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México D.F. Miércoles 3 de diciembre de 2003

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

ƑCaída suave o dura del dólar?

En juego, la suerte del sistema financiero mundial

YA NO SE discute si va a ocurrir la fuerte devaluación del dólar con el derrumbe concomitante del sistema desigual que engendró desde 1971, cuando Estados Unidos abandonó los acuerdos de Bretton Woods en forma unilateral, sino más bien cómo será su fin: "duro" o "suave", para emplear el maniqueísmo simplista que reina en Washington. Llama la atención que la caída del dólar frente al oro, cuya onza rebasó los 400 dólares, y el euro, que perforó el umbral de 1.20 dólares, se escenifica en medio de la sepultura de los acuerdos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento de la Unión Europea, que exigía un tope de 3 por ciento de déficit fiscal, que no respetaron Francia y Alemania. El banco británico HSBC se aferra a su pronóstico de un euro por 1.38 dólares en el corto plazo, y un grupo de fanáticos neoliberales del CATO Institute aseveró la semana pasada que estará en 1.60 en poco más de un año.

PUEDE SONAR DESCONCERTANTEMENTE descabellado abordar el tema del colapso del dólar cuando las recientes cifras de la economía estadunidense muestran un vigor azorante en el mundo de la epifenomenología: un "índice de confianza al consumidor desbordado" y un 8.2 por ciento (revisado) de crecimiento al último trimestre (šel mayor en 20 años!), sin importar que no se acompañe de empleos. Inclusive, baby Bush se recuperó vigorosamente en el frente interno al lograr la aprobación por el Congreso de la "reforma del seguro social a los ancianos" (el Medicare) que, con la inclusión de la "prescripción de medicamentos", la revista neoliberal británica The Economist (27-11-03) considera que puede asegurarle su relección, sin importar los estragos fiscales.

UN MENSAJE RELEVANTE lo acaba de proporcionar desde la City, el centro de la globalización financiera, lord William Rees-Mogg, portavoz de los intereses monárquicos británicos, quien afirma que "si la necesaria devaluación de la mayor divisa provoca simultáneamente una devaluación de la divisa más competitiva del mundo, el sistema monetario internacional no podrá ajustarse" ("La era del dólar concluye en un mar de deudas", The Times 1-12-03). Más que la caída del dólar, es la suerte del sistema financiero internacional la que está en juego.

LA ELITE BRITANICA ha de estar muy preocupada frente a la debacle del dolarcentrismo, que llega a su fin, lo cual se percibe hasta en la cólera en que montó Su Majestad la reina Isabel II, con justa razón, por la depredación de los bellos jardines del palacio de Buckingham por los barbáricos texanos encabezados por baby Bush. Quizá, también el distanciamiento del gobierno de Blair en relación con el sharonismo de la Casa Blanca en los asuntos de Irán, Siria y los territorios ocupados de Palestina, así como su asombrosa concreción de una política de "defensa común" con Francia y Alemania por fuera de la OTAN (lo cual ha indispuesto a los superhalcones de Washington, quienes no han tenido más remedio que mostrar buena cara ante la adversidad) traduzcan los preparativos de las exequias inevitables del dólar de parte de Londres, que conoce muy bien los costos de la decadencia imperial y del desplome de la libra esterlina en vías de extinción. Realmente no importa tanto el derrumbe del dólar, sino lo que arrastra consigo por haberse posicionado como el "patrón-dólar", al haber sustituido impúdicamente al "patrón-oro" de los acuerdos de Bretton Woods de 1944, los cuales, dígase lo que se diga, aportaron gran estabilidad y crecimiento sostenido al planeta entero, como demuestra soberbiamente el economista británico Angus Maddison ("Perspectivas de crecimiento de un milenio", OCDE, 2001).

