 4110
Email