EN LOS COMENTARIOS de Weiss (safemoneyreport.com 1-12-03) se afirma que "la administración Bush parece estar fascinada con la caída del dólar". šClaro!, si no, el megaespeculador George Soros, quien acaba de comprar un paquete de acciones del complejo militar-petrolero-financiero anglo-texano Grupo Carlyle (donde se recrea daddy Bush con los colaboradores texanos de su gabinete), no estaría apostando a la devaluación forzada del billete verde. Nunca hay que perder de vista que siempre los actos y "acciones" de Soros benefician a la plutocracia financiera del eje EU-Gran Bretaña-Israel, a la que sirve fielmente, lo cual se deduce de sus casi ocho décadas de vida. Weiss asevera que la apuesta es muy riesgosa, ya que "puede provocar perturbaciones más adelante", cuando los bancos centrales (entre los que se encuentra el masoquista Banco de México) cesen de conservar en sus arcas 918 mil millones en dólares devaluados (65 por ciento de las reservas mundiales) y truequen buena parte en euros. En realidad, los bancos centrales que sostienen al dólar y su déficit de cuenta corriente son los de Japón y de China -para ser más precisos, el "circuito étnico chino", como lo denomina la correduría Morgan Stanley: China, sumado de Hong Kong, bajo la modalidad de "un país y dos sistemas", además de Taiwán y Singapur (donde habita 80 por ciento de chinos). ƑSe atreverán Japón y China a cruzar el Rubicón monetario, a riesgo de una guerra? ƑEl cerco a China por medio de la presencia militar de EU en el corredor del paralelo 36, desde Afganistán hasta Irak, forma parte de las medidas "preventivas" contra el desprendimiento precipitado de sus reservas en dólares? El entendimiento entre el nepotismo dinástico Bush con la familia del ex presidente chino Jiang Zemin es mucho más profundo de lo que se piensa. En la reapertura del juicio de divorcio de Neil Bush, uno de los incomodísimos hermanos del presidente No. 43, quien propició el desfalco inolvidable de Silverado Saving and Loan -un banco de Colorado del que fue director y que quebró en 1988 al costo de mil millones de dólares endosados a los ciudadanos (del que obviamente salió inmune)-, se ventilaron cosas delicadas, como sus tratativas crapulosas en Grace Semiconductor Manufacturing Co. con Jiang Mianheng, hijo de Jiang Zemin (The Daily Telegraph 27-11-03). Por su parte, Japón se ha vuelto muy dependiente de las exportaciones a EU para su recuperación (NYT 1-12-03), además de que se encuentra muy aislado en la geopolítica regional frente al gigantismo de China, India y Rusia, y no se vislumbra cómo pueda librarse de las ataduras del dolarcentrismo en el corto-plazo. Así, parecería que el equipo Bush apuesta, a través de sus operadores globales, como George Soros y Warren Buffet (el segundo hombre más rico del mundo), y con la tácita anuencia de China y Japón (a regañadientes) a una devaluación "suave" del dólar.

ALAN GREENSPAN, el fracasado mago de la Reserva Federal, que se quedó sin conejos pero no sin tontos, sustenta que "puede resolverse el déficit de cuenta corriente sin una corrección abrupta del dólar". Su receta se centra en una mayor globalización (Ƒtodavía más?) que contrarrestaría "las nubes de un emergente proteccionismo" (CNNMoney 20-11-03), en alusión indirecta a las medidas del equipo Bush por las que ha sido rudamente criticado. Mark Gongloff, de CNNMoney, pregunta si la caída del dólar será "suave", como pretende Greenspan, o "dura", como comienzan a sopesar varias economistas, entre ellos Dudley y O'Neil, de la correduría neoyorquina Goldman Sachs, quienes advirtieron que "los bancos centrales asiáticos solamente posponen lo inevitable, lo cual eleva las posibilidades de que su declinación eventual sería más dura de lo necesario". Y David Gilmore, de Foreign Exchange Analytics, intoxicado de un economicismo enfermizo, expectora que "los mercados se vuelven desordenados debido a la sicología agregada (šsuper-sic!)". ƑTampoco desean los ultramonetaristas que los humanos tengan cerebros y exhiban su inalienable sicología irreductible a las ecuaciones econometristas de pacotilla, y que ha sido lo que invariablemente en el curso de la historia ha salvado al género humano de sus desviaciones lunáticas, como son la globalización financiera y el dolarcentrismo que desequilibraron la armonía planetaria y la convivencia interhumana?

LA CELEBRE COLUMNA -a contracorriente del pelotón de analistas muy "suaves" de Wall Street- La guarida del oso (metáfora que refleja la baja del mercado al igual del abrazo del oso), no solamente rechaza el "país de maravillas" que pintan Greenspan y Bush, sino que sacude las conciencias con su título preocupante: "Los cuatro jinetes de la economía" (1-12-03), de Martin Hutchinson (editor de economía y negocios de la agencia UPI), que subsumen los cuatro desequilibrios económicos de EU, que para las sensibles almas crédulas de la desinformación imperante en los multimedia especializados pudieran causar desmayos. El primer desequilibrio: la exagerada sobrevaluación de las acciones bursátiles que han vuelto a resurgir en forma antigravitatoria, cuando los precios no se cotejan con los resultados de las empresas. El segundo: el mercado de dinero y de bonos, y sus correlatos en el mercado de bienes raíces. El "M3", la medición obsesiva de los paganos monetaristas, ha crecido un descomunal 10 por ciento en promedio anual y desde julio disminuyó bruscamente 1.3, para frenar la hiperinflación de papel, lo cual ha empezado a provocar los subsecuentes trémulos, como el alza del oro en 50 por ciento desde hace tres años y la devaluación del dólar. Hutchinson advierte que el delirante consumismo se ha disparado gracias a las rebajas veraniegas en los impuestos y al artificial "refinanciamiento" (250 mil millones de dólares en lo que va del año) de los bienes raíces que permiten alegremente las muy cuestionadas Fannie Mae y Freddie Mac: las paraestatales de la vivienda a contabilidad espuria. La burbuja de los bienes raíces explotará en cualquier momento y, quizá, advenga cuando se eleven en forma inevitable las tasas de interés para yugular la inflación -lo cual fue advertido en forma subliminal por el secretario del Tesoro, John Snow, al periódico londinense The Times (20-11-03) para preparar a la plutocracia anglosajona de las jugadas por venir. El tercero: el ya muy referido déficit de cuenta corriente de más de 500 mil millones de dólares que desestabilizó al hilarante "orden financiero internacional". El cuarto: el déficit federal fiscal que alcanzaría 600 mil millones de dólares en septiembre del año entrante. Estos "cuatro desequilibrios" se retroalimentan mutuamente y podrían desembocar en "guerras, hambrunas, pestilencia y muerte en los años venideros" -lo que ya está pasando.

HUTCHINSON ATRIBUYE varios factores a la burbuja especulativa, pero resalta que fue desencadenada por los aliados de Bill Clinton, en 1995: el gobernador de la Reserva Federal, Alan Greenspan, y su secretario del Tesoro, Robert Rubin, quienes "bloquearon la contabilidad adecuada de las opciones en las acciones" (las infames stocks options); "las burbujas del mercado de dinero, los bonos y los bienes raíces son ampliamente la culpa de Greenspan (...) y solamente el aumento del déficit presupuestal puede ser endosado a Bush". Tiene razón Hutchinson -y conste que baby Bush no es demonio de la devoción de Bajo la Lupa. El defecto del dólar es estructural, y su peor riesgo es que contamine sistémicamente al planeta, al que urge un "nuevo Bretton Woods" de estabilidad, crecimiento y prosperidad armónicamente compartida que derrote el parasitismo financiero de la microminoría de la plutocracia anglosajona, que vive a expensas del género humano.

